Israel sabe que buena parte de los terroristas de Hamás que todavía permanecen en Gaza se encuentran en el subsuelo. Desde hace décadas, la zona es un auténtico laberinto de túneles que proporcionan una vía segura para movilizarse casi con total libertad. Las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI) necesitan bloquear las entradas y las salidas si quieren internarse dentro de la zona palestina y, para ello, están preparando las bombas esponja.
Este tipo de bombas químicas, que no contienen material explosivo, se emplean para sellar huecos o entradas de túneles por los que pueden salir los combatientes de Hamás, tal y como recoge Telegraph. Las bombas esponja generan de forma repentina una gran cantidad de espuma que se expande rápidamente a través de la boca del túnel y luego se endurece, creando un tapón a gran escala que ocupa todo el diámetro de la galería.
Este tipo de material ya se ha desplegado en algunas maniobras realizadas por las FDI desde, por lo menos, el año 2021. Concretamente en una zona de entrenamiento creada por el propio ejército y formada por una serie de túneles cerca de la Franja de Gaza, donde las tropas se ejercitan para luchar en un escenario tan particular como es el subsuelo.
La bomba esponja puede prevenir que los soldados israelíes sufran emboscadas a medida que avanzan en territorio palestino en una invasión ya anunciada por el primer ministro Netanyahu. El dispositivo consiste en un contenedor de plástico que cuenta con una partición metálica que separa dos líquidos. Una vez extraída la plancha separadora, los compuestos se mezclan y comienzan a crear el material de relleno.
La espuma consigue cubrir todos los huecos y sellar el túnel, dejando ese segmento inutilizado para los miembros de Hamás. Su manejo por parte de los soldados es un tanto peligroso ya que la emulsión puede ser lo suficientemente rápida como para que alcance al soldado que despliega la bomba esponja.
Estos sistemas no son los únicos con los que Israel equipa a sus soldados para internarse en los túneles excavados. Los científicos e ingenieros de las FDI han desarrollado todo un arsenal de armamento y sistemas de telecomunicación específicos para los grupos especiales que se internan bajo tierra.
Por ejemplo, gafas con sensores térmicos, radios que funcionan en esas condiciones, radares de penetración de la tierra, sistemas de excavación especiales o enlace con plataformas de reconocimiento tanto terrestres como aéreas.
También cuentan con vehículos de superficie no tripulados —conocidos como UGV, por sus siglas en inglés— que servirán de igual manera para realizar tareas de reconocimiento en el interior de los túneles y que se controlarán de forma remota mediante un cable, ante la imposibilidad de hacerlo por radiocontrol. Este tipo de plataformas pueden integrar armamento para que, en caso de detectar a un enemigo, puedan disparar sin poner en riesgo a un soldado.