Tras presentar en España el flagship killer hace unas semanas para plantar cara a la gama alta, Realme lanza ahora su apuesta para aniquilar también a la competencia en la gama media. El GT Master Edition llega a las tiendas con el mejor procesador, una pantalla Super AMOLED con una tasa de refresco de 120 Hz y carga rápida para llenar su batería en poco más de media hora.
El nuevo móvil de gama media alta de la compañía se estrena con un precio oficial de 399 euros, un coste que marca claramente la línea de rivales a los que pretende dejar atrás con esta potente combinación entre diseño y rendimiento. Pero ¿conseguirá convencer Realme a los consumidores?
En OMICRONO hemos pasado las últimas semanas conviviendo con este nuevo teléfono para poner a prueba todas sus cualidades y comprobar si realmente consigue ser el golpe de efecto capaz de tumbar al resto de modelos que se pueden encontrar ahora mismo en el mercado.
Diseño único
Al igual que su hermano mayor, Realme ha querido darle un aspecto diferente a este teléfono y para ello ha recurrido al diseñador industrial Naoto Fukasawa, quien ha revestido a esta serie de teléfonos con un estilo inspirado en las maletas de viaje. En nuestras manos ha caído la versión más sencilla, pero el GT Master Edition también luce el acabado característico de los equipajes modernos con una carcasa ondulada formada por cuero vegano.
En este análisis, la carcasa de plástico blanca refleja ciertos brillos y disimula muy bien la suciedad de las huellas dactilares. En un lateral, el soporte de cristal para las cámaras traseras le da un aire elegante y centra todas las miradas en las tres lentes negras en posición vertical.
El teléfono es ligero y práctico al tener unas dimensiones cómodas (8 mm de grosor y 174 gramos de peso) para cualquier mano, con bordes redondeados en metálico. Viene en la caja con una funda de goma mate gris antideslizante que le confiere una imagen singular, aunque estos detalles dependen del gusto de cada uno.
Menos subjetivas son las valoraciones que merece recibir la pantalla de 6,43 pulgadas de este Realme. Se trata de un panel Samsung AMOLED, con una tasa de refresco de 120Hz y resolución FullHD+, la calidad más alta en este rango de precio. Es la misma pantalla que luce su hermano mayor, una de las muchas cualidades que ha heredado el Master Edition del GT de gama alta.
Este elemento principal está destinado a ofrecer la mejor calidad a la hora de ver videos o jugar a videojuegos con una tasa de refresco táctil de 360 Hz. La fluidez y definición que ofrece se disfruta en todas y cada una de las tareas que realizamos con el Master Edition. Ni los bordes delgados ni el agujero para la cámara frontal interfieren en la experiencia.
El teléfono ofrece la opción de elegir entre una tasa de refresco más baja para ahorrar en batería, los 120 Hz, o su sistema inteligente que gestiona este ajuste de forma automática según el uso que estemos haciendo del terminal. La velocidad de refresco de la pantalla y su brillo de 1.000 nits son dos pesos pesados que se comen con rapidez la batería del terminal. El fabricante no ha tratado de reforzar este elemento con una batería de gran tamaño, pero no pretenden que el móvil dure más de un día, aunque puede hacerlo si optimizamos su uso.
En su lugar, apuestan por una carga ultrarrápida. Han dotado con una batería de 4.300 mAh el GT Master Edition para que pueda aguantar día y medio de sobra con un uso muy moderado, para después cargar en pocos segundos el teléfono de nuevo cuando haga falta. Los 65W de potencia de su sistema de carga rápida SuperDart completan la batería al máximo en unos 35 minutos.
Alto rendimiento
Aprovechamos esta pequeña exploración al interior del terminal para hablar del verdadero rey de este modelo, el Qualcomm Snapdragon 778G. No es el procesador más potente del mercado, ese se reserva a los modelos de gama alta, sin embargo, este chip solo cuenta con unos pocos meses de vida y es el más potente de Qualcomm destinado a la gama media.
El uso del 778G se traduce en una experiencia sin interrupciones, saltando de una aplicación a otra por el sistema de Android 11 (Realme UI 2.0) y exigiendo la máxima carga de trabajo con la mayor naturalidad. Activando el Modo GT en los ajustes, el móvil libera toda su potencia y arranca los juegos y programas más pesados en segundos.
Responsables de esta potencia también son los 8 GB de RAM y los 256 GB de memoria interna, aunque por algo menos de dinero se puede elegir una configuración menor de 6 y 128 GB. El espacio de almacenamiento es más que suficiente para guardar música, vídeos y juegos sin miedo a saturar el terminal, incluso sin una ayuda extra en forma de tarjeta microSD (sí acepta DualSIM).
Estos niveles de trabajo suelen traducirse en un sobrecalentamiento peligroso para el mantenimiento de la máquina, pero Realme ha protegido a su terminal del calor excesivo con un sistema de refrigeración a base de cámaras de vapor. Se nota cierto calor al jugar durante algunas horas y al usar la carga ultrarápida, pero dentro de las temperaturas normales.
Además de su potencia, el procesador de Qualcomm también es compatible con las redes de telecomunicaciones 5G, una cualidad que se puede considerar una inversión de futuro, al no estar aún muy extendidas en el territorio español y demás países. Contar con esta conectividad y otros sistemas inalámbricos como el NFT (ya no puede faltar en ningún móvil) asegura que el móvil se mantenga funcional en los próximos años y nos permita hacer uso de estas tecnologías que poco a poco están más presentes en el día a día.
El Realme GT Master Edition también trabaja con WiFi 6 y Bluetooth 5.2 para conectar otros dispositivos como unos auriculares inalámbricos, o con cable si se prefiere, gracias al conector minijack que luce al lado del puerto USB-C y el altavoz del teléfono. El sonido es claro y con buen volumen sin generar distorsiones en el nivel más elevado. No es su mayor cualidad, pero cumple con creces lo esperado para un móvil de este precio.
Cámaras equilibradas
La combinación de cámaras es otro de los puntos fuertes de este teléfono. Para hacer de él un digno rival dentro de la gama media, Realme ha integrado tres cámaras en la parte trasera. El primer sensor es de 64 megapíxeles y se encarga de conseguir fotos luminosas, con buena resolución.
Le ayudan el segundo sensor gran angular de ocho megapíxeles y un tercero de dos megapíxeles destinado a la fotografía macro para capturar a solo 4 cm de distancia los detalles más pequeños. Es verdad, que las imágenes macro no son un recurso que muchos usuarios vayan a aprovechar al máximo, quizás un teleobjetivo hubiera sido mucho más práctico, pero el GT Master Edition se desenvuelve con soltura en la mayoría de opciones fotográficas.
Al final, la combinación está calcada de su hermano mayor el Realme GT que probamos hace poco en Omicrono. Si ya era una opción bastante completa para la gama alta, en un mercado más modesto, la apuesta del fabricante es más que acertada.
Las imágenes tienen un amplio rango de color para darles más realismo, con un buen HDR que equilibra las luces y las sombras. De noche, se maneja con soltura compensando las zonas menos iluminadas y aquellas saturadas para dar más claridad a toda la escena, así como remarca los perfiles y texturas de lo que tenemos delante.
De forma similar, la cámara frontal responde ante el sensor Sony de 32 megapíxeles que recoge selfies con buena luz y nitidez. Tanto para el desenfoque del fondo en retratos, como para la estabilización al grabar vídeos, el teléfono recurre al software para corregir las imágenes, pero el resultado es bueno y confiable.
¿Me lo compro?
Llegamos al final de este análisis para responder sin más rodeos a la pregunta que todos se hacen, ¿merece la pena su compra? Con 8GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno, el Realme GT Master Edition es un modelo bastante redondo al que cuesta encontrarle fallos, y que sale a la venta por 399 euros.
Es una versión simplificada del GT de gama alta, está equipado con muy buenas características que le convierten en un móvil interesante a medio camino entre la gama media y los modelos más premium. Su compra supone 200 euros menos de lo que habría que pagar por su hermano mayor, siendo tan similares.
Frente al resto de móviles de gama media, la propuesta de Realme es muy completa y con un precio bastante competitivo. Por poner algún ejemplo, la lista de especificaciones de este terminal recuerda en gran medida a la del Oppo X3 Lite 5G, cuyo precio de lanzamiento fue más caro.
El Oppo no equipa un procesador tan nuevo, ni una pantalla con 120 Hz o un almacenamiento de 265 GB, pero comparte la mayoría de cualidades con el Realme y también ofrece una experiencia de uso bastante conseguida. Su precio, tras varios meses en el mercado, es de 355 euros.
Lanzar un órdago en la gama media es un reto complicado, esta franja es extremadamente competitiva, cada día más saturada de modelos. Aún así, Realme ha hecho muy buen trabajo, presenta un terminal de grandes cualidades que seguramente cautive a un gran número de consumidores.
También te puede interesar...
- OnePlus Nord 2: probamos el móvil que aspira a rey de la gama media
- Probamos el móvil de 200 euros que hará que te olvides de comprar un gama alta
- Probamos los mejores Samsung de menos de 500 euros: ¿qué Galaxy A comprar?