Así son los nuevos misiles invisibles a los radares de EEUU: 400 kg de explosivos y 1.600 km de alcance
La compañía Lockheed Martin ha presentado una nueva versión de su misil AGM-158 a la que ha añadido más autonomía y capacidad de ataque.
26 septiembre, 2024 03:22Todo el conocimiento acumulado en la industria aeronáutica de los cazas de quinta generación está llegando a la rama de los misiles. Estas capacidades incluyen una eficiencia de los motores de primer orden junto a la capacidad de ser invisible a los radares enemigos, una particularidad muy útil para burlar los sistemas antiaéreos como los Patriot que tiene España.
Lockheed Martin, uno de los principales contratistas del Departamento de Defensa de EEUU y creador del caza furtivo F-35, acaba de anunciar un nuevo misil de crucero que reúne todas esas características y consigue un radio de acción muy extendido. Emplean como base la plataforma de la familia de misiles JASSM, que ya es compatible con aeronaves como el F-16, F-18 o el mencionado F-35, entre otros. Facilitando de esta forma su integración.
De hecho, los misiles aire-superficie JASSM han protagonizado las últimas incorporaciones a la Fuerza Aérea de Ucrania justo después de recibir los primeros F-16. Sin embargo, según han explicado, la versión recién presentada sólo está certificada para operar a bordo de los F-18 —con planes de extensión al F-35— y ni mucho menos está previsto por el momento su traspaso a Kiev.
"Aprovecha una línea de producción y procesos de producción existentes", dijo Jon Hill, vicepresidente y director general de dominio aéreo de ataque de Lockheed Martin, a National Defense. La denominación del misil es AGM-158 XR. "Pensamos en XR... que es rango extremo [Extreme Range, en inglés]", aseguró.
"Lo que realmente hace es ampliar la familia JASSM y LRASM [la versión antibuque] existente... para darnos esencialmente [la capacidad de llevar] más combustible, lo que se traduce en el alcance que necesitamos y que los combatientes necesitan", prosiguió Hill.
Nuevo misil de crucero
Si bien se desconoce cuándo Lockheed Martin comenzó a desarrollar la nueva versión del misil, las primeras noticias sobre un nuevo miembro de radio de acción extendido datan de principios de 2020 cuando el Congreso de EEUU canceló un programa para la fabricación de una nueva plataforma con capacidades nucleares. Esa decisión, según apuntó en su día The War Zone, estaba relacionada con el impulso de una nueva línea armamentística que bebía directamente del JASSM.
"Yo diría que el [AGM] 158 XR es realmente una historia de innovación y de anticipación de las necesidades de los combatientes", continuó Hill. También indicó que la nueva versión usa la modularidad del que es uno de los misiles de su especie más modificados y fabricados de todo el mundo. También que "aprovecha la estructura de planificación de misiones junto con la arquitectura de software existentes".
La nueva armada emplea la misma sección transversal trapezoidal y el factor de forma con capacidades furtivas —de baja huella radar— que sus hermanos JASSM y LRASM. Pero con un tamaño sustancialmente más grande para integrar tanques de combustible más capaces junto con una cabeza de guerra de 450 kilogramos.
Lockheed Martin ha optado por designar al nuevo misil como AGM-158 XR, en lugar de JASSM XR, lo que abre la puerta a que a la introducción de una versión naval del mismo. Algo así como un LARSM XR que proporcione capacidades de alcance y la posibilidad de incorporar tipos de ojivas similares y enfoque en ataque en el ámbito naval.
Aunque la compañía no lo ha anunciado de forma oficial, se espera que el XR tenga una autonomía alrededor de los 1.600 kilómetros, el doble que la versión de rango extendido (ER, por sus siglas en inglés) que actualmente se encuentra en servicio, y prácticamente calcado al del conocido misil Tomahawk.
El beneficio directo que aporta esta ampliación del rango efectivo es que la maniobra de liberación de la carga requiere menos tiempo de vuelo, muy valioso en escenarios de guerra complejos. "Ahora regresas [antes] a repostar, rearmarte y realizar tu próxima salida", declaró en esta ocasión Michael Rothstein, vicepresidente de armamento aéreo y sensores de Lockheed Martin.
"Por lo tanto, ayuda a desarrollar el ritmo operativo para el combatiente, porque ahora pueden generar más salidas en un solo día, poner más masa en el objetivo si necesitan hacerlo con otras armas u otros [AGM-158] XR", prosiguió Rothstein.
Esta ampliación del radio de alcance juega a favor de las plataformas de las aeronaves encargadas del despliegue del misil. Además de los mencionados cazas, la Fuerza Aérea de EEUU también podría lanzarlos desde bombarderos como el B-1 mediante una certificación menor y posiblemente se harán compatibles en el futuro con aviones de carga. Tampoco cierran la puerta al despegue desde tierra firme, como ya lo ha hecho en alguna ocasión el LRASM en los lanzadores verticales de los buques de guerra.
La modularidad mencionada por Jon Hill también puede significar la elección de compensar una rebaja del peso de la cabeza de guerra con un incremento en el combustible a bordo. Jugar con este equilibrio entre autonomía y peso es muy común en las aeronaves, pero no tanto en los misiles de crucero que suelen tener especificaciones más cerradas.
"El tercer punto de vista operativo clave es el reabastecimiento de combustible", afirmó Rothstein. "Todos sabemos que las facturas de los [aviones] cisterna y el reabastecimiento son siempre un factor para nuestras fuerzas de aviación, particularmente en algo así como en un teatro [de operaciones] chino".
Si el nuevo misil tiene puntos de liberación más alejados respecto al objetivo, esto se traduce en menos combustible y en el empleo de "menos tanker para ese conjunto de misiones determinado".
Invisible
Una de las particularidades que hace a la plataforma AGM-158 una de las preferidas por la Fuerza Aérea de EEUU es su baja visibilidad frente a los radares. Lockheed Martin ha desarrollado una capa externa especial junto a varias estructuras internas —todas ellas secretas— para reducir al máximo el eco que deja en el vuelo hacia su objetivo prefijado.
Su capacidad para abrirse camino a través de los escudos antiaéreos más densos es un "punto de venta clave del arma", recogen en TWZ. Incluye una reducción de su firma infrarroja, emitida tanto por el motor como por el rozamiento con el aire, y electromagnética; ambas suponen dos vectores de detección esenciales para los radares enemigos y, posteriormente, para los misiles de interceptación lanzados por las baterías.
Esta capacidad está muy relacionada con el equipamiento y sensórica que el misil lleva a bordo. Se conoce, por las otras versiones, que los AGM-158 incorporan un buscador de imágenes infrarrojas optimizado para detectar, clasificar y atacar con precisión a los objetivos. También disponen de sistemas para detectar amenazas electromagnéticas y evitarlas o utilizar esa misma radiación para ayudar a localizarlas, posicionarlas y, a la postre, destruirlas.
Por el momento, se desconoce cuándo Lockheed Martin probará oficialmente el lanzamiento de un AGM-158 XR. El desarrollo está envuelto en el ya tradicional secretismo con el que los contratistas estadounidenses trabajan. "No puedo entrar en detalles, pero hemos hecho el análisis operativo de todas esas cosas, sobre los alcances y la amenaza, el reabastecimiento, y ciertamente... hay un beneficio para el combatiente que es muy significativo", concluyó Rothstein.