Cannes ( Francia)

Más conocida popularmente por el festival de cine, la localidad francesa de Cannes también acoge a uno de los centros tecnológicos más avanzados de la industria aeroespacial de Europa. Thales Alenia Space, compañía con presencia en España, tiene ahí su sede central y una de las instalaciones de construcción de satélites más grandes del mundo. De este enorme complejo a escasos metros del Mediterráneo han salido algunos de los mayores programas de observación terrestre y de telecomunicaciones, acompañados de agencias como la europea ESA, la francesa CNES y la NASA estadounidense.

[Así es el mayor taller de ensamblaje de satélites de España: visitamos la sala blanca]

De la colaboración de estas dos últimas, junto con las homólogas canadiense y británica, ha nacido el satélite SWOT; que tiene como finalidad la realización de análisis topográficos a toda masa de agua de la superficie terrestre. El dispositivo se encuentra en su fase terminal de ensamblaje y prácticamente listo para salir de las instalaciones francesas rumbo a Estados Unidos, desde donde se lanzará.

En EL ESPAÑOL - Omicrono hemos tenido la oportunidad de acceder a la sala blanca donde el SWOT recibe los últimos ajustes y comprobaciones. Un lugar que no suele recibir muchas visitas. Junto a él, otros proyectos importantes como el próximo satélite Meteosat que tiene previsto lanzarse en los próximos meses y otros de telecomunicaciones como el Amazonas, encargado por la española Hispasat, comparten complejo.

Zona de trabajo de SWOT Izan González Omicrono

Las instalaciones de Thales Alenia Space son el centro de trabajo diario de 2.000 personas y donde se concentran 15.000 metros cuadrados de salas blancas. Estas salas blancas —o salas limpias— son lo más parecido a un quirófano para el mundo aeroespacial, con temperatura y humedad controladas y sensores que miden en tiempo real el número de partículas en suspensión para que nada arruine la misión de 1.000 millones de euros.

Papeles cumplimentados del Ministerio de Defensa francés por delante, móviles fuera del edificio y un escaso grupo de periodistas y personal corporativo enfundados en bata, gorro y calzas ha sido el único acompañamiento externo dentro de la sala. Dentro, los científicos e ingenieros de Thales Alenia Space no paran ni un instante realizando meticulosísimas operaciones en los satélites mientras otros consultan pantallas de ordenador o mueven equipos ayudados por grandes grúas. Todo ordenado y acompasado para sacar adelante proyectos como el de SWOT.

Medir el agua

Una de las grandes preocupaciones de los científicos de todo el mundo es conocer la evolución de las masas de agua sobre la Tierra. Con prismas tan diversos como la evaluación de las reservas de agua dulce, la modificación geomorfológica de las costas o la evolución del cambio climático a lo largo de los años.

Todas esas aplicaciones, y muchas más, necesitan de datos más fiables y afinados que los que se obtienen actualmente con los sistemas que ya se encuentran en órbita. Justo ahí es donde el satélite SWOT provocará un punto de inflexión. La tecnología que el Jet Propulsion Technology (JPL) de la NASA junto con Thales Alenia Space y otras compañías han desarrollado supone una gran innovación en la captación de datos gracias a la gran resolución que consigue.

Representación de funcionamiento de SWOT NASA

"Hemos pasado de ver solamente los coches a poder leer las matrículas", ha comentado Bertrand Denis, director de observación de la Tierra y ciencia de Thales Alenia Space en Francia, para poner en perspectiva el avance tecnológico. Hablaba en particular del KaRin, un sistema radar que cuenta con un par de antenas de apertura sintética en la banda Ka y separadas 10 metros la una de la otra. Gracias a él se podrán realizar pasadas sobre el terreno con una franja de hasta 120 kilómetros de ancho con una resolución horizontal que se mueve en el rango de los 50 a los 100 metros.

Para esto último, el propio satélite tiene la capacidad de diferenciar cuándo está sobrevolando aguas abiertas —como mares u océanos— o bien se encuentra en una zona costera o fluvial. Para la primera situación, el SWOT realizará escaneos con 100 metros de resolución mientras que para el segundo escenario afinará todavía más la medición hasta llegar a los 50 metros. Esencial para poder modelar convenientemente la costa o los márgenes de los ríos.

Cámara de vacío donde se comprueban los satélites Izan González Omicrono

El píxel generado por el satélite consigue una precisión de un centímetro en la vertical para conocer la elevación y así estimar la masa de agua. Lo que proporcionará unas mediciones imposibles hasta ahora gracias a este equipo. Según los cálculos de los ingenieros, entregará 10 veces más resolución en zonas oceánicas que la tecnología desplegada actualmente.

