Con la temporada de incendios forestales recién inaugurada, la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ejército español se prepara para afrontar una nueva temporada estival. Además del personal a pie, motobombas, vehículos de todo tipo y drones aéreos, esta temporada estrenan un nuevo efectivo UGV, como se les conoce en inglés. Se trata de un dron terrestre que acaban de incorporar a sus filas y que servirá para ayudar a aplacar el fuego en los lugares más recónditos sin poner en peligro ni una sola vida.
La UME cuenta en la actualidad con 36 sistemas no tripulados dentro de los Batallones de Intervención en Emergencias y el último en incorporarse es el denominado P75D-UME, según recoge El Radar. Está diseñado y fabricado por la compañía asturiana SVMAC, especializada en el desarrollo y comercialización de UGV para todo tipo de aplicaciones, incluida la de índole militar.
El prototipo que SVMAC ha enviado a la UME se encuentra inmerso en una serie de pruebas ejecutadas por el personal del Batallón de Intervención de Emergencia V, con sede en León. Si todo va según lo esperado, el dron participará en los despliegues que haga ese Batallón de la UME durante este verano y, una vez finalizadas las pruebas, se incorporará de forma oficial a la Unidad de Drones de la UME.
Otra de las novedades para esta campaña es la mejora de los sistemas de telecomunicaciones. "Con el aumento de la capacidad de transmisión de datos vía satélite y el suministro de terminales Starlink, permitirá una mejora sustancial en la transmisión de datos e imágenes", señalan en un comunicado desde La Moncloa, con motivo de la visita de la ministra Robles a la sede de la UME en Torrejón de Ardoz (Madrid).
La UME tiene alistadas 31 secciones de intervención para ataque directo, con 1.400 efectivos, y otros 1.500 más involucrados en tareas de apoyo. Además de sus ubicaciones habituales, se activarán destacamentos en Mallorca, Menorca e Ibiza. Por su parte, el Grupo 43 del Ejército del Aire y del Espacio trabajarán con 10 aviones apagafuegos Canadair repartidos en 8 destacamentos. El Ejército de Tierra también desplegará su Batallón de Helicópteros de Emergencia.
Primer dron terrestre
El SVMAC P75D es el primero de su tipo en evaluarse dentro de la UME. La licitación del concurso publicó hace ahora un año la compra de una primera unidad por 3,6 millones de euros que se ampliarán a 4 más durante este año y otros 5 el que viene. En total, serán 10 los drones terrestres a disposición de la Unidad Militar de Emergencias, que repartirá una unidad para cada uno de los 5 Batallones y los otros 5 restantes se integrarán en la Unidad de Drones, con base en León.
Según lo describen en la página web del fabricante, se trata de un equipo para la gestión integral, especialmente diseñados para el laboreo repetitivo en grandes extensiones y espacios de orografía compleja. En el caso de la UME, lo utilizarán para delimitar con cortafuegos los incendios limpiando de combustible las zonas necesarias.
Tiene la capacidad de portar todo tipo de complementos, tanto en la parte frontal como en la trasera. En la de delante, dispone de un elevador hidráulico con una placa de anclaje universal, anclaje para 3 puntos y bulones adicionales para la cargadora. Las salidas hidráulicas están totalmente integradas.
Para la zona trasera, según recoge el fabricante, han diseñado una placa de tracción para remolque y anclajes adicionales para utensilios y salidas hidráulicas igualmente integradas. También indican que disponen de varios tipos de orugas para adaptarse al terreno y dan como opción equipar un cabrestante tanto para la recuperación del vehículo como para realizar trabajos.
En cuanto a la motorización, dispone de 3 esquemas preestablecidos. Uno con un único motor diésel con transmisión hidrostática, otra híbrida con motor diésel y baterías auxiliares y una 100% eléctrica con baterías. También indican la posibilidad de elegir entre varias potencias y, como opción, una configuración que le confiere capacidad para subir pendientes de 55º.
El P75D tiene un peso de 3.500 kilogramos con el equipamiento elegido por la UME —pala topadora y desbrozadora forestal—, pero puede varias notablemente al intercambiar los accesorios disponibles. Por ejemplo, el dron terrestre también incorpora una pala quitanieves, otro de los campos de actuación de la Unidad Militar de Emergencias.
Tiene unas dimensiones de 2,55 metros de largo, 1,76 de ancho por 1,21 de alto y puede elevarse hasta los 2 metros. "Se puede operar desde una distancia de 150 metros lineales, sin obstáculos por en medio; tiene una autonomía de 8 horas y consume muy poco combustible", ha indicado el cabo Prieto, del Batallón de Intervención en Emergencias V, al mismo medio.
"Con este vehículo no tripulado se pueden efectuar defensas de puntos sensibles (como núcleos de población, gasolineras...), porque se daría una vuelta con la máquina y se proporcionaría esa continuidad horizontal necesaria para detener el incendio". Además. la UME ha solicitado al fabricante la incorporación de una luz que proporcione claridad en los 360º para operaciones nocturnas.
Robot bombero
Para un entorno más urbano, existen robots especialmente diseñados para apagar incendios de forma directa. Más allá de crear cortafuegos como el dron terrestre de la UME, científicos de la Universidad de Tohoku llevan trabajando en un "dragón bombero" desde el año 2016. Los investigadores se pusieron en contacto con varias brigadas de bomberos japoneses y, de esta forma, pudieron conocer de primera mano sus necesidades a la hora de llevar a cabo su trabajo en condiciones lo más seguras posibles.
Si otros dispositivos como los drones utilizan varios rotores para volar, la propuesta de Tadokoro y Ambe se basa en la propulsión a chorro. El cuerpo principal del DFF es una manguera de 4 metros que 'vuela' y cambia de dirección gracias a 8 chorros de agua situados en toda su extensión. La flexibilidad del material con la que está fabricada la manguera le permite cambiar de forma y orientar los chorros hacia las llamas para acabar con ellas.
Al menos de momento, el dispositivo necesita un controlador humano, situado en una unidad de control sobre ruedas a la que está acoplada directamente. Esta, a su vez, se puede conectar a través de un tubo de suministro a un camión de bomberos, que alberga enormes depósitos de agua de hasta 14.000 litros.
La clave para el funcionamiento del "dragón bombero" son las boquillas orientables distribuidas a lo largo de la manguera y en su 'cabeza', encargadas de lanzar el agua a una velocidad de 6,6 litros por segundo con una presión de hasta un megapascal (145 psi). Es lo que permite que el dispositivo vuele a 2 metros de altura y que, además, sofoque rápidamente cualquier conato de incendio.
Para que el operario pueda controlar y orientar el dispositivo a distancia, este incluye una cámara de ojo de pez en uno de sus extremos y otra de imagen térmica, que puede ayudar a localizar el origen del fuego. Sin embargo, a tenor de las imágenes del vídeo compartido por los investigadores y debido a la presencia del agua, las imágenes obtenidas pueden ser confusas o borrosas.