Junto con el éxito cosechado por los cazas F-16 en espacio aéreo ucraniano (y a pesar de la primera baja), el Ejército de Zelenski se encuentra desarrollando y probando un misil balístico de corto radio. Se trata de un tipo de arma muy específica y con la que pocos países en el mundo cuentan. En España, por ejemplo, lo más parecido sería el lanzacohetes SILAM —basado en el israelí PULS— que se encuentra en pleno desarrollo tras su aprobación en 2023. El hecho de ser tecnología de Ucrania la que está implicada en el arma es una muestra del potencial industrial del país en plena invasión y guerra contra Rusia.
El anuncio de la primera prueba —conocida— lo ha hecho el propio presidente ucraniano en una conferencia de prensa en Kiev. "La prueba del primer misil balístico ucraniano fue positiva", explicó. También hubo hueco para felicitar a la "industria de defensa" y reseñar que "no puede compartir más detalles" sobre esta arma.
Si bien Zelenski no indicó siquiera el nombre del misil o del programa dentro del cual se está desarrollando, todo hace indicar que se trata realmente del Hrim-2 (Trueno-2, en su traducción al castellano) que Kiev lleva desarrollando desde principios de los años 2000, según TWZ.
Los detalles sobre el estado del misil son desconocidos y tan sólo se va dilucidando cierta información cuando los primeros espadas del Ministerio de Defensa o del Gobierno de Ucrania la aportan en entrevistas. Antes de esta última comparecencia de Zelenski, el general de brigada Serhiy Baranov, jefe de la Dirección General de Fuerzas de Cohetes y Artillería, confirmó a finales de 2023 que el Hrim-2 "existe, se está mejorando y dejaremos que los rusos sientan su efecto en sí mismos".
Unos meses antes, en junio de ese mismo año, uno de los desarrolladores del sistema afirmó que el nivel de preparación del proyecto de misiles balísticos de corto alcance se encontraba entre el 65 y el 70%, según recoge el medio ucraniano Defense Express. Al mismo tiempo y prácticamente desde que comenzó la guerra, el Ministerio de Defensa de Rusia ha indicado en varias ocasiones que han conseguido derribar este mismo modelo de misil, algo que no encaja con el discurso sobre el estado de desarrollo de Kiev.
Misil balístico
Los planes de desarrollo del Hrim-2 —también conocido como Sapsan o Grom— se remontan al año 2006. En aquel momento, el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania identificó la necesidad de contar con un nuevo programa de misil balístico que renovara el armamento heredado tras la desintegración de la Unión Soviética.
El Ejército ucraniano contaba con los ya por entonces anticuados Tochka-U como únicos vehículos de lanzamiento de misil balístico, pero sólo unas pocas compañías rusas podían arreglar y actualizar para mantenerlos en servicio. En una reunión del mencionado Consejo, celebrada en marzo de ese año, se acordó que era necesario desarrollar un nuevo sistema de misiles táctico-operacional para ofrecer una capacidad de disuasión no nuclear a las Fuerzas Armadas del país, tal y como recoge el mismo medio.
Para llevarlo a cabo recurrieron únicamente a las compañías nacionales, a las que propusieron combinar las características de los misiles tácticos como los lanzacohetes múltiples. Dentro de esta última categoría se encuentran sistemas como los SILAM en los que está trabajando España o los HIMARS estadounidenses.
El encargo finalmente recayó en la compañía estatal KB Pivdenne, que ya había trabajado durante la época soviética en el diseño de misiles balísticos intercontinentales. Fue en ese momento cuando se asignó el nombre de Sapsan al programa, que todavía se mantiene en la actualidad en algunos contextos.
Debido a la crisis económica de 2008, la partida presupuestaria para el desarrollo del arma se suprimió durante algunos años, hasta que en 2011 se reanudaron los trabajos. A pesar de la escasez de fondos, algunos exportadores de armamento de Ucrania comenzaron a ofrecer a clientes extranjeros esta tecnología y, en 2013, la compañía KB Pivdenne recibió el encargo de un país no desvelado para fabricar el que sería más tarde conocido como Hrim.
Ya a mediados de 2014, cuando Rusia invadió Crimea, el contratista presentó una iniciativa para reanudar el trabajo del programa nacional Sapsan aprovechando todo lo aprendido en Hrim para el cliente extranjero. El beneplácito del entonces presidente ucraniano Petró Poroshenko a la fusión de ambas líneas armamentísticas llegó a finales de ese año, comenzando entonces a desarrollar el arma al que acaba de hacer referencia Zelenski.
Hasta 500 km de alcance
El diseño inicial del Hrim tenía un rango operativo de unos 280 kilómetros, podía llevar a bordo una cabeza de guerra de 480 kilogramos y medía 6,4 metros de largo, según recoge TWZ, con datos publicados en 2015 por la agencia ucraniana de exportación de material militar. También contaba con guiado por inerciales apoyado en geoposicionamiento satelital y un sistema de localización de objetivos no especificado.
No está claro cómo ni cuándo KB Pivdenne dio el salto del Hrim al Hrim-2, tampoco cuáles de esas especificaciones se han mantenido en la segunda versión del misil balístico. Hay que tener en cuenta que esas características técnicas hacen referencia a la versión de exportación, más recortada en cuanto a capacidades que la de uso nacional.
Algunos reportes de Defense Express apuntan a que podría alcanzar los 500 kilómetros de radio efectivo como máximo, mientras que el mínimo se situaría entre 20 y 50 kilómetros. En cuanto al peso al despegue, indican que podría llegar a los 5.300 kilogramos a plena carga y el sistema de propulsión estaría comprendido únicamente por una etapa de un cohete alimentada por combustible sólido.
En agosto de 2022, cuando se cumplían 6 meses desde el comienzo de la invasión rusa, Ucrania ejecutó una serie de ataques de alta intensidad a la Base Aérea de Sky en Crimea. Algunos medios, principalmente rusos, apuntaron a la utilización de Hrim-2 para ejecutar este ataque en el que varios cazas Sukhoi habrían sido destruidos.