Si de algo puede presumir España, es de trenes de alta velocidad capaces de llevarnos de una punta a otra de la península en apenas unas horas; pero si hablamos del transporte de mercancías es otra historia.
Tradicionalmente, el transporte de mercancías por tren ha sido lento, pero seguro; en China, uno de los países punteros en la alta velocidad, acaban de arreglar lo primero, con el desarrollo de un tren de mercancías capaz de transportar carga a velocidades de 350 kilómetros por hora.
El tren ha sido fabricado por el fabricante chino CRRC Tangshan, donde aseguran que es el primer tren del mundo capaz de realizar trayectos a semejantes velocidades; algo que no es fácil. Aunque lo parezca, en realidad este no es un tren de pasajeros al que le han quitado los asientos.
Tren de mercancías más rápido
El diseño de este tren de alta velocidad es completamente original por una sencilla razón: no es lo mismo transportar a personas sentadas en una posición concreta, que grandes y pesadas cargas con un centro de gravedad diferente. También hay que tener en cuenta que el peso adicional presenta grandes desafíos en cuanto a costes, por lo que la prioridad ha sido mantener la máxima eficiencia aerodinámica como sea posible.
El diseño está inspirado en el de un esturión chino, pero detrás de la forma del morro hay mucho más que un pez; ha sido ideado usando big data, tecnologías en la nube y algoritmos genéticos, inspirados en la evolución de los seres vivos para llegar a una solución óptima después de varias iteraciones.
Como resultado, el frontal del tren es capaz de atravesar el aire de manera más eficiente y así reducir el consumo de energía eléctrica necesaria para mover el tren y la carga.
Adaptado a carga
Hablando de la carga, antes hemos dicho que este no es un tren de pasajeros 'vacío'; eso es porque todas las partes de las cabinas han tenido que ser modificadas, empezando por las propias puertas, que ahora son de 2,9 metros de anchura y que cuentan con un sistema que facilita la carga.
El interior también ha sido adaptado para meter la mayor cantidad de paquetes como sea posible; hasta la propia carga ha tenido que ser adaptada, ya que en vez de ser metida en palés, tiene que almacenarse en unos contenedores especiales que encajan perfectamente con la forma del tren. Un sistema de ruedas transporta estos contenedores a la posición correcta sin necesidad de que lo haga un empleado.
Es posible cargar hasta el 85% del tren, pero hay una buena razón por la que no es posible llenar las cabinas hasta arriba: para asegurar un buen reparto de pesos y así evitar balanceos indeseados o incluso descarrilamientos.
Para saber cómo distribuir la carga, también se han usado algoritmos genéticos; a la hora de cargar el tren, se deben seguir unas guías no muy diferentes de las que se usan para un avión de carga, y por la misma razón.