Los videojuegos han dado un salto de gigante en los últimos años. De ser considerados una peligrosa adicción y una perniciosa influencia para la juventud en España, han pasado a protagonizar estudios en los que se especula con su valor positivo a la hora de encontrar trabajo. Ahora son considerados como ocio para adultos y como un deporte más tras la irrupción de los equipos profesionales de eSports. Para llegar a esos horizontes, en los que están en juego audiencias y sueldos millonarios, los jugadores tienen a su disposición accesorios cada vez más potentes y avanzados.
En esa liga compite Razer, referencia ineludible en el sector del gaming, que ha querido dar un paso más con el reciente lanzamiento del Razer Wolverine V3 Pro, un mando profesional para PC y Xbox con la idea de plantar cara al Elite 2 de la propia Microsoft. En EL ESPAÑOL - Omicrono hemos querido poner a prueba esta nueva bestia para comprobar hasta qué punto puede marcar la diferencia para un jugador del montón como yo.
Hasta 6 botones reasignables con una rapidez inaudita de reacción, palancas con efecto Hall, una app muy completa para configurarlo todo a tu gusto... El Wolverine V3 Pro lo tiene todo para triunfar, aunque su precio puede echar para atrás a más de un aspirante a jugador profesional: 229,99 en la propia web de Razer.
Diseño y ergonomía
Para un ojo inexperto y a primera vista de su parte frontal, el Wolverine V3 Pro no se distingue tanto de los mandos oficiales de Xbox, ya que el color negro lo domina todo. Pero basta con sacarlo de su lujosa funda, que también tiene hueco para el cable de 3 metros, recambios para las palancas y el dongle USB que sirve para emparejarlo de forma inalámbrica tanto con la consola como el PC en cuestión de segundos, y empiezan a notarse las grandes diferencias.
Los materiales son de primera categoría y el logotipo de Razer con luces RGB en el centro es una declaración de intenciones. El agarre es perfecto gracias a sus empuñaduras texturizadas y los contornos redondeados, además de unos gatillos muy anchos para que los índices puedan reposar y estar listos para entrar en acción sin esfuerzo alguno.
En líneas generales replica la distribución estándar de los mandos inalámbricos de Xbox, con la cruceta analógica con 8 direcciones, los joysticks asimétricos, el botón central para encender y apagar o ir a la home, y los botones de Menú y Compartir a los lados del logotipo luminoso de Razer.
Las diferencias se hacen más patentes cuando empiezas a probarlo. Lo he hecho a conciencia con todo tipo de juegos y con cada uno de ellos ha respondido a las mil maravillas: FPS como Halo Infinite o Call of Duty Modern Warfare 3, juegos deportivos como FC24 o NBA2K24 y títulos de lucha como Mortal Kombat 11 o Guilty Gear.
El efecto Hall de los sticks se aprecia especialmente en los shooters, ya que aportan una gran precisión y suavidad, ideal para apuntar y acertar a la primera. El d-pad circular ofrece unos resultados perfectos para facilitar los combos de los juegos de lucha y los botones con microinterruptores tienen un tacto de lo más satisfactorio.
Sin embargo, lo mejor de todo es la velocidad de respuesta, que se nota especialmente en PC. La conexión por cable ofrece una tasa de 1.000 Hz, cuatro veces la lectura habitual que se consigue jugando en consola o a través de la conexión inalámbrica. La sensación, similar a la que ofrecen los ratones premium, es la de ir casi por delante de la acción. Quizá contra la IA de los juegos la diferencia no se note tanto, pero en juegos competitivos online puede ser la clave para adelantarse al rival y sobrevivir una ronda más o salvar ese gol cantado en el descuento.
Botones reasignables
Los juegos tienen controles cada vez más complejos y no siempre se corresponden con lo que estamos acostumbrados, además de que cada género exige cosas distintas. La aplicación Razer Controller, disponible tanto en Xbox como en PC, permite aprovechar los 6 botones extra del Wolverine V3 Pro para reasignar las acciones, dos de agarre en pinza en la parte superior y cuatro de clic en la trasera.
En estos últimos, Razer ha aprovechado la tecnología de sus ratones para que accionarlos tenga una respuesta inmediata, con menos recorrido que los botones normales. Las opciones son casi infinitas. Por ejemplo, he usado uno de ellos en combianción con las palancas para aportar un extra de precisión, con la posibilidad de regular la velocidad y el recorrido de cada una de ellas de forma independiente.
Eso supone una ventaja considerable, especialmente en los FPS, tanto que por momentos tuve la sensación de estar haciendo trampas. Además, la aplicación también permite crear perfiles personalizados, lo que permite tener preajustes listos para adaptarte a diferentes géneros y tipos de juegos sin tener que volver a configurarlo todo.
Estos botones ofrecen una función inestimable para los jugadores profesionales, pero son muy fáciles de pulsar de forma involuntaria. Por eso, los diseñadores de Razer han incluido unos interruptores en la parte trasera para bloquear su uso cuando no se necesitan. De hecho, y como única pega en general al diseño del Wolverine V3 Pro, los botones traseros de clic pueden resultar molestos al principio, aunque te acostumbras rápido a su presencia.
En cuanto a su batería, con un uso bastante intensivo pude alargarla hasta las 12 horas con una carga completa. En cualquier momento puedes consultar el estado de la batería, pero lo mejor es asegurarse de dejarlo cargando mientras no juegas a través de su conexión USB-C.
¿Me lo compro?
Si los videojuegos son más que una afición para ti, el Razer Wolverine V3 Pro es casi una compra obligada, tanto para PC como para Xbox. No sólo ofrece unos materiales y una calidad de fabricación de primera categoría, sino que aporta una serie de extras que pueden suponer una ventaja decisiva en cualquier juego competitivo.
Su magnífica ergonomía, la rapidez y suavidad de sus palancas y botones, incluidos los seis reasignables, y la aplicación Razer Controller ofrecen motivos más que sobrados para hacerse con este nuevo referente del gaming profesional.
Eso sí, el principal inconveniente es su elevado precio. Los 229,99 euros no están al alcance de cualquiera, pero es que el objetivo tampoco es ese. Este mando de gama alta ha sido creado específicamente para los jugadores de eSports, y la calidad se paga. No hay duda, si lo que quieres es dedicarte a esto, la inversión merece la pena.