La carrera por las armas hipersónicas lleva siendo liderada por Moscú desde prácticamente el principio. Eso Estados Unidos lo sabe y altos cargos del Departamento de Defensa ya han declarado en varias ocasiones su preocupación ante la gran superioridad del Kremlin en esta industria incipiente. Y es que tan solo el país norteamericano cuenta con programas de desarrollo hipersónico avanzados de toda la OTAN, donde también se incluye España.
Con motivo de este impulso tecnológico tan necesario, al Fuerza Aérea estadounidense ha adjudicado el contrato para el desarrollo y demostración de los prototipos de Hypersonic Attack Cruise Missile (HACM o Misiles de Crucero de Ataque Hipersónico). Un HACM es un arma hipersónica impulsada por un estratorreactor y lanzada desde el aire.
"HACM es un ejemplo potente de desarrollo e integración de capacidades de combate junto con nuestros socios", ha declarado, CQ Brown, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea estadounidense. "Proporcionará a nuestros comandantes flexibilidad táctica para emplear cazas para mantener en riesgo objetivos de alto valor mientras mantienen [aviones] bombarderos para otros objetivos estratégicos", indica el propio Brown.
En el concurso iniciado en junio de 2021 participaron Boeing, Lockheed Martin y Raytheon. Finalmente, esta última con la colaboración de Northrop Grumman han sido las elegidas para ejecutar la concesión por un valor de 985 millones de dólares. A este montante, si finalmente pasa los exámenes de las Fuerza Aérea, habrá que añadir un presupuesto extra para la adquisición de misiles operativos.
El hipersónico estadounidense
El desarrollo del misil hipersónico de crucero se ha realizado a caballo entre Estados Unidos y Australia a través de la creación del programa experimental SCIFiRE con participación internacional tanto de Northrop Grumman como de Raytheon. El acuerdo de colaboración entre ambos países se firmó a finales de 2020 inaugurando de esta forma una de las líneas de desarrollo tecnológico más importantes.
"SCIFiRE es solo un ejemplo de cómo Raytheon lidera el desarrollo de armas hipersónicas", declaró Colin Whelan, vicepresidente de tecnología avanzada de Raytheon. "Combinando nuestra experiencia en ingeniería digital, modelado y simulación con las sinergias de ingeniería y fabricación dentro de Raytheon, podemos optimizar todos los sistemas de armas y aprovechar éxitos anteriores".
Esta última parte de las declaraciones son realmente importantes porque el SCIFiRE proviene del programa HiFIRE, impulsado por los mismos socios —compañías y países— y que comenzó su andadura en 2007. El objetivo era la creación de un estratorreactor y el estudio de la dinámica de vuelo de un vehículo hipersónico capaz de alcanzar 8 veces la velocidad del sonido.
De aquellas investigaciones científicas y tras la escisión en una nueva línea de desarrollo armamentístico, el programa vuelve a tomar un impulso y será clave para el futuro arsenal de Estados Unidos y Australia.
Por su parte, "Northrop Grumman está invirtiendo en procesos de fabricación digitales, asequibles y de alta velocidad para ofrecer mayor alcance, mayor velocidad y confiabilidad para proteger al combatiente", comentó Rebecca Torzone, vicepresidenta de Productos de Misiles de Northrop Grumman. "Nuestro legado de sistemas de propulsión avanzados y pruebas hipersónicas internas ha respaldado varias demostraciones exitosas del encendido y el rendimiento de nuestro estratorreactor durante toda la duración de la misión".
Esta combinación del motor de Northrop Grumman y la plataforma desarrollada por Raytheon es la principal apuesta de la Fuerza Aérea Estadounidense. Según datos del gobierno de Australia, alcanzará 5 veces la velocidad del sonido —justo el límite a partir del cual se considera hipersónico— gracias a un estratorreactor, también denominados scramjet.
Los scramjet son un tipo de motor mecánicamente más sencillo que los que se emplean en la aviación tradicional, pero que requieren de una gran velocidad de lanzamiento de base debido la emplean para comprimir el aire antes de la combustión.
Los datos técnicos —todavía sobre plano— son secretos y el Departamento de Defensa de Estados Unidos no ha revelado detalles clave como el alcance que tienen planeado o la altura a la que podrán volar. Lo que sí se conoce es que emplearán varias plataformas aéreas como los cazas F-35, F-18, EA-18 Growler o el renovado F-15EX y el bombardero B-52 y el avión antisubmarino P-8A Poseidón. Se espera que este misil de crucero entre en servicio a finales de esta década.
Restro de programas
Actualmente, Estados Unidos cuenta con 8 programas de impulso tecnológico para armamento hipersónico entre todas las fuerzas armadas. Dos de la Navy, dos de la Fuerza Aérea, tres impulsados por el DARPA y uno de la Army. Todos ellos en un estadio de desarrollo muy temprano si se comparan con las propuestas de Rusia e incluso de China.
Uno de los más importantes es el programa HAWC en el que DARPA lleva trabajando más de 3 años y ya ha realizado varias pruebas de vuelo. En el último ensayo publicado oficialmente, este misil recorrió 480 kilómetros a una altitud por encima de 20.000 metros y a una velocidad de 6.000 km/h, justo en la frontera de lo hipersónico.
Además de la altísima velocidad, una de las particularidades de este tipo de misiles es que pasan inadvertidos a los radares convencionales de defensa. Su vuelo a relativa baja altitud junto con la capacidad de maniobrar a grandes velocidades los ha convertido en una auténtica pesadilla para los escudos aéreos. Incluso para los más avanzados.
El otro representante de la Fuerza Aérea Estadounidense es el AGM-183A ARRW que hace pocos meses protagonizó y completó con éxito el primer lanzamiento de un misil hipersónico desde el aire. Para ello se empleó un bombardero B-52 que sirvió como plataforma de lanzamiento frente a la costa sur de California.
El misil, según informó la propia Fuerza Aérea, consiguió traspasar las 5 veces la velocidad del sonido, aunque no indicaron cuál fue la máxima alcanzada. Tampoco a qué altitud voló ni el recorrido que realizó. Estados Unidos maneja bajo el más estricto de los secretos todos estos datos que puedan relevar el estado real de su desarrollo tecnológico.