Si hay un momento para comprar un nuevo televisor es ahora. Las estrellas parecen haberse alineado y las ofertas son más agresivas que nunca con la coincidencia de la campaña del Black Friday y el Mundial de Qatar. Samsung lo sabe y es posible conseguir sus mejores televisores con descuentos que alcanzan hasta el 43% de su precio original, una oportunidad única para hacerse con alguno de los mejores modelos de su catálogo a un precio considerablemente menor.
La compañía surcoreana ha dado un salto de calidad en su división de televisores durante el 2022. Ha ampliado sus prestaciones premium para llevarlas a cada vez más familias de televisores, al tiempo que ha incorporado más tecnologías y nuevos paneles. Sin embargo, el rey de sus televisores es el NEO QLED 8K QN900B, el mejor televisor de Samsung y uno de los mejores que se pueden enconatrar en el mercado. Sin ambages.
Su panel es imponente, su diseño es icónico y su experiencia de usuario se abre a ser mucho más que un televisor en el que consumir contenido. Durante los últimos meses lo hemos estado probando a fondo en EL ESPAÑOL - Omicrono para comprobar de primera mano si merece la pena la inversión los 3.200 euros (una rebaja de 1.800 euros con respecto a su precio habitual). Descubrir cuáles son sus puntos fuertes así como sus aspectos a mejorar en este televisor que aspira al trono de los tope de gama del mercado.
Un diseño de revista
El QN900B es una evolución del QN900A que abanderaba el catálogo de Samsung el pasado año. Con este nuevo modelo la compañía hace lo más inteligente: tocar lo que necesitaba mejorar y asentar los conceptos de lo que era extraordinario en el modelo del año pasado. Y eso precisamente es el diseño.
El televisor apuesta por un minimalismo con el que busca que el aparato pase a un segundo plano y todo el poder del mismo se concentre en la imagen. Para lograrlo, apuesta por un aprovechamiento del frontal total que devuelve una sensación de inmersión en lo que estemos viendo, bien sea la última serie de Netflix o los partidos del Mundial. Realmente la imagen come el salón sin necesidad de tener que ir hasta las 85 pulgadas en las que está disponible este modelo.
Más allá de la pantalla infinita, el diseño cuenta con dos particularidades sobresalientemente pensadas para mejorar la experiencia. Por un lado la delgadez, con un fondo de menos de 2 milímetros pensado para colgar o colocar elegantemente en el salón de casa, todo sin que esa delgadez afecte al sonido — que se ha mejorado este año—. Por otro la apuesta por concentrar todas las conexiones en la caja Slim One Connect que permite esconder todos los cables de una forma cómoda y ordenada.
Igualmente interesante es el diseño del mando. Es cómodo, funcional, con atajos a las principales aplicaciones de streaming y la posibilidad de relacionarnos con el televisor a través de comandos de voz. Sin embargo, lo más llamativo del mando es la apuesta por el panel solar con el que Samsung quiere evitar que tengamos que cargarlo a la corriente y usar pilas. Aunque siempre podremos enchufarlo a un cargador USB-C si lo hemos perdido entre los cojines del sofá y se ha descargado.
Calidad de imagen y sonido
Aquí lo más importante es la calidad de la imagen. Samsung ya venía de hacer un buen trabajo con el modelo anterior por lo que sigue apostando por la tecnología Mini LED praa controlar la luz de forma más precisa. En este modelo, se nota una mejora en las zonas oscuras así como en la gestión del brillo, siendo capaz de reproducir un volumen de color mucho más preciso y detallado. Se ve mejor que nunca.
Aunque el panel también ha sido mejorado para evitar los reflejos de luz y las posibles distorsiones que éstas puedan provocar en la pantalla, la verdadera magia para gestionar la imagen llega de la mano del chip Neural Quantum Processor 8K, un procesador que escala el contenido para llevarlo a la mejor resolución posible.
Y es que aunque este televisor está preparado para mostrar contenido en 8K de una forma clara y detallada, la escasez de éste ha hecho que Samsung apueste por un chip con inteligencia artificial que analiza y mejora píxel a píxel la imagen en tiempo real para que el contenido 4K —como el Mundial de fútbol que retransmite RTVE— se vea mejor que su emisión original. Nadie queda indiferente a lo bien que se ve cualquier cosa en este televisor y el ejemplo más claro son los comentarios de las visitas que han venido a casa.
Más allá de escalar las imágenes, el tratamiento de éste por parte de Samsung con los modos de imagen permite al usuario elegir de una forma fácil cómo quiere calibrar lo que se ve en su televisor sin necesidad de invertir demasiado tiempo. Se puede activar un modo inteligente que por lo general funciona muy bien, reconoce el contenido. En mi caso, me parece especialmente interesante el Filmmaker mode que para producciones audivisuales como Los anillos de poder es capaz de ser increíblemente fiel a la colorimetría y tratamiento que busca Amazon con ella. Aún así este sistema de calibración no es perfecto y alguna vez da alguna sorpresa.
Pero no todo el contenido es pasivo, también es activo. Y es que un televisor que aspira a todo no se puede quedar en series, películas o deportes, sino que también cuenta con un modo gaming que permite jugar en 4K a 144Hz aportando una fluidez increíble, al tiempo que incorpora la tecnología AMD FreeSync Premium Pro para poder jugar mejor con HDR. En resumen, los videojuegos rinden y se ven mejor.
Sin embargo, no todo es calidad de imagen en este televisor. De hecho, la principal mejora en este modelo con respecto al gama alta del año pasado es la incorporación —por fin— de un sistema de sonido compatible con Dolby Atmos. En 2021 parecía poco entendible que el modelo tope de gama necesitase una barra de sonido externa para poder desenvolverse acústicamente como merecía.
Ahora, podremos tener únicamente el televisor para que la experiencia de sonido sea increíble. Dispone de la tecnología de segumiento del sujeto OTS PRo, sonido adaptativo y sigue siendo compatible con el sistema Q-Symphony, la tecnología de la compañía que permite aprovechar sistema de sonido de Samsung adicional para aprovechar e incorporar al mismo el conjunto de altavoces del televisor.
No sólo un televisor
El QN900B no está concebido sólo como un televisor, sino que el sistema Smart TV que incorpora está pensado para ser el centro del hogar y que la tele pueda ser mucho más que una tele inteligente en la que ver y disfrutar de contenido.
Quizá lo más llamativo del televisor es la integración del Gaming Hub que permite jugar a los juegos de Xbox sin consola. Una forma sencilla que permite vincular un mando a través de bluetooth y disfrutar directamente de una partida sin más complicaciones que conectar y jugar. No está pensada para jugadores pro, pero para muchos padres de familia que quieren jugar puntualmente a juegos sin preocuparse demasiado es una solución perfecta que permite ahorrarle la consola.
Por otro lado, Samsung apuesta por SmartThings para que desde el televisor podamos conectar y supervisar diferentes elementos del hogar conectado de una forma fácil e intutiva, bien desde el mando o bien con comandos de voz. Además se podrá usar el televisor como centro de videollamadas con Google Duo.
Más allá de estas funciones el Smart TV está pensado, lógicamente, para ver contenido y se podrá buscar directamente por serie, programa o película, sin tener que bucear entre aplicaciones, así como disfrutar de cientos de canales gratuitos que vienen directamente sobre la interfaz basda en Tizen.
¿Me la compro?
El QN900B es el televisor para los que lo quieren todo. Es la apuesta más ambiciosa del catálogo de Samsung como respuesta al OLED de LG o Sony. Samsung juega la carta de escalar el contenido a 8K frente a la profundidad de imagen que puede ofrecer la tecnología OLED.
En cualquier caso, es un televisor de altísimas prestaciones en la que los puntos débiles se pueden encontrar en situaciones puntuales de software que se van solucionando con actualizaciones. A mejorar está la capacidad de almacenamiento o una mayor posibilidad de personalización del sistema de SmartTV.