Dron submarino BlueWhale en puerto

Dron submarino BlueWhale en puerto IAI

Defensa y Espacio

Ballena Azul, el dron submarino que ya prueba Alemania: hasta 30 días sumergido para detectar embarcaciones rusas

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Los tentáculos navales de Rusia llegan hasta el lugar más insospechado del mundo. Mientras la guerra en Ucrania se sigue desarrollando principalmente en tierra y en menor medida en el aire, las embarcaciones militares controladas por el Kremlin se pasean de forma discreta alrededor de los países de la OTAN, entre los que se incluye España.

Lo último que se conoce es que la Armada española ha estado vigilando muy de cerca a un buque de guerra de Moscú frente a las costas gallegas, una ubicación estratégica como puerta del Atlántico y cerca del arsenal de Ferrol donde tienen su base algunas fragatas. La detección de estos efectivos en la inmensidad del mar necesita de medios cada vez más avanzados y, entre ellos, se encuentran los submarinos no tripulados.

La Armada de Alemania se encuentra probando el dron subacuático BlueWhale como una de las plataformas candidatas para incorporarse dentro de una futura flota de embarcaciones sin tripulación para combatir submarinos enemigos, tal y como recoge Defense News. El experimento tuvo lugar en el mar Báltico el pasado noviembre y durante dos semanas.

BkueWhale sumergido

BkueWhale sumergido IAI

Esa región del planeta es una de las que más tensiones internacionales está experimentando en los últimos años y el lecho marino acoge a un buen número de cables submarinos de telecomunicaciones y gasoductos. La combinación de estos dos factores junto al continuo tráfico de buques civiles y militares de Rusia y China impulsan la necesidad de incorporar tecnología capaz de detectar cualquier tipo de comportamiento anómalo sin ser visto.

"Esta es una capacidad actualmente disponible sólo a través de submarinos tripulados, lo que la hace importante para la vigilancia marítima", tal y como los oficiales de la Armada alemana han publicado en un comunicado. La incorporación de plataformas no tripuladas permite desplegar una flota más numerosa y económica de mantener, lo que se traduce en mayor capacidad de vigilancia.

Ballena Azul

El BlueWhale (Ballena Azul, en su traducción al español) vio la luz en 2023 colocándose como el primer submarino no tripulado de factura israelí. De hecho, es una de las plataformas más modernas y avanzadas de las desarrolladas por la compañía Israel Aerospace Industries (IAI), uno de los principales actores del mundo de la defensa especializados desde hace décadas en los drones aéreos.

Tal y como publicó IAI en su presentación, el sistema ha superado con éxito miles de horas de funcionamiento autónomo, donde han incluido la recopilación de inteligencia de objetivos marítimos y costeros, inteligencia acústica e identificación de la presencia de minas navales.

"Puede realizar una parte importante de las operaciones de un submarino tripulado durante semanas", explican. Para llevar a cabo todas estas tareas, el BlueWhale está equipado con un mástil telescópico, muy similar al periscopio de un sumergible convencional, de varios metros de altura. En él se integra los sistemas de radar y electroópticos para detectar objetivos marinos y costeros.

El mástil también incorpora la antena de telecomunicaciones por satélite a través de la cual se transfieren los datos recopilados en tiempo real al operador situado en el puesto de mando, sea en el mar o en tierra firme. Por otro lado, la detección de otros submarinos y la recopilación de inteligencia de acústica se llevan a cabo mediante un sónar remolcado de varias decenas de metros y mediante un sónar de matriz de flanco.

Blue Whale

En paralelo, la detección de minas se lleva a cabo empleando un sonar de apertura sintética dedicado que está acoplado en los laterales de la plataforma. "El BlueWhale equipa un conjunto de sensores que ayuda a garantizar su tránsito seguro bajo el agua o cerca de la superficie", explicaron desde IAI.

En lo relativo a especificaciones técