En la guerra, todo vale. Ya se ha visto multitud de veces en España, siendo el ejemplo claro la guerra entre Rusia y Ucrania. Un conflicto que ha dejado imágenes para la posteridad que han dejado claro que este no es ni mucho menos un conflicto convencional. Otra muestra de ello es la nueva e imaginativa medida de los rusos para evitar que sus buques de guerra sean alcanzados por los drones ucranianos.
En las últimas semanas, han aparecido navíos militares rusos que destacaban por tener una curiosa mano de pintura negra por encima. Nada de una capa uniforme; muchos parecen tener importantes líneas de pintura tanto en la popa como en la proa. La cuestión es que, tal y como recoge Business Insider, expertos navíos aseguran que este trabajo de pintura estaría destinado a 'camuflar' dichos navíos.
A juicio de expertos como Sidharth Kaushal, investigador marítimo en el Royal United Services Institute de Londres, este intento de camuflaje haría que los barcos, en la lejanía, parezcan más pequeños y por ende sean indetectables para ciertos tipos de drones y sistemas de vigilancia.
Pintura negra para camuflar
Todo comienza con Hi Sutton, investigador naval que captó en fotografías a la fragata rusa Admiral Essen, en imágenes satelitales en el puerto de Crimea de Sebastopol el pasado 22 de junio. Le siguieron otros barcos, como la fragata Admiral Makarov o la corbeta Clase Buyan-M. El blog de Hi Sutton detalla con imágenes estas manos de pintura.
En total, cuatro barcos pintados de la misma forma y que, casualmente, montaban armamento similar: misiles de crucero Kalibr, famosos por su uso en la Armada de Rusia y que han causado verdaderos estragos en Ucrania desde el mar. Es capaz de ser lanzado tanto por buques como por submarinos, y entre otras cosas cuentan con un alcance de hasta 2.600 kilómetros.
A Hi Sutton se le unieron otros sitios, como KCHF.ru, canal de Telegram que compartió imágenes del dragaminas Ivan Golubets del Mar Negro. Este navío también había sido pintado con las ya famosas bandas negras en cada extremo del casco, de la misma forma que ya se ha visto en los otros buques. Es decir, si tenemos en cuenta como ciertas todas estas imágenes, Rusia estaría pintando sistemáticamente algunos de sus buques.
La respuesta a esta incógnita llega de la mano de Kaushal, que ha explicado al portal que este intento de camuflaje buscaría hacer a estos navíos indetectables ante los drones marítimos o vehículos de superficie ucranianos que son manejados sin tripulación.
Kaushal explica que los USV ucranianos son controlados y guiados a través de la transmisión de vídeo a un operador remoto. Esto es beneficioso ya que evita tener soldados en estos vehículos, siendo más seguros para las vidas humanas. Pero tiene una contrapartida; pueden llegar a ser tremendamente veloces, lo que hace que el operador lo tenga más difícil para rastrear objetivos.
El camuflaje en esas partes del casco no es algo baladí. Kaushal cree que este camuflaje garantizaría que, a grandes distancias, los sensores de estos USV no pudieran distinguir estos navíos. "Parecería que [...] a distancias muy largas, un sensor electroóptico de baja calidad no pueda distinguir la embarcación del desorden del fondo". Y es que el barco, en el horizonte, parecería más pequeño.
La pintura oscura contra el agua haría que ante estos sensores baratos los barcos no se distingan o parezcan más pequeños, lo que los descartaría como posibles objetivos. Sería, en palabras del experto, una "mitigación relativamente barata" contra estos USV. También sería eficaz ante los drones aéreos y ayudaría a camuflar estos barcos en imágenes satelitales muy amplias, ya que estas suelen captar el agua del mar en una tonalidad muy oscura, ideal para la pintura negra de los navíos.
Esta sería una contramedida barata a una medida también barata. Y es que no hablamos de drones marítimos de alta calidad; el conflicto ya ha dejado claro que los recursos son escasos y valiosos, por lo que estos vehículos son una forma sencilla de controlar el área y detectar posibles objetivos.
¿La Primera Guerra Mundial?
Lo cierto es que esta táctica, aunque ingeniosa, no es ni mucho menos nueva. Nada de eso; esta tiene incluso registro histórico, y se conoce como camuflaje disruptivo, camuflaje con distorsión o camuflaje 'deslumbrante'. Se usó en el período de la Primera Guera Mundial y principios de la Segunda, y sus primeras variantes difieren ligeramente de la aplicación rusa.
Creada en principio por el artista marino Norman Wilkinson, consistía en pintar complejos patrones de formas geométricas sobre el casco de los navíos, ya fuera en negro o en colores altamente contrastados. La idea no era ocultar el buque, sino hacer más difícil los cálculos de alcance, velocidad y rumbo de los objetivos. Es decir, se buscaba engañar a los atacantes sobre el rumbo de un barco y que la posición de disparo o ataque fuera errónea.
Este camuflaje fue adoptado por los altos almirantes de la armada del Reino Unido e incluso por la Marina de los Estados Unidos. Nunca se repetía el patrón de pintura, ya que en caso de repetirse, se reconocería fácilmente la nave camuflada. El problema reside en que no hay registros claros de que esta metodología realmente fuera exitosa, ya que existían demasiados factores en una batalla para determinar el peso del camuflaje en ella.
Existieron casos de navíos importantes que aprovecharon este camuflaje, de nuevo, sin saber si fue exitoso o no. Es el caso del USS Minneapolis, pintado en un patrón muy curioso de estelas curvas en negro. Lo mismo ocurrió con el acorazado Bismarck, uno de los más importantes de la historia de la náutica y que tenía un patrón blanco y negro de formas geométricas.