Si algo ha traído a España la guerra entre Rusia y Ucrania son imágenes para la posteridad. Especialmente en lo referente al uso de señuelos, ya que se han podido vislumbrar en varias ocasiones unidades usando todo tipo de equipamiento falso para distraer al enemigo de distintas formas. Un nuevo ejemplo de esto lo está protagonizando Rusia, que parece estar pintando señuelos de uno de sus aviones más importantes.

Así lo recoge The War Zone que, basándose en imágenes vía satélite de Planet Labs, ha descubierto que Rusia está usando señuelos de aviones Tupolev Tu-95MS en algunas de sus bases aéreas. De momento, se han revelado este tipo de engaños en la Base Aérea Engels, que ha sido objetivo de varios ataques ucranianos en los últimos meses.

Para hacer más fiable la trampa, Rusia está recubriendo tanto los señuelos como el fuselaje de los propios Tu-95MS con decenas de neumáticos. Estos tendrían como principal cometido confundir y proteger los modelos reales estacionados en la base, para hacer que sean más difíciles de destruir para los drones que está utilizando Ucrania.

Aviones señuelo

Estas imágenes satelitales que han ido apareciendo en redes sociales en los últimos días muestran lo que parecen ser varios Tu-95MS dispuestos en posición recta, frente a sus hangares en la pista de aterrizaje. Las fotos evidencian el uso de los señuelos: debido a las características de volumen que estos presentan en las fotografías y a la ausencia de sombras, los aviones o bien están pintados o bien son simples lonas recortadas y pegadas al suelo.

Los señuelos pintados pueden tener varios propósitos, siendo el principal el intento de engañar a los satélites y detener cualquier operación de ataque ucraniana, incluso antes de que se realice, al proporcionar datos de puntería incorrectos. Sin embargo, es evidente que esta estrategia es muy limitada, ya que incluso las imágenes de satélite comerciales de alta resolución son capaces de distinguir claramente entre las siluetas y las aeronaves reales.

La utilización de múltiples fuentes de inteligencia, como las imágenes de satélite de radar de apertura sintética (SAR), revelarían que el objetivo no es un objeto tridimensional. A pesar de esto, la táctica podría resultar efectiva de noche o cuando se trata de satélites que disponen de imágenes de baja resolución, aunque su relevancia ha disminuido significativamente en comparación con lo que sucedía hace algunos años. A pesar de ello, Rusia sigue invirtiendo en este tipo de contramedidas rudimentarias.

No es la primera vez que el país presidido por Vladímir Putin usa los recursos que tiene en su haber para minimizar en lo posible el impacto de la guerra. Por ejemplo, una de las estampas más virales desde el inicio de la invasión reveló que Rusia usaba maderas y troncos para blindar sus vehículos de transporte, ante la falta de equipamiento de protección militar adecuado.

Bombardero nuclear

No es extraño que Rusia quiera proteger de cualquier forma a sus Tu-95MS. Estos gigantescos bombarderos nucleares suponen una parte muy relevante de su flota aérea. No es para menos: cuentan con una autonomía de hasta 15.000 kilómetros y se constituyen como auténticas fortalezas volantes gracias a sus brutales dimensiones.

Estos colosos del aire rusos miden 46,2 metros de largo por 50 de envergadura y 12 de alto, que resultan en un peso máximo de despegue de 188 toneladas. Su planta motriz está compuesta por 4 propulsores NK-12 Kuznetsov de 15.000 caballos de potencia. Esto le permite una velocidad máxima teórica de 925 kilómetros por hora y un crucero de 710 km/h a una altitud máxima de casi 14.000 metros.

Dispone de dos ametralladoras de 23 milímetros dispuestas en una torreta de cola y una bahía central de carga donde puede acomodar hasta 15.000 kilogramos de bombas, incluyendo tanto versiones nucleares como convencionales. Del mismo modo, debajo de sus alas tiene integrados 8 anclajes —4 a cada lado— donde puede acoplar misiles.

Cabe destacar que este avión corresponde a la Guerra Fría, con un primer vuelo realizado en el año 1952. Entró en servicio de la Fuerza Aérea Soviética tan solo 4 años después y se spera que siga en activo para la actual Fuerza Aérea Rusa al menos hasta el año 2040. Es el único bombardero estratégico de turbohélices en uso operacional del mundo, y es la espina dorsal de los bombarderos de larga distancia rusos.

Tu-95MS despegando en Engels. Marina Lysteva Airliners.net

El año pasado, Rusia hizo volar dos de estos Tupolev Tu-95MS, destinados a realizar un vuelo de más de 12 horas por el océano Pacífico y los mares de Bering y Ojotsk, en plenas maniobras conjuntas de la OTAN con Japón. En ese caso, la variante que Rusia utilizó de su Tu-95MS se basó en un rediseño de la aeronave desarrollado a finales de los 70, uno de los varios retoques que Rusia llevó a cabo para extender su vida útil.

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