Biden no se anda con chiquitas: así es el poderoso caza F-22 con el que EEUU derriba globos espía
En una operación conjunta de Estados Unidos y Canadá, un caza F-22 ha derribado un "objeto no identificado" sobre la zona central de Yukon empleando un misil AIM-9X Sidewinder.
13 febrero, 2023 01:53Ya son tres, por el momento, las amenazas que Estados Unidos ha tenido que derribar. La primera fue el globo de origen chino sobre el Atlántico, la segunda un dispositivo desconocido sobre Alaska y la tercera un objeto cilíndrico que ha caído en Canadá. Este último ha ocurrido esta misma noche —en España— y ha concluido con la orden del primer ministro canadiense Trudeau para derribarlo empleando un caza F-22.
El objeto fue primero detectado sobre Alaska el pasado viernes y posteriormente monitorizado por aviones de alerta temprana y de inteligencia de Estados Unidos y Canadá. El Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) en el que participan ambos países ha sido el responsable de todo el seguimiento del objeto desconocido que se encontraba volando a unos 12.200 metros y podía interferir en el tráfico aéreo civil.
"Un F-22 estadounidense derribó el objeto en territorio canadiense empleando un misil AIM-9X tras una estrecha coordinación entre las autoridades de EEUU y Canadá", declaró Patrick Ryder, general de brigada y portavoz del Pentágono. Un detalle importante es que esta última amenaza no ha sido calificada como un globo, sino que la han calificado como "objeto desconocido". Tanto Washington DC como Ottawa esperan comenzar a analizarlo pronto y así esclarecer el origen y el propósito del dispositivo.
En un evento separado y posterior al lanzamiento del misil por parte del F-22, la Fuerza Aérea de Estados Unidos también activó un scramble para el envío urgente de aviones caza a Montana con el fin de investigar una anomalía en el radar que desembocó un breve cierre del espacio aéreo. "Estos aviones no identificaron ningún objeto para correlacionar la huella del radar", emitió en un comunicado el NORAD.
La carísima joya de la corona
A principios de los años 80, Estados Unidos impulsó el programa Advanced Tactical Fighter (Caza Avanzado Táctico) con el fin de relevar al F-15 y el F-16 en su papel de cazas de superioridad aérea. Era la época de los Sukhoi Su-27 y Mikoyán MiG-29 soviéticos que tan buenos resultados estaban dando en las pruebas y desde La Casa Blanca se temía un liderazgo de Moscú en plena Guerra Fría.
Ya en 1986 y tras descartar a unos cuantos candidatos, Lockheed —por entonces no se había fusionado con Martin— y Northrop resultaron los ganadores de una primera fase para desarrollar y construir aviones demostradores. Recibiendo el nombre de YF-22 y YF-23, respectivamente. El proceso de evaluación culminó con la elección del primero modelo para el que Lockheed había recurrido a división Skunk Works, la más avanzada de la compañía y la responsable de los programas aeronáuticos más complejos.
El vuelo inaugural del F-22 se produjo en 1997 y tenían planeado la construcción de un total de 750 unidades por un valor de 26.200 millones de dólares. Algo que finalmente no ocurrió. Los enormes sobrecostes fruto de las diferentes versiones y actualizaciones que se fueron aplicando a la plataforma terminaron por agotar el presupuesto del Departamento de Defensa.
La decisión de terminar con la fabricación del F-22 fue del presidente Obama, quien en 2009 decidió que la última partida presupuestaria se asignaría para el año fiscal 2011. En total, se fabricaron 187 unidades del caza, prácticamente una cuarta parte de lo planeado inicialmente.
Otro de los puntos que han hecho encarecerse al programa del F-22 es su prohibición a la exportación. A diferencia del F-35, esta aeronave es de uso exclusivo de Estados Unidos debido a algunas tecnologías integradas secretas. Una de ellas es la capacidad furtiva de la aeronave que, en parte, se consigue empleando una pintura muy delicada que consigue absorber la radiación emitida por los radares.
En lo relativo a las especificaciones, el F-22 cuenta con 19 metros de largo con una envergadura de 13,5 metros y una altura de 5. Estas cotas le permiten un peso máximo al despegue de 38.000 kilogramos que se impulsan gracias a un par de motores Pratt & Whitney que le confieren una gran flexibilidad en el combate aéreo.
Según recoge la Fuerza Aérea, el techo de servicio —altitud máxima— que puede alcanzar el caza es superior a los 15.000 metros. Esto es esencial para algunas operaciones militares a gran altitud como la del globo chino de hace unos días o los diferentes objetos desconocidos más recientes.
"Una combinación de capacidad de sensor, aviónica integrada, conocimiento situacional y armas brinda la oportunidad de matar primero contra las amenazas". Así describen desde la propia USAF a su caza más avanzado que reúne todas las características propias de la quinta generación de este tipo de aeronaves.
El F-22 cuenta con una amplísima lista de sensores que le permiten al piloto buscar, identificar, disparar y matar en un terno aire-aire antes incluso de ser detectado. Además de los sistemas de aviónica, guerra electrónica, contramedidas y telecomunicaciones de última tecnología, destaca por un largo menú de armamento que puede acomodar en su bahía central.
Misiles contra globos
Dentro de ese armamento destacan los misiles AIM-9X Sidewinder que han sido los empleados para derribar tanto el globo chino como los otros dos objetos no identificados en Alaska y Canadá. La versión original de este armamento de corto radio entró en servicio en 1956 de la mano de Raytheon y General Electric —como contratistas principales— y superó las 100.000 unidades fabricadas de la primera serie.
El éxito del Sidewinder a lo largo de las décadas le ha llevado a la creación de variantes y a la continua actualización. La AIM-9X comenzó a desarrollarse en 1996 y entró en servicio en noviembre de 2003 en los F-15 y F-18.
Cuenta con algunas mejoras importantes en el sistema de búsqueda de objetivos por infrarrojo, compatibilidad con los cascos de los pilotos y la integración de un sistema de empuje vectorial que le permite mejor maniobrabilidad. Un piloto puede apuntar el buscador del misil y luego bloquearlo para que se dirija hacia él tan solo con la mirada.
Cuenta con un cohete de combustible sólido como motor principal y mide 2 metros de largo, 13 centímetros de diámetro, 45 centímetros de envergadura y pesa alrededor de los 84 kilogramos. La ojiva es de fragmentación con explosión anular.