En España, se está forjando poco a poco la cultura del gaming entusiasta. Es decir, el amante de los videojuegos y del hardware dedicado a ellos pero de gama extrema. Y muchos creen que la importancia de tu equipo no se limita simplemente a un buen teclado o a un buen ratón. Va más allá: tener una herramienta que esté hecha específicamente a tu medida. Es lo que promete el SCUF Instinct Pro, el mando de consola personalizable.
Yo soy un gran amante de los videojuegos. Por ende, tengo acceso a prácticamente todas las plataformas de entretenimiento: Xbox One S, PlayStation 4 Pro, Nintendo Switch y un PC. A consecuencia tengo repartidos por casa una infinidad de mandos de todo tipo, incluyendo algunos de consolas que no tengo. El SCUF Instinct Pro de Xbox Series X promete ser el mejor mando de toda mi colección, y la herramienta ideal para mis sesiones de gaming intenso en mi PC.
Lo hace prometiendo no solo una increíble personalización, sino funciones reservadas solo a los más profesionales, como botones adicionales o piezas intercambiables. Y efectivamente, este mando ha conseguido eclipsar a todos los de mi repertorio, incluyendo a los mandos a los que más aprecio les tenía, como el Pro Controller de mi Nintendo Switch.
Personalización al poder
Esta es la versión para Xbox Series X y Series S, siendo compatible con esas consolas y con Windows, además de otros sistemas operativos. De base se puede adquirir por un precio base de 189 euros en su versión básica, en negro. No obstante, por un precio de 219 euros (precio base) podremos personalizarlo prácticamente en su totalidad, con un nivel de modificación casi enfermizo.
Desde el modificador integrado de la página, se podrán realizar todo tipo de cambios. Se podrán personalizar la placa delantera, el kit de botones X-Y-B-A, los sticks tanto izquierdo como derecho de forma independiente así como sus propios anillos e incluso la cruceta inferior izquierda. Los botones superiores o bumpers también se pueden personalizar, además de los gatillos traseros. Por si fuera poco, se puede elegir que el mando venga sin motor de vibración para hacerlo más ligero y que este motor no moleste.
La personalización es inmesa; se pueden escoger todo tipo de acabados para la placa delantera incluyendo diseños únicos, colores e incluso formas. Por ejemplo, se pueden elegir tipos de cavidades para los sticks, si se quiere una cruceta completa con esquinas, etcétera. Y por supuesto, todo se puede editar de forma completamente individual. Eso sí, cuanto más añadidos incluyamos, más ascenderá el precio.
Pero la mejor parte llega cuando descubrimos que el SCUF Instinct Pro se puede personalizar por uno mismo. La placa delantera del mando es retirable y se puede acoplar mediante imanes, y si la retiramos, dejaremos expuesto todo el frontal del mando. De esta forma, se pueden retirar los sticks para cambiarlos. De hecho, el pack básico incluye pequeños sticks adicionales, uno más alargado y otro más corto de lo normal (además de un cable USB-C mallado).
Junto a la compra del mando, se puede adquirir un pack adicional que incluye una funda protectora, un cable USB-C adicional y dos juegos más de sticks. Junto a este pack, viene un botecito de loción para mantener secas tus manos y evitar que te suden las manos mientras usas el mando.
Lleno de posibilidades
Siendo que este es un mando en forma prácticamente idéntico al que vende Microsoft junto a sus Xbox Series X y S ¿para qué es necesario? Este periférico está destinado a un público más ligado al espectro profesional, que necesitan más posibilidades de las que ofrecen los mandos oficiales de Microsoft. Y es que este mando esconde posibilidades que hasta yo, un entusiasta de los videojuegos, no sabía que necesitaba.
Ya solo en el cuerpo del mando las podemos ver. Un botón para silenciar el micrófono mientras jugamos, en una posición muy accesible y un botón trasero para gestionar perfiles de juego. El SCUF Instinct Pro permite guardar hasta 3 perfiles diferentes que guarden configuraciones distintas de mapeo de botones. Con tan solo pulsar el botón se podrán cambiar los perfiles, y un LED frontal indicará en qué perfil se encuentra el jugador.
No obstante, la parte trasera del mando es la que esconde las mayores maravillas. En la parte posterior, el mando integra hasta 4 botones adicionales, justo donde los dedos acaban de agarrar las asas del mando. Su posición es verdaderamente ingeniosa, ya que se adaptan a todo tipo de agarres y hacen que ciertas acciones en ciertos videojuegos sean mucho más fáciles de ejecutar.
Pero lo que más nos ha sorprendido con altísima diferencia han sido las pequeñas palancas traseras. Estas modifican los gatillos traseros del mando, es decir, los botones LT y RT, para que pasen de tener una pulsación larga a una pulsación corta, como la del click de un ratón. Si mantenemos las palancas desplegadas, los gatillos bajarán hasta abajo del todo. Si las plegamos, los gatillos harán un pequeño click, facilitando enormemente el disparo en juegos de shooters.
Todo ello, sumado a la posibilidad de intercambiar los sticks delanteros y a la increíble comodidad del mando hacen que usarlo sea una absoluta delicia. Juegos que requieren de mando como Hades o Dark Souls me han sido directamente más fáciles, ya que he conseguido mapear acciones específicas en dichos botones. En el segundo caso, he podido establecer que la esquiva se pueda ejecutar en un botón trasero y así tener los dedos libres para la cámara o para el ataque.
Y es que el mando no es solo personalización. SCUF ha conseguido con este mando realizar todo un trabajo de ingeniería, ya que es increíblemente cómodo de usar y es muy fácil de sujetar. La construcción del mando es sencillamente exquisita, y en ningún momento se ha hecho incómodo usarlo durante un período largo de juego. Es suave, robusto, fácil de usar y sencillo de agarrar. Desgraciadamente, hereda de los mandos de Xbox el uso de pilas, lo cual no nos convence del todo.
¿Me lo compro?
Todo esto tiene un precio. Un mando de Xbox Series X cuesta en España 59,95 euros, y viene con un cable USB-C para su conexión. Al igual que el SCUF Instinct Pro se puede usar en PC y en otras consolas, como las Xbox de la serie One (de hecho, yo juego a mi One S con uno de ellos). El SCUF Instinct Pro, de base, cuesta bastante. Y es que la versión que realmente merece la pena parte de los 219 euros.
De hecho, se puede personalizar desde ese precio, pero SCUF vende varios modelos personalizados de serie, que pasan a costar 232 euros. Por supuesto se puede optar por el SCUF Instinct estándar, que cuesta 189 euros. Sin embargo, en cualquier caso, este mando cuesta muchísimo más que su versión de Xbox.
¿Merece entonces la pena? Aunque la respuesta lógica sería que no, en este caso creemos que sí, pero para un nicho de usuarios específico: los profesionales y los usuarios entusiastas de videojuegos. Son los pequeños detalles los que hacen de este mando algo especial, como los botones que se remapean, el cambio de gatillos o su personalización.
Este es un mando dedicado a aquellos que no quieren un mando, sino su arma de combate definitiva. Y si quieres llevar al siguiente nivel tus sesiones de juego, esta es sin duda alguna la mejor opción.
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