Ya hay nueva fecha para el segundo intento de lanzamiento del cohete más grande hasta la fecha. Ayer debía haberse lanzado la nave Starship desde Texas (EEUU), pero a pocos minutos del final de la cuenta atrás, previsto para las 15:15 horas en España, el equipo de SpaceX decidía no arriesgar ante un problema de presión y posponía el despegue.
Elon Musk, CEO de SpaceX y Twitter, era el primero en dar la noticia a través de la red social: "Una válvula presurizante parece estar congelada, por lo que, a menos que comience a funcionar pronto, no se lanzará hoy". Unas horas después, la compañía ha confirmado que volverá a intentarlo el próximo jueves.
El intento de despegue se realizará el jueves, día 20 de abril, a las 9:28 am EDT, las 15:28 horas en España peninsular. La ventana de lanzamiento estará abierta durante 62 minutos, pero dada la magnitud del cohete SuperHeavy y la nave Starship, cualquier mínimo fallo podría volver a retrasar esta fecha para protegerlo. Una explosión descontrolada supondría no sólo la pérdida de meses de trabajo y la inversión destinada a su construcción, sino también la destrucción de la estructura adicional.
Vuelo de prueba
Esta primera vez, el responsable de anular el lanzamiento durante la cuenta atrás ha sido un problema en el sistema de presurización en la primera etapa de Starship, es decir, el cohete SuperHeavy que debe impulsar a la nave al espacio. No obstante, estos fallos, en una misión de prueba como esta, ayudan a los técnicos a detectar errores y perfilar los despegues.
El plan de vuelo indica que Super Heavy debe caer en el Golfo de México tras haberse separado de Starship y hacer la maniobra de giro correspondiente, mientras que la Starship amerizará en el Océano Pacífico tras superar la velocidad orbital y realizar el giro de entrada correspondiente, 90 minutos después de lanzamiento. Ambos se recuperarán en el mar en vez de descender en vertical como acostumbran los cohetes de SpaceX
Aún así, la compañía espacial no espera que todo suceda al pie de la letra, Se trata del primer vuelo espacial de este potente vehículo, por lo que se cuenta con que surjan diferentes problemas antes y durante la misión. Por eso, cualquier cosa que no sea una explosión en la base será un éxito para SpaceX.
"Con una prueba como esta, el éxito se mide por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avance rápidamente en el desarrollo de Starship", ha dicho la compañía. Más cuando la misión implica una dificultad nunca antes planteada.
Despegue descomunal
Para poner en órbita este inmenso cohete capaz de transportar hasta 250 toneladas a la órbita baja terrestre, se deben encender los 33 motores Raptor cargados con metano y oxígeno líquido. Además de este riesgo, otro momento crucial es el desacople de Super Heavy con Starship y conseguir que ambas fases se puedan reaprovechar en futuras misiones.
La parte superior, Starship, mide 50 metros de altura y 9 de diámetro, y cuenta con una capacidad de 1.200 toneladas de propelente, además de un empuje de 1.500 toneladas-fuerza. De la propulsión en órbita se encargarán seis motores, tres Raptor y tres Raptor Vacuum (RVac), diseñados para su uso en el vacío. Están totalmente optimizados para funcionar en el espacio, gracias a una tobera más grande. Su uso está pensado para maniobras de inserción orbital o de variación de trayectoria en el espacio profundo.
Por su parte, Super Heavy alcanza los 69 metros de altura y los mismos 9 de diámetro. Su capacidad para el propelente llega a las 3.400 toneladas, y su empuje de despegue a las 7.590 toneladas-fuerza gracias a sus 33 motores Raptor, 13 en el centro y los 20 restantes en el perímetro de la popa del propulsor.
El jueves a mediodía se podrá seguir en directo el nuevo intento de lanzamiento y si todo sale según lo previsto, ver elevarse al espacio al cohete más grande que se ha construido hasta la fecha.