La Estación Espacial Internacional (ISS) estará operativa hasta el año 2030. A partir de entonces será destruida y la NASA, en colaboración con otras agencias como la ESA, deberán buscar nuevos hábitats espaciales, que ya están desarrollando. Sin embargo, estos últimos años de vida seguirá teniendo un papel clave para numerosos experimentos científicos realizados por astronautas entre los que podría estar el español Pablo Álvarez en el futuro. Incluso recibirá un nuevo vestuario, la renovación de los trajes espaciales que llevarán los astronautas cuando salgan al exterior de la estación. Estos trajes ya se están poniendo a prueba antes de entrar en fabricación.
El traje que utilizan actualmente los astronautas de la ISS para sus paseos espaciales se ha mantenido prácticamente sin cambios durante los más de 20 años de vida que tiene la estación. El objetivo es diseñar un nuevo equipamiento más cómodo y liviano para todos los astronautas, hombres y mujeres de diferentes tamaños.
La empresa Collins Aerospace, por encargo de la NASA, está construyendo este nuevo traje para caminatas espaciales fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS). La empresa ha iniciado una serie de pruebas para demostrar las capacidades de su diseño. Esta empresa tiene otros encargos importantes, en 2022, fue elegida junto a Axiom Space para presentar los trajes espaciales de la misiones Artemis que llevarán a los primeros astronautas a vivir en la Luna.
En esta primera prueba, compartida a través de las redes sociales, se ha probado el ajuste y funcionalidad del diseño en un entorno similar a la microgravedad durante un vuelo en avión. La aeronave sube y baja como en una montaña rusa para generar pequeños periodos de ingravidez en los que los astronautas se entrenan o ponen a prueba los trajes.
El encargado de llevar este nuevo atuendo, un exastronauta de la ISS, ha ensayado algunas actividades y movimientos cotidianos de las caminatas espaciales, como trepar por una escotilla. Además de ser más liviano, se ha diseñado con una arquitectura abierta para que se pueda modificar fácilmente a medida que cambien las misiones o la tecnología se vuelva más avanzada.
"La prueba nos permitió examinar objetivos específicos del diseño que pueden soportar una amplia gama de tamaños de miembros de la tripulación y tareas de la tripulación en un entorno controlado", ha dicho Peggy Guirgis, directora general de sistemas espaciales de Collins Aerospace. Está compuesto por más de 18.000 piezas y con un volumen interior del tamaño de un pequeño frigorífico, el traje proporciona oxígeno, eliminación de CO2, energía eléctrica, hidratación, ventilación, control térmico y comunicaciones, explicaba la empresa hace dos años.
No terminan aquí las pruebas, este uniforme espacial seguirá siendo examinado en una cámara de vacío para recopilar más datos sobre su rendimiento en una atmósfera similar al espacio. También se probarán en el Laboratorio de Flotabilidad Neutral de la NASA, una piscina llena de agua de 40 pies de profundidad que simula un entorno de microgravedad en el Centro Espacial Johnson de la agencia espacial en Houston.
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