Además de las defensas antiaéreas desplegadas por todo el campo de batalla, los drones están siendo pasto de unos compañeros del medio atmosférico: los helicópteros. Las aeronaves no tripuladas, como las que tiene España, se han convertido en una de las armas más populares desde que comenzó la contienda en Ucrania a principios de 2022 y, todavía hoy, se mantienen como un vector táctico capaz.

Sin embargo, cada vez más, estas aeronaves militares de ala rotatoria se han ido especializando en derribarlos mientras vuelan. Emplean su superioridad técnica y aerodinámica para alcanzar a los drones para luego emparejar su altitud y velocidad. El siguiente paso es activar las armas a bordo, derribar la amenaza y buscar el siguiente objetivo

Esta diferencia abismal en cuanto a capacidades aéreas ha quedado patente en los últimos días debido a la publicación de una serie de vídeos grabados desde helicópteros, en los que el personal militar ucraniano abate a los drones rusos sin mucha complicación. El pasado 25 de agosto, apareció un metraje en la red social X —antes conocida como Twitter— donde se podía ver un helicóptero ucraniano modelo Mi-8 con una ametralladora incorporada intentando derribar a uno de esos UAV.

El militar encargado de la operación de la ametralladora apuntaba directamente a la aeronave Shahed, según The Aviationist, hasta que finalmente hace blanco y comienza a caer en picado dejando algunos restos de fuselaje por el camino. Se trata de un modelo fabricado por Irán que ha participado activamente en Rusia desde que Moscú y Teherán firmaran un contrato de adquisición a finales de 2022. 

Un segundo vídeo apareció en Reddit mostrando igualmente a un helicóptero ucraniano —en esa ocasión un Mi-24intentando derribar a otro Shahed en un lugar no desvelado del frente bélico. Este dogfight aéreo también está presente en Israel, donde la Fuerza Aérea de Netanyahu ha publicado recientemente cómo un helicóptero derribaba a un dron Samad en el Líbano utilizando su ametralladora.

Las ventajas del helicóptero

Desplegar helicópteros como plataformas antidrones tiene algunas ventajas respecto al empleo de cazas para el mismo fin. Aunque a nivel costes, de momento no existe una alternativa a los sistemas instalados en tierra firme. Este es uno de los terrenos más importantes en las maltrechas economías de guerra, donde los mencionados helicópteros cuentan con una menor exigencia desde el punto de vista del mantenimiento y del consumo de combustible que las alternativas de ala fija con capacidades similares.

Asimismo, los helicópteros emplean normalmente munición más barata, como las ametralladoras o cañones que se ven en los vídeos publicados, en lugar de misiles guiados de miles de euros la unidad. Con esto se consigue balancear en parte la diferencia de costes entre el dron a destruir y la munición empleada para tal fin, un tema que está muy de actualidad tanto en el teatro ucraniano como israelí.

Militar ucraniano en la compuerta para ametralladoras del Mi-8

Más allá del plano puramente económico, los helicópteros ofrecen una flexibilidad mayor que una aeronave de ala fija. Por ejemplo, pueden operar desde prácticamente desde cualquier lugar que reúna unas condiciones mínimas de obstáculos y no requiere de infraestructuras complejas como una pista de despegue y aterrizaje.

Pueden también volar a menor velocidad y altitud que los cazas, incluso al mismo nivel que los drones lentos que son los que suelen protagonizar los ataques en enjambe. Existen aeronaves no tripuladas más rápidas que emplean motores cohete o a reacción que son mucho más rápidos e imposibles de derribar utilizando simplemente la ametralladora instalada en el helicóptero.

Los helicópteros están "optimizados para volar a baja altitud y baja velocidad en operaciones de gran autonomía y son más eficientes en patrullas aéreas de combate contra drones en el caso de defensa de punto", explican desde The Aviationist. Aunque no siempre son así de efectivos. El pasado 25 de agosto, un dron ucraniano consiguió derribar un helicóptero ruso del mismo modelo que usa el Ejército de Kiev para derribar los Shahed.

El Mi-8 es el helicóptero más fabricado de la historia —supera las 17.000 unidades y se mantiene en producción— y también uno de los que más variantes recoge empleando una misma plataforma. Levantó el vuelo por primera vez en julio de 1961 dentro de la Unión Soviética para un amplio abanico de usos que fueron desde el transporte de pasajeros en vuelos comerciales a adaptaciones preparadas para la guerra.

Mi-24 Ucraniano Ministerio de Defensa de Ucrania

Por otro lado, el Mi-24 se diseñó pensando en un helicóptero con gran capacidad de ataque y como respuesta soviética a los modelos estadounidenses que proliferaron en plena Guerra Fría. Entró en servicio en 1972 y todavía hoy continúa saliendo de las líneas de montaje.

En el caso ucraniano, la versión que se encuentra actualmente operativa es la Mi-24P Hind-F que para principios de la década del 2010 comenzaron una actualización hacia la versión Mi-24PU1. Se trata de una plataforma actualizada que integra misiles como el S-8 con el que la Fuerza Aérea de Zelenski ya ha hecho estragos a algunas infraestructuras críticas rusas.

Aunque también se usan aviones

Además de helicópteros, la Fuerza Aérea de Ucrania ha estado utilizando aviones Yak-52 para derribar drones. Uno de los últimos ejemplos publicados ocurrió el pasado abril, cuando una de estas aeronaves consiguió derribar a una plataforma de espaionaje rusa.

La variante Yak-52B, la que protagoniza el vídeo, conserva la capacidad de transportar pods para ametralladoras y cohetes no guiados, aunque sólo se produjo una unidad con esta configuración, según Militarnyi. Por lo tanto, el dron ruso probablemente fue derribado por el segundo miembro de la tripulación utilizando un arma automática incoporada a bordo, similar a la manera de actuar de sus compatriotas subidos en los helicópteros.

Este modelo de aeronave pertenece a la era soviética y levantó por primera vez el vuelo en 1976. Su diseño responde a la necesidad de Moscú de contar con un entrenador para las primeras etapas de adiestramiento y antes de dar el salto a los cazas a reacción.

El Yak-52 cuenta con una carlinga para dos ocupantes —alumno e instructor— con un fuselaje hecho completamente de metal y un único motor. Destaca por sus cualidades acrobáticas que le confieren una gran maniobrabilidad, además de ser conocido por una estructura robusta.

Además de su papel como avión entrenador, este modelo también se ha empleado en varias ocasiones para ataques aire-superficie de baja intensidad. Principalmente en aquellas variantes con anclajes subalares compatibles con algunas armas.