La NASA vuelve a intentar llevar sus instrumentos de exploración a la Luna con un módulo de aterrizaje privado. Después del fracaso de Peregrino, el módulo Odyseuss con la sonda Nova-C de la empresa Intuitive Machines intentará este mes de febrero convertirse en la primera nave espacial privada en lograr un alunizaje. Sigue los pasos de agencias públicas como India con misión Chandrayaan-3 y la japonesa JAXA con recuperado SLIM

El lanzamiento de la nave espacial robótica Nova-C está a la vuelta de la esquina. La sonda se ha encapsulado dentro de la carga útil del cohete Falcon 9 de SpaceX este miércoles 31 de enero. Solo falta conocer la fecha oficial para el despegue. 

El lanzamiento está previsto desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en la Costa Espacial de Florida. La empresa ha indicado que se realizará a mediados de febrero, si todo va según lo planeado. La intención de Intuitive Machines es que Nova-C realice el aterrizaje lunar el 22 de febrero, independientemente de si el lanzamiento se realiza un día o dos después del ecuador de este mes.

IM-1 Nova-C Intuitive Machines Omicrono

Si se debe retrasar esta oportunidad de despegue en febrero, la compañía se vería obligada a esperar hasta el mes de marzo para volver a intentarlo. Sería un nuevo retraso más en la larga lista que acumulan los planes de la NASA para su programa lunar con las misiones Artemis.

Este lanzamiento es el primer paso para la misión catalogada como IM-1 que pretende colocar Nova-C cerca de un cráter llamado Malapert A, que se encuentra a 10 grados de latitud del polo sur de la Luna. Se trata de una zona de gran interés para los científicos, por las grandes cantidades de hielo de agua que alberga. 

La NASA aprovecha estas misiones comerciales para seguir recopilando datos que ayuden a instalar al ser humano en la Luna en el futuro. El programa Commercial Lunar Payload Services de la agencia, o CLPS, tiene este objetivo, por eso la sonda privada Nova-C de Intuitive Machines y su módulo de aterrizaje lunar Odysseus carga hasta seis instrumentos científicos de la NASA. Dentro de CPL también se encuentra la reciente misión fallida de Peregrino.

La misión IM-1 incluye, por ejemplo, un sensor de descenso y aterrizaje basado en láser, un sistema de cámara diseñado para capturar con gran detalle la columna creada por el aterrizaje lunar de Odiseo y un nuevo tipo de "indicador de combustible de la era espacial". Este último utilizará sensores para medir la cantidad de propulsor que queda en los tanques del módulo de aterrizaje, algo muy complejo en un entorno de microgravedadOdysseus también lleva seis cargas útiles comerciales en el IM-1, para una variedad de clientes.

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