Aunque Xiaomi es especialmente conocida por los móviles en España, donde domina el mercado, la compañía es mucho más que eso. Su última gran apuesta son los televisores. En el mercado español cuenta ya con cinco modelos, el último -con tecnología QLED, 75 pulgadas y un precio rompedor- ha llegado esta semana agotándose en segundos.
Sin embargo, no todo son pulgadas que buscan conquistar tu salón o combinar cada vez mejores paneles con precios imposibles, sino que Xiaomi también quiere demostrar que es capaz de hacer un producto aspiracional. La compañía dejó ver en agosto su primer televisor transparente, que ahora hemos tenido la oportunidad de probar en OMICRONO.
El nuevo Mi TV LUX Transparent Edition no es un televisor para todos. Cuesta unos 6.000 euros sin contar con los impuestos y certificaciones necesarias para llegar a nuestro país, lo que subiría el precio en unos 2.000 euros más. El precio al que llegaría, y al nicho tan concreto al que va dirigido un televisor así, hacen que éste no vaya a estar disponible en España y se quedará en exclusiva en China.
Aún así es una demostración de músculo por parte del departamento de I+D de la empresa, y con él Xiaomi muestra un producto futurista, que sí tiene en producción a una escala concentrada, y que quizá en unos años podríamos verlo como normal en nuestros hogares.
Adelantándose al futuro
Lo primero que llama la atención cuando estamos frente al televisor, es su reclamo principal: la transparencia que permite ver lo que hay detrás. Hasta ahora tenemos soluciones como el Ambient Mode de Samsung, que permiten camuflar el panel negro en el salón o soluciones mecánicas que ocultan el panel con sistemas mecánicos, como hace Bang & Olufsen; con paneles enrollables, como LG. Sin embargo el camino de Xiaomi por integrarse en el hogar es diferente.
Precisamente la marca surcoreana dejó ver ya en 2019 una pantalla transparente y sigue trabajando en esta tecnología, con lo que la carrera por los televisores que parecen cristales y cuyas imágenes flotan, acaba de empezar.
El Xiaomi Mi TV LUX Transparent Edition cuenta con un panel OLED de 55 pulgadas. Este tipo de tecnología no necesita luz de fondo ya que está conformada por miles de diodos pequeñitos. Como el OLED no es transparente de por sí, Xiaomi ha ideado un sistema donde solo la mitad del panel está cubierta con píxeles, y la otra mitad es transparente.
Estos diodos están colocados en líneas verticales para que así no se aprecien a una distancia de visionado normal, al tiempo que hacen el efecto de transparencia que permite ver a través de ella.
Entre las características estrellas del panel tenemos una resolución 4K, profunidad de color 10 bits, un espectro de color de DCI-P3, tasa de refresco de 120 hz o tecnología MEMC. De este modo tenemos un buen detalle pese a la transparencia para interpolación de fotogramas y dar fluidez al contenido.
Para proteger el panel, se adhiere una pieza de vidrio y está enmarcado en un elegante marco de metal que da el aspecto premium definitivo con una delgadez de unos 5,7 mm. Con lo que tanto el altavoz como las conexiones van a la base.
El televisor no se priva de nada en este aspecto. En la base cuenta con tres salidas HDMI, dos USB, AV in, salida óptica, antena y toma de internet (aunque también tiene WiFi). Por su parte el altavoz, además de buen diseño, tiene presencia y llena la sala y es compatible con Dolby Atmos.
¿Cómo se ve?
Más allá de las virtudes técnicas y de diseño la pregunta del millón es obvia, ¿cómo se ve? A la distancia a la que estamos acostumbrados a ver un televisor de este tamaño y con un entorno oscuro no notaremos muchas diferencias con otros modelos. Sí es cierto que al no contar una trasera oscura le falta ese negro profundo tan característico de los paneles OLED.
Pese a todo, el televisor se desenvuelve muy bien. Tenemos un contraste de 150.000:1 y es en contenido con alto contraste HDR donde se nota que fuerza para brillar más. Aún así, es fundamental tener una estancia sin mucha luz para ver bien el televisor.
La sensación es parecida a cuando ponemos un proyector en una sala iluminada. Si queremos apreciar bien el detalle tenemos que apagar la luz, y es que si no las tonalidades negras y oscuras las perderemos en las transparencias viendo el fondo. Lo que nos puede despistar del contenido.
Sí que es cierto que con luz se puede lograr esa sensación de que la imagen flota, al contar con una mayor transparencia, pero le sigue faltando definición para que nos olvidemos que estamos frente a una tele. Es un gran paso, y un prodigio tecnológico, pero aún no es un producto de masas.
Para que todo el contenido vaya de forma fluida y óptima, el televisor integra un chip MediaTek 9659 personalizado con el procesamiento de imágenes AI Master Smart Engine de Xiaomi que ofrece más de 20 algoritmos de optimización y 5 escenarios de uso principales.
La unidad que hemos probado venía con una interfaz en chino, que funcionaba muy rápido y con precisión, aunque para probar la calidad de contenido con aplicaciones nacionales lo hemos hecho a través de un Mi TV Box.
No es para todos
El Xiaomi Mi TV LUX Transparent Edition se sitúa a la vanguardia de la tecnología en televisores y supone una reivindicación de la compañía en lo que es capaz de hacer. Una demostración de hasta qué punto llega su departamento de innovación. Aunque este televisor no es para todos.
Buscando posibles ubicaciones donde realmente sacarle partido destacan dos entornos principales: retail y hogares de lujo. El primero es casi el más evidente, este tipo de paneles pueden ser un buen reclamo comercial en tiendas o comercios donde poder exponer contenido, pero al mismo tiempo invitar a entrar en ellas. Asimismo, también puede ser útil para lugares como hoteles o centros de exposición donde se muestre información, pero también sea importante la presencia del entorno.
Por otro lado, el televisor transparente de Xiaomi tendría sentido en hogares de lujo. Casas con estancias amplias, de muros cuidados al detalle y en los que la presencia de un televisor apagado puede romper completamente la armonía de la decoración. Aquí hasta encendido podría llegar a integrarse.
Eso sí, en el resto de los casos no merece mucho la pena apostar por algo así. No sólo por la calidad de visionado, ya que hay opciones más asequibles de muchas pulgadas para convertir un salón en un cine. Sino porque por el precio que llegaría, podríamos tener algunos de los mejores televisores del mercado.