El debate está en la calle, en los colegios y hasta en el gobierno, que desde el ministerio de Educación ha propuesto a las comunidades autónomas prohibir el uso del móvil en clase y en el recreo. Miles de padres de toda España ya se están organizando para retrasar lo máximo posible la compra de un smartphone a sus hijos. Sin ir más lejos, yo mismo me encuentro en esa tesitura, valorando las opiniones de expertos en enseñanza sobre el tema y las distintas alternativas con mi hija de 11 años, cuyos compañeros de clase tienen móvil en su inmensa mayoría y se comunican habitualmente por WhatsApp.
Aunque ya hay colegios e institutos que han probado con éxito esa prohibición desde hace tiempo y existen inventos como un 'cinturón de castidad' para el smartphone, quería estudiar otras opciones para poder hablar con ella o intercambiar whatsapps cuando no está en casa sin depender de terceros.
Por eso, antes de sucumbir a la presión y comprarle un móvil, quería probar uno de los relojes de SaveFamily, empresa española que lleva años publicitándose como líder en este tipo de dispositivos con geolocalización diseñados como alternativa al teléfono móvil para niños y adolescentes. Durante un mes hemos podido examinar las prestaciones que ofrece su producto más avanzado, SaveWatch+, que gracias a una promoción tiene un precio rebajado de 129 euros a través de su web, frente a los 149 euros habituales.
A mi hija le entró por los ojos según lo sacó de la caja, ya que no tiene un aspecto tan infantil como otros productos similares, y juntos hemos estado probando a fondo todas sus funciones, desde el propio localizador GPS hasta la app de WhatsApp integrada, las videollamadas o el botón SOS. Las sensaciones son agridulces, con el hardware varios cuerpos por delante del software, algo que intentaré explicar con detalle a continuación.
Puesta en marcha
La principal ventaja que ofrecen los relojes de SaveFamily, con sede en Castro Urdiales (Cantabria), es la posibilidad de utilizar una tarjeta SIM para toda la gestión de las llamadas, los mensajes y la geolocalización. La empresa incluye la posibilidad de adquirir el reloj junto a una tarjeta SIM y contratar una tarifa de datos directamente con ellos, sin permanencia, con un primer mes gratuito y un coste posterior de 6 euros al mes o 60 euros al año, además de un 10% de descuento en el precio final del reloj. Es un precio muy competitivo, sobre todo teniendo en cuenta que ofrece datos y llamadas ilimitados.
Lo primero es instalar la microSIM en el dispositivo y sincronizarlo con el móvil paterno y/o materno a través de la app de SaveFamily, disponible en iOS y Android. Tras un par de intentos fallidos lo conseguimos, y pudimos empezar a probar las bondades (y alguna que otra decepción) del dispositivo.
Al principio puede parecer demasiado grande para la muñeca de un niño, con 4 cm de ancho y de alto y 1,3 cm de grosor, pero qué menos para alojar una pantalla de 1,85 pulgadas y algunas funciones avanzadas. Lo mejor es sin duda su ligereza, por debajo de otros smartwatches, y la facilidad y seguridad que ofrece la correa (al menos la textil), adaptable al grosor de la muñeca gracias a una tira de velcro.
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La pantalla tiene resolución FullHD y responde bien al control táctil, pero en exteriores y en un día soleado su brillo se queda muy corto, tanto en la esfera principal como en las aplicaciones. La carcasa cuenta con resistencia al agua y al polvo IP67, algo muy de agradecer al tratarse de un producto para niños, con los que nunca sabes lo que puede pasar.
En el lado derecho se encuentran los dos únicos botones del dispositivo: una corona con rueda para cambar de esfera y desplazarse por los menús, y un botón que sirve para volver atrás y para activar la función SOS cuando se deja pulsado más de 1 segundo. Aquí encontramos uno de los problemas más preocupantes del SaveFamily+: sin querer se pueden enviar alertas a los teléfonos configurados previamente. Además, en la pantalla del reloj no aparece ningún elemento que haga pensar que se ha enviado una alerta.
En la parte inferior del reloj se sitúa el conector imantado para la carga de la batería, de 680 mAh. La carga es relativamente rápida, unas dos horas y media hasta lograr el 100%, pero su duración es otro de los hándicaps del producto. Con un uso normal se agota rápidamente, también cuando está en reposo, por lo que es casi obligatorio cargarlo todos los días.
Las especificaciones técnicas incluyen un procesador Dual Core a 1.2 MHz, una memoria RAM de 1 GB y 8 GB de memoria interna, además de una cámara con una resolución de 1 MP y un altavoz que suena bien reproduciendo música o vídeo pero que puede dar problemas en las llamadas. En el apartado de conectividad, cuenta con wifi, GPS y LBS (tecnología de localización basada en antenas GSM y puntos wifi), además de un Bluetooth algo básico.
El gran punto negro es su fiabilidad. En varias ocasiones intentamos llamar o recibir llamadas y mensajes desde el reloj pero fue imposible, presumiblemente por problemas de cobertura, aunque sucedía en zonas donde no suele haber este tipo de inconvenientes. Las redes disponibles, según SaveFamily, son 4G, 3G y H+, y al consultar la red utilizada se puede ver cómo salta entre distintas operadoras, no siempre con éxito. Eso, en un dispositivo diseñado expresamente para comunicarte siempre que lo necesites con tus hijos, es un contratiempo a tener muy en cuenta.
Un software a mejorar
Más allá del hardware, que cumple con lo básico y permite usar el reloj con cierta fluidez, el apartado del software deja mucho que desear. El SaveWatch+ corre una versión de Android 8.1 que en muchos casos no parece adaptada a una pantalla tan pequeña.
Esa circunstancia es especialmente notoria en la app de WhatsApp, donde todo aparece en un tamaño minúsculo y los bordes redondeados de la pantalla limitan el acceso a las funciones de las esquinas. Resulta muy complicado navegar por ella y escribir, incluso para los dedos pequeños de un niño. Su mayor utilidad reside en poder enviar y recibir mensajes de voz, algo que también se puede hacer (y de manera más sencilla) desde la propia app de mensajes nativa de SaveFamily.
En cuanto a la aplicación para el móvil paterno, desde donde se controla todo, también genera muchas dudas. La configuración no es nada intuitiva, con hasta cuatro menús distintos que cuesta diferenciar al principio, y las opciones no están agrupadas con criterio, por lo que hay que buscar y rebuscar hasta encontrar lo que realmente se está intentado localizar.
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La emisión de notificaciones constantes y persistentes tampoco ayuda, ya que no se puede decidir cuáles quieres recibir y cuáles no. Hay que elegir entre manejar una cascada de avisos constante o no recibir ninguno en absoluto, lo que implicaría 'desconectarse' del todo y no recibir los posibles mensajes de tu hijo/a.
El apartado de monitorización de la actividad física sólo mide los pasos, la distancia recorrida y el sueño. Es muy básico y sólo se puede consultar desde el móvil. En ese aspecto, cualquier pulsera de actividad o reloj inteligente normal lo supera con creces.
Los aspectos más interesantes del SaveWatch+ tienen que ver con el control remoto del dispositivo y su localización, así como la delimitación de áreas seguras (para que te envíe una notificación si el dispositivo sale de un perímetro previamente marcado en el mapa), un historial de ubicaciones. También es interesante el control de la agenda, añadiendo o eliminando los únicos números con los que el niño puede interactuar, aunque estas limitaciones no son válidas para WhatsApp, obviamente.
En la práctica, la geolocalización no es en tiempo real ni inmediata: al dar al botón de 'Localizar' aparece un mensaje que dice 'Comando enviado, por favor espere!', y pueden pasar varios minutos hasta obtener una localización precisa, algo que puede ser bastante frustrante.
¿Me lo compro?
Sobre el papel, y si nos fiamos de la publicidad de la compañía, SaveFamily+ es una de las mejores opciones disponibles en el mercado si quieres retrasar ese paso decisivo que supone comprarle el primer móvil a tu hijo o hija. Es atractivo y ligero, permite hacer llamadas, videollamadas y enviar y recibir mensajes, jugar a minijuegos, usar WhatsApp y dispone de geolocalización.
Sin embargo, al menos en mi experiencia, no resulta fiable al 100%. En varias ocasiones he tenido problemas para poder comunicarme con mi hija. Las funciones principales no siempre responden, la localización no siempre es precisa y no se puede obtener en tiempo real. Si a eso se le suma que la app desde la que se configura todo es algo caótica, estamos ante un producto con muchas posibilidades pero que necesita mejorar a todos los niveles.
Además, hablamos de un dispositivo con un precio habitual de 149 euros, superior al de las opciones más pujantes de la competencia. El servicio de SIM por 6 euros con llamadas y datos ilimitados es sin duda uno de sus puntos más fuertes. Es un buen aliciente para convencer a algunos a dar el paso y apostar por el producto estrella de esta empresa española, sobre todo ahora que se valora la prohibición de los móviles en colegios e institutos.