El pasado 20 de abril, pudimos ver desde España cómo el monumental cohete de SpaceX, el Starship, conseguía despegar de Boca Chica, Texas. Un despegue que tuvo ciertas consecuencias, más allá de que el propio cohete explotase en el aire. Y es que la zona de despegue, la plataforma de lanzamiento quedó totalmente destruida, casi obliterada. Algo que ha provocado que, de base, la Administración Federal de Aviación haya suspendido el programa.
Pero no es lo único. Grupos ambientales y culturales, entre los que se encuentra la 'Carrizo/Comecrudo Nation of Texas' que vela por los intereses de patrimonio de la población indígena Comecrudo, han presentado una demanda contra la FAA a tenor de la explosión de la Starship el pasado 20 de abril.
Y es que la explosión no solo destruyó la plataforma de lanzamiento, sino que envió una gran nube de ceniza y arena al cielo y lanzó todo tipo de escombros a kilómetros de distancia. Las cenizas se esparcieron sobre áreas donde viven especies en peligro de extinción y por si fuera poco, se provocó un incendio que ocupó 1,5 hectáreas de terreno, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.
El desastre de Boca Chica
Hay que recordar que la FAA permitió dicho lanzamiento, y que en los últimos años los cambios acaecidos sobre la infraestructura de lanzamiento de Boca Chica estaban determinados por los riesgos que podían sufrir especies en riesgo de extinción debido a estos proyectos. La destrucción de la plataforma fue mucho mayor a lo esperado, y tampoco se tuvo en consideración el lanzamiento de cascotes y ceniza.
Tal fue la destrucción que poco después no solo se involucró la FAA, sino la oficina regional del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos. Toda la zona de Boca Chica (zona costera, por cierto) se considera una de las partes con mayor diversidad biológica de Estados Unidos. Aún está por determinarse qué impacto en la salud de dichas especies tendrá la destrucción de la Starship y los daños al medio ambiente de la zona, pero pinta muy mal.
Que la plataforma de lanzamiento de Boca Chica no estaba lista para el desastre de la Starship estaba claro, pero no ayudó a que Musk afirmase que estaban preparando cambios para la plataforma de lanzamiento, incluyendo "una enorme placa de acero enfriada por agua para colocar debajo del soporte de lanzamiento". No llegaron a tiempo de ninguna forma.
La FAA, demandada
Según recoge Extreme Tech, la demanda presentada por dichos grupos y la Carrizo/Comecrudo Nation of Texas alegan que la Administración Federal de Aviación no estimó correctamente los riesgos ambientales que las operaciones de SpaceX podían implicar, algo reflejado en la Ley Nacional sobre Políticas Ambientales. Esta legislación, que data de 1969, establece una serie de pautas para controlar el impacto de proyectos federales (como el de Starship) sobre el medio ambiente.
Los grupos afirman que estos programas espaciales podrían contribuir a aumentar el riesgo de contaminación e incendios en la zona, y a dañar el medio ambiente circundante. El documento es tajante; afirma que permitir "que SpaceX lance los cohetes más grandes conocidos por la humanidad es el tipo de acción federal importante que requiere un análisis completo". También inciden en el hecho de que en los últimos 5 cohetes, hasta 8 cohetes han explotado en Boca Chica, algo nada alentador a sus ojos.
La demanda alega que la FAA violó la Ley de Política Ambiental Nacional al no evaluar alternativas de lanzamientos en otras zonas, poniendo de ejemplo el Centro Espacial Kennedy. Por otro lado, piden que la FAA presente una revisión ambiental completa, ya que la que presentaron en su momento estaban más limitadas, afirmando que los lanzamientos de este tipo no tendrían un impacto significativo en el medio ambiente cercano.
El pueblo Comecrudo lo lleva a un plano territorial. Según Juan Mancias, presidente de la Carrizo/Comecrudo Nation of Texas, este lugar es fundamental para la historia de patrimonio de su tribu. "Nos han aislado de la tierra en la que vivieron nuestros antepasados durante miles de años debido a SpaceX, que está usando nuestras tierras ancestrales como zona de sacrificio para sus cohetes".
Actualmente y con la FAA suspendiendo temporalmente el programa Starship, SpaceX tiene que dar a la Administración garantías de que se respetará la seguridad pública (y más que probablemente, la ambiental) para dar luz verde a estos proyectos. De esta forma, el programa Starship podría verse seriamente afectado dependiendo de las medidas que SpaceX tenga que tomar para adecuarse a las pautas de la FAA.