SpaceX sigue dando pasos para volver a poner su inmenso cohete Starship en el aire. La semana pasada, la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos examinaba el trabajo realizado por los ingenieros de SpaceX con Starship. La aprobación de este organismo sería lo único que separa a la empresa de su segunda prueba de vuelo, pero para ello tienen 63 correcciones pendientes. Elon Musk asegura que ya las han completado, abriendo la puerta a una nueva licencia de vuelo.
Antes de terminar la semana, es decir, dos días después del examen de la FAA, Elon Musk ha celebrado en su red social X (antes llamada Twitter), que la empresa espacial ya ha completado 57 de esa larga lista de condiciones marcadas por el organismo de control estadounidense. Las restantes no serían necesarias en un futuro inmediato, por lo que estarían preparados para afrontar un nuevo despegue.
"¡Felicidades a SpaceX por completar y documentar los 57 elementos requeridos por la FAA para el vuelo 2 de Starship!", indica el magnate. "Cabe señalar que 6 de los 63 ítems se refieren a vuelos posteriores", añade. Esos 6 puntos están marcados en las capturas mostradas por Musk como "acciones futuras", lo que indicaría que no son necesarias llevarlas a cabo para poder realizar el segundo vuelo.
Con este mensaje anuncia el fundador de la compañía que su megacohete vuelve a estar listo para demostrar de lo que es capaz, es el más grande jamás construido. Hay que recordar que el primer vuelo de Starship despegó el pasado 20 de abril en una operación que fue calificada de éxito a pesar de la explosión final que acabó con el cohete y el impacto que tuvo el encendido de los motores en los alrededores de la base de lanzamiento.
Los destrozos provocados por la fuerza del cohete llevó a que grupos ecologistas presentarán una demanda ante la FAA pidiendo una revisión más amplia de los efectos de los lanzamientos de Starship. El caso aún se encuentra en sus etapas preliminares, lo que podría ser un problema para la agenda de SpaceX, de la que depende también la NASA, que teme por sus misiones Artemis a la Luna.
Investigación del fallo
El viernes pasado, SpaceX detalla en un comunicado lo que ha revelado la investigación acerca de los problemas de ese día. "Durante el ascenso, el vehículo sufrió incendios debido a una fuga de propulsor en el extremo trasero del propulsor Super Heavy, que finalmente cortó la conexión con la computadora de vuelo principal del vehículo", decía la actualización de SpaceX. "Esto provocó una pérdida de comunicaciones con la mayoría de los motores propulsores y, en última instancia, del control del vehículo".
Las 63 correcciones requeridas, no pillan por sorpresa a la compañía pues ya estaban reflejadas en la investigación realizada tras el resultado del primer vuelo. La FAA revisó el informe de SpaceX, estuvo de acuerdo con las conclusiones de la compañía y cerró la investigación.
La FAA, aunque no puede hacer público todo el informe por contener información de propiedad de SpaceX, indica que algunas de las correcciones requeridas suponen rediseños del cohete para evitar fugas e incendios y análisis y pruebas adicionales de los sistemas de seguridad, incluido el sistema de terminación de vuelo. También se ha pedido mejoras en la plataforma de lanzamiento.
SpaceX ha pasado todos estos meses construyendo esas modificaciones para asegurarse que el próximo vuelo termina con mejor final. SpaceX ha estado realizando más de 1.000 cambios en la nave y en el cohete para que a la hora de lanzarse, no provoque tanta destrucción y sea más factible. Por ejemplo, se ha añadido una gran placa de acero y un sistema de diluvio de agua para minimizar los daños causados por el despegue.
Esperando la licencia
El anuncio de Elon Musk sugiere que SpaceX está lista para superar todos los trámites burocráticos pendientes, pero la FAA ya lo dejó claro el viernes: "SpaceX debe implementar todas las acciones correctivas que afecten la seguridad pública y solicitar y recibir una modificación de licencia de la FAA que aborde todos los requisitos regulatorios aplicables, ambientales y de seguridad antes del próximo lanzamiento de Starship".
Solo tras recibir la licencia de este organismo, la empresa puede plantearse solicitar una ventana de lanzamiento y fechas opcionales para un nuevo intento. El tiempo apremia para la empresa que debe servir de soporte a la NASA para futuras misiones a la Luna y Marte que ya acumulan importantes retrasos y un exceso de gastos por encima de lo presupuestado.