Después de meses de incertidumbre, el equipo de la NASA a cargo de la Voyager-1 puede respirar algo más tranquilos. La sonda ha empezado a recuperarse como prometió la agencia a finales de marzo. La información ilegible que enviaba desde noviembre ha pasado a ser datos clave sobre su salud. El siguiente paso es recuperar la valiosa información que esta sonda puede aportar de su misión en el espacio interestelar.
Por primera vez desde el pasado mes de noviembre, la sonda está enviando datos legibles. Desde entonces, todo lo que el equipo de Tierra recibía de esta mítica nave, eran galimatías sin lógica debido a un fallo en sus ordenadores. La agencia reveló hace semanas su plan para recuperar la Voyager-1 y parece haber dado resultado.
El pasado viernes, los técnicos encargados de la Voyager pudieron celebrar el primer contacto fructífero tras meses de esfuerzo. La información enviada revela el estado de sus sistemas. Puede parecer poco, pero es el paso previo para su completa recuperación. La NASA aún necesita que la sonda pueda mandar datos científicos de su misión de exploración en el espacio interestelar.
Actualmente, la Voyager 1 se encuentra a más de 24.000 millones de kilómetros de la Tierra. Se encuentra acompañada de su hermana la Voyager 2 en el espacio interestelar, entre estrellas. Ambas estaban destinadas a funciona durante solo 4 años, pero la Voyager-1 lleva en funcionamiento 46 años, tiempo en el que ha aportado numerosa información del espacio.
La información que manda mediante esas señales tarda 22,5 horas en llegar a las antenas del planeta Tierra. Es decir, un día entero para enviar el comando y otro día para recibir su respuesta. A este ritmo, los ingenieros de la agencia estadounidense han podido restablecer los sistemas deteriorados.
Después de enviar algunos comandos desde el equipo de Tierra, se descubrió que el fallo estaba en uno de los tres ordenadores a bordo, el subsistema de datos de vuelo o FDS, que se encarga de empaquetar los datos de ciencia e ingeniería antes de que la unidad de modulación de telemetría los envíe a la Tierra. Un chip de memoria en su interior se habría deteriorado por la antigüedad.
La solución dependía de guardar el código afectado en otra unidad de memoria del FDS, pero la sonda solo cuenta con unos kilobytes, siendo imposible almacenar el código completo. Por este motivo, se decidió dividir el código y almacenarlo en distintas secciones.
Hechas las modificaciones necesarias para que el código siguiera funcionando como un todo, aunque esparcido entre las diferentes unidades de memoria, el pasado 20 de abril la sonda devolvió de nuevo datos legibles. Durante las próximas semanas, el equipo reubicará y ajustará las otras partes afectadas del software FDS. Estas incluyen las partes que comenzarán a devolver datos científicos.