Los asteroides se consideran una de las principales amenazas externas de la Tierra. Las grandes agencias espaciales como la NASA ya trabajan en algunos métodos para desviarlos de una hipotética trayectoria hacia el planeta con misiones como Dart, que consiguió demostrar su efectividad impactando contra un cuerpo a miles de kilómetros por hora. Pero para poner a prueba este tipo de programas tan expeditivos y con el fin de crear un catálogo más amplio de amenazas, el primer paso es la detección.
La identificación de los asteroides, principalmente los que se categorizan como "asteroides oscuros", es elemental para conocer para conseguir lidiar con todas las amenazas futuras. Este es el propósito del telescopio espacial NEO Surveyor (Near-Earth Object) de la NASA que tiene previsto su lanzamiento en el año 2027 con equipos españoles a bordo.
Estos objetos "tienen un determinado tipo de características como que orbitan a unos 50 millones de kilómetros de la Tierra y cuentan con un tamaño a partir de 140 metros", ha explicado Miriam Catalán, responsable de desarrollo y ventas de Thales Alenia Space. A partir de esa cota "se considera que un impacto puede provocar algún tipo de catástrofe en el planeta".
La compañía Thales Alenia Space, con su sede en España en la madrileña localidad de Tres Cantos, participa en este programa de la NASA proporcionando equipos de comunicación con los que el telescopio se podrá comunicar con la superficie. En concreto, proporcionará transpondedores de banda S, moduladores de banda K y amplificadores de tubo de ondas progresivas.
Defensa planetaria
El NEO Surveyor es un proyecto llevado a cabo por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL) de la NASA que se apoya en contratistas privados y en instituciones académicas. El programa se encuentra en una fase muy temprana de desarrollo y comenzó a gestionarse a finales del pasado 2023. "Estamos en una fase previa de definición de requisitos con el cliente", asegura Catalán. Una etapa que tendrá una duración de 2 años.
Una de las características más importantes del NEO Surveyor es que es capaz de detectar tanto los asteroides brillantes como los oscuros. Estos últimos son los más complicados de identificar y por ello entrañan más peligro que la otra categoría.
Una vez fuera de la Tierra, el telescopio viajará hasta el punto L1 de Lagrange. "Es una zona de gran estabilidad gravitacional" que se encuentra entre el Sol y del planeta azul, a 1,5 millones de kilómetros de este último.
La razón de posicionarse en L1 responde a varios factores. El primero está relacionado con la citada estabilidad que permitirá al NEO Surveyor permanecer en el lugar sin emplear gran cantidad de combustible. En otras zonas del espacio, los propulsores deben encenderse con mucha más frecuencia para mantenerse en el lugar indicado.
El segundo factor determinante es debido al sistema que conformarán el Sol —proporcionando luz desde atrás— y el telescopio apuntando hacia la Tierra. De esta forma, se crean las condiciones de radiación óptimas para facilitar la detección de los asteroides. Como si la luz solar hiciera la función de una enorme lámpara.
"Los detectores avanzados de NEO Surveyor está diseñados para observar dos bandas infrarrojas sensibles al calor que fuero elegidas específicamente para que la nave espacial pueda rastrear los objetos cercanos a la Tierra más difíciles de encontrar", señalan desde la NASA. "Como los asteroides oscuros y los cometas que no reflejan mucho la luz visible".
En las longitudes de onda en la que trabajan los sensores infrarrojos del telescopio con componentes españoles, "estos objetos brillan porque son calentados por la luz solar". Además, el NEO Surveyor podrá encontrar asteroides que se acerquen a la Tierra desde la dirección del Sol, así como aquellos que encabezan y siguen la órbita del planeta, donde normalmente quedan oscurecidos por el resplandor de la luz solar. Estos últimos asteroides son los conocidos como Troyanos Terrestres.
El telescopio también ayudará a caracterizar la composición, forma, rotación y órbita de los objetos cercanos a la Tierra. "Si bien el enfoque principal de la misión es la defensa planetaria, esta información se puede utilizar para comprender mejor los orígenes y la evolución de los asteroides y cometas, que formaron los antiguos componentes básicos del sistema solar", recalcan desde la Administración Espacial estadounidense.
"Por primera vez en la historia de nuestro planeta, los habitantes de la Tierra están desarrollando métodos para protegerla desviando asteroides peligrosos", dijo Amy Mainzer, directora de investigación de la misión en la Universidad de Arizona en Tucson. "Pero antes de que podamos desviarlos, primero debemos encontrarlos. NEO Surveyor cambiará las reglas del juego en ese esfuerzo".
Sello español
En cuanto a la participación de Thales Alenia Space en España, los transpondedores de banda S que integrará serán los encargados de recibir los telecomandos enviados desde la Red de Espacio Profundo de la NASA —que tiene una de las tres instalaciones en Robledo de Chavela (Madrid)— y transmitir las telemetrías de la nave a Tierra. Estos datos son elementales para ejecutar la misión de forma exitosa ya que proporcionarán la información necesaria a los operadores y controladores sobre el estado de la nave.
Por su parte, los moduladores y amplificadores de potencia de banda K son los equipos encargados de enviar a la Tierra las imágenes captadas por los sensores del telescopio espacial NEO Surveyor. De esta última parte se encarga Thales Alenia en Francia y Bélgica. "Gracias a estos equipos, las imágenes se podrán analizar en la tierra por los científicos", indica Miriam Catalán.
Al encontrarse el programa todavía en una fase muy inicial de su desarrollo, algunas de las características se mantienen todavía desconocidas. Tan sólo ha trascendido que el telescopio tendrá una masa de unos 1.300 kilogramos, contará con un sensor de 40 centímetros y la misión tendrá una duración estimada de 12 años una vez se lance en 2027. Quedan pendientes algunos detalles como quién será el encargado de lanzarlo.