Al contrario que las recientes misiones de la NASA centradas en la exploración de la Luna para llevar de nuevo allí al ser humano, la agencia acaba de iniciar una importante misión enfocada en dirección contraria: la Tierra. Con el cambio climático causando graves daños en el planeta, PACE (Plankton, Aerosol, Cloud, Ocean Ecosystem) ha emprendido el vuelo hasta una órbita más lejana que la ISS para estudiar la salud de los océanos y la evolución del clima.
Aunque debía haber despegado este martes 6 de febrero, por condiciones climáticas adversas, el lanzamiento se ha retrasado hasta la madrugada de este jueves 8 de febrero. Como estaba previsto el lanzamiento ha tenido lugar a las 7:33 am de España, horario peninsular (1:33 am EST). La nave se prepara para empezar a trabajar.
Cuando se active este satélite de observación terrestre, PACE examinará aspectos clave de la atmósfera, el clima de este planeta y evaluará la salud de sus océanos. "PACE nos mostrará la biología de los océanos a una escala que nunca antes habíamos podido ver", explicó el domingo Karen St. Germain, directora de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA.
El lanzamiento
El cohete Falcon 9 ha despegado con esta carga a las 7:33 horas de la mañana en España (1:33 am EST) desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 40 de Cabo Cañaveral. El lanzamiento se había pospuesto varios días por malas condiciones meteorológicas, pero esta madrugada todo ha salido según lo previsto.
A casi 8 minutos del despegue, la primera etapa del cohete ha regresado para aterrizar verticalmente en la Zona de Aterrizaje 1, una instalación de SpaceX en el Cabo. Cinco minutos más tarde, la etapa superior del Falcon 9 ha desplegado PACE en una órbita a 670 kilómetros de la Tierra. Esto supone que el satélite vigilará el planeta por encima de la Estación Espacial Internacional.
Se ha elegido una órbita sincrónica con el Sol o SSO para que pueda observar cada porción de la Tierra cuando la luz solar la ilumina y así recabar más detalles. La NASA llevaba desde 1960 sin lanzar un satélite a una órbita polar, como también se conocen.
La misión de PACE
Los ingenieros encargados en PACE se dedican en estos momentos a verificar el funcionamiento de todos los subsistemas de esta nave de 3,2 metros de largo. Pace integra tres instrumentos diferentes. El primero es Ocean Color Instrument (OCI), un espectrómetros para trazar los matices de los océanos con gran detalle.
Cuenta con una precisión sin precedentes de un infrarrojo con longitudes de onda cercanas al ultravioleta. Así analizará el color del agua que se produce por la interacción de la luz solar con partículas marinas como la clorofila que produce el plancton fotosintético y es la base de la red alimentaria en el fondo marino. Es decir, un indicador de la salud de los océanos.
Los otros dos instrumentos son polarímetros para medir la polarización, o lo que es lo mismo que las nubes y los aerosoles de la atmósfera inciden en la luz. "La medición de los estados de polarización de la luz ultravioleta a onda corta en varios ángulos proporciona información detallada sobre la atmósfera y el océano, como el tamaño y la composición de las partículas", escribieron funcionarios de la NASA en la descripción de la misión.