Dark Eagle, el misil hipersónico de EEUU que Rusia no puede parar: acabaría con las defensas aéreas de Moscú en minutos
- El Pentágono confirma la primera prueba completa de un misil con un vehículo planeador capaz de superar una velocidad máxima de 20.000 km/h.
- Más información: Así es el ARRW, el primer misil hipersónico lanzado desde el aire que EEUU acaba de probar con éxito
La carrera armamentística en la que están embarcadas las grandes potencias, Estados Unidos, China y Rusia, tiene muchas facetas y ángulos distintos. Probablemente, el más importante de cara al equilibrio geopolítico de las próximas décadas es el desarrollo de los misiles hipersónicos, capaces de alcanzar posiciones del enemigo en tiempo récord eludiendo la mayoría de sistemas de defensa antiaérea actuales. Si Putin acaba de demostrar la capacidad operativa de Oreshnik, el misil hipersónico "imparable" con el que Rusia amenaza a toda Europa desde Minsk, EEUU no quiere quedarse atrás y ha llevado a cabo el primer ejercicio completo y exitoso de su sistema Dark Eagle desde un lanzador en la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, Florida.
La también conocida como Arma Hipersónica de Largo Alcance (LRHW) llega así a un punto decisivo de su desarrollo tras años de acumular fallos y retrasos. "Se trata del segundo ensayo de vuelo completo del [misil] realizado con éxito este año y ha sido el primer ensayo con fuego real del sistema de armas hipersónicas de largo alcance utilizando un Centro de Operaciones de Batería y un Lanzador Transportador Erector", según indica el comunicado de prensa publicado por el Departamento de Defensa de EEUU.
Es el segundo avance reciente del país estadounidense en la incorporación de este tipo de armas, pocos días después de actualizar y sacar del dique seco el USS Zumwalt, el primer buque de guerra de EEUU que podrá usar misiles hipersónicos. "Esta prueba marca un hito importante en el desarrollo de uno de nuestros sistemas de armas más avanzados", aseguró Carlos Del Toro, Secretario de la US Navy de EEUU, en otro comunicado. "A medida que nos acercamos a la primera entrega de esta capacidad a nuestros socios del Ejército, seguiremos presionando para integrar el Ataque Rápido Convencional en nuestros buques de superficie y subsuperficie de la Armada para ayudar a garantizar que seguimos siendo la fuerza de combate preeminente del mundo".
Misil LRHW
El proyecto LRHW lleva cociéndose desde 2015 y en 2019 recibió un importante empujón a través de James C. McConville, por aquel entonces Secretario y jefe de Estado Mayor del Ejército estadounidense. Para llevarlo a cabo se seleccionó a dos contratistas como encargados del diseño, producción e integración del misil hipersónico, Dynetics, Northrop Grumman y Lockheed Martin, con contratos que superan los 700 millones de dólares.
El arma consiste en un gran cohete propulsor de dos etapas, más de 7.400 kg de peso y menos de 1 metro de diámetro, que transporta el Cuerpo de Planeo Hipersónico Común (C-HGB) en un cono de ojiva. Como otras armas hipersónicas, una vez que el cohete propulsor alcanza una altitud y velocidad significativas, se libera el C-HGB, un vehículo sin motor que planea a velocidades hipersónicas y puede cambiar varias veces de rumbo para eludir las defensas antiaéreas enemigas mientras desciende hacia su objetivo.
Por definición, los sistemas hipersónicos son los que tienen la capacidad de volar a velocidades superiores a cinco veces la velocidad del sonido (Mach 5, equivalente a 6.174 km/h), pero en el caso del C-HGB eso va un paso más allá, ya que es capaz de alcanzar Mach 17, o lo que es lo mismo, más de 20.000 km/h, velocidad similar a la que llegan los vehículos espaciales en su reentrada a la Tierra.
Eso, junto a un rango superior a los 2.700 km, ofrece según la US Navy "una combinación de velocidad, alcance, maniobrabilidad y altitud que permite derrotar con rapidez y gran capacidad de supervivencia a objetivos en los que el tiempo es un factor crítico y que están fuertemente defendidos".
Ahora, tras varios retrasos relacionados con problemas en el lanzador, el Dark Eagle por fin ha completado con éxito un lanzamiento que lo acerca a su definitiva entrada en servicio, prevista para 2025. De hecho, el Ejército estadounidense se vio obligado a cancelar hasta tres lanzamientos previstos el año pasado. En junio, el Pentágono anunció el éxito de una prueba del misil en la Estación Aérea Naval de Fallon, Nevada, aunque en ella se utilizó un aparato de lanzamiento terrestre diferente.
Durante aquel ejercicio, el Dark Eagle demostró que puede integrarse con fuerzas de mando conjuntas en tiempo real. Tras el lanzamiento, el misil estableció comunicación con otras unidades, así como con varios sistemas de mando y control durante largos periodos de tiempo.
La demostración de que puede acoplarse a una unidad de lanzamiento con capacidad para dos misiles adaptada a un remolque de camión aporta un grado fundamental de movilidad, imprescindible para no convertirse en un objetivo fácil para el adversario. Sus capacidades superan las de los misiles de crucero y otros sistemas de ataque de precisión, y son especialmente decisivas "en entornos anti acceso o de negación de área", según el teniente general Robert A. Rasch, director de Hipersónica, Energía Dirigida, Espacio y Adquisiciones Rápidas de la RCCTO (la Oficina de Capacidades Rápidas y Tecnologías Críticas del Departamento de Defensa).
Rusia y China en la diana
A medio y largo plazo, el Dark Eagle y la 'familia' de misiles hipersónicos que actualmente está desarrollando EEUU tienen puesta la vista en un posible enfrentamiento de alto nivel contra China en el Pacífico, con Taiwán como principal campo de batalla.
Sin embargo, la amenaza más inminente proviene de Rusia, que acaba de confirmar la cesión de Oreshnik, su equivalente al Dark Eagle, a su vecina y aliada Bielorrusia, desde donde puede alcanzar posiciones en toda Europa, incluidas las bases estadounidenses en países como España.
Según The War Zone, el Pentágono tiene planes para "despliegues episódicos" de sistemas hipersónicos terrestres en Europa, previsiblemente en Alemania. Eso pondría en jaque a los sistemas antiaéreos rusos, que tendrían muchos problemas para interceptar el C-HGB, por su velocidad y maniobrabilidad.
Las baterías S-300V4 y S-400 del ejército ruso tienen como principal función interceptar misiles balísticos y aviones a atitudes por debajo de los 50 km, pero no disponen de capacidades para detectar y derribar a tiempo un misil que sube por encima de la atmósfera, vuela a casi 6 km/s y puede cambiar de trayectoria de forma inmediata.
Sobre el papel, el sistema antiaéreo más avanzado de Rusia, el S-500, sí sería capaz de hacer frente al Dark Eagle. Está diseñado para interceptar y destruir misiles balísticos, además de misiles y cazas hipersónicos, con un alcance máximo de 600 km. En teoría, es capaz de atacar simultáneamente hasta 10 objetivos hipersónicos volando a un máximo de 7 km/s y por encima de los 80 km de altitud.
Sin embargo, la realidad puede ser mucho más compleja que las pruebas en entornos controlados. En junio de este mismo año, el S-500 fue desplegado en la península de Crimea para defender el puente de Kerch, reconstruido después del ataque en octubre de 2022. En su debut operativo, falló estrepitosamente a la hora de defender la península de los misiles ATACMS lanzados por Ucrania. Armamento más rápido y maniobrable como el Dark Eagle supondría por tanto una gran amenaza para Moscú.