La participación española en este satélite llega desde las instalaciones de la compañía en la localidad madrileña de Tres Cantos. Desde allí, enviaron un transpondedor de telemetría y telecomando (TT&C, de sus siglas en inglés) que es la unidad responsable del enlace de comunicación entre las estaciones de control y el satélite.

SWOT en la sala blanca Izan González Omicrono

El SWOT tiene una masa de lanzamiento de 2.200 kilogramos distribuidos en 16 metros de largo con los paneles solares desplegados, 10 metros en el eje de los receptores y 5,3 metros de alto. Además, se acompaña de un propulsor de 360 kilogramos que se empleará mayoritariamente para ejecutar la maniobra de reentrada a la atmósfera, situando a este satélite como el primero de su clase en incorporar esta función.

El transporte correrá a cargo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que movilizará un avión C-5 Galaxy para llevar el satélite hasta una base aérea cercana a la plataforma de lanzamiento. La comitiva se completará con un Boeing 747 acarreando el resto del material y algunos elementos accesorios.

SWOT despliegue de paneles solares TAS

Si todo sale según lo previsto, el SWOT se integrará a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX contratado por la NASA para el día 5 de diciembre de este mismo año. El satélite se colocará en una órbita algo especial —no heliosíncrona— a 891 kilómetros de altura desde donde tardará en escanear toda la superficie terrestre 21 días. Aunque en un primer momento está diseñado para que dure 3 años la redundancia de los sistemas integrados en la plataforma le permitirán duplicar esa cifra si todo sale según lo previsto.

Datos contra catástrofes

Tal y como han indicado desde Thales Alenia Space, el SWOT ayudará a analizar y comprender los efectos de la circulación del agua en las zonas costeras sobre la vida marina, los ecosistemas, la calidad del agua y la transferencia de energía. Esto conllevará una mejor modelización de las interacciones entre la atmósfera y los océanos con el fin de ayudar a mejorar los modelos de predicción del cambio climático.

Sala blanca de Thales Alenia Space en Cannes Izan González

Continuando con el lado oceánico, los datos recogidos en estas vastas superficies de agua podrán revelar nuevos detalles sobre el transporte de nutrientes suspendidos en el agua y que son claves para las plantas microscópicas y las algas. Sabiendo la distribución de estos nutrientes debido a los remolinos y corrientes, se pueden estimar las zonas más productivas para realizar la pesca.

A una escala algo inferior, las corrientes marinas pueden ser igualmente responsables del transporte de contaminantes como el petróleo que termina en el agua por vertidos o hundimientos. El seguimiento con precisión de la ubicación, la velocidad y la dirección "ayudará en la evaluación, predicción y respuesta a los peligros naturales", según recogen desde la NASA.

SWOT Thales Alenia Space

"Además de modelar la dispersión de sustancias arrastradas en el agua de mar, será valioso comprender el movimiento del agua en sí". Con el fin de mejorar las previsiones de circulación oceánica que beneficiará directamente a las operaciones comerciales marítimas y a las actividades de planificación costera; como la predicción de inundaciones y el aumento del nivel del mar.

Tierra adentro

En el campo de la hidrología, la misión consistirá en evaluar los cambios en las reservas de agua de las zonas húmedas, los lagos y los depósitos naturales de agua. También podrá estudiar el flujo y el caudal de los ríos que dispongan de cierta anchura superior a la resolución de los sensores de SWOT.

"Dada nuestra necesidad básica de agua dulce, las observaciones hidrológicas de las variaciones temporales y espaciales en el volumen de agua almacenada en ríos, lagos y humedales son extremadamente importantes", describen desde la NASA. Al medir los cambios en el almacenamiento de estas aguas superficiales, el satélite contribuirá a una comprensión fundamental del ciclo global del agua. Con mucha más precisión de lo que se conoce actualmente.

SWOT

Otro de los campos en el que SWOT podrá ofrecer mucha información es en la prevención de riesgos de inundaciones gracias a la mejor comprensión del terreno. Por ejemplo, con la evaluación de las zonas inundables que permitan aplicar medidas de protección antes de que ocurra una catástrofe. Desde Thales Alenia Space también han informado la integración de las bases de datos de SWOT y del programa Copernicus con el fin de mejorar el conocimiento sobre episodios pasados en ciertas áreas sensibles.

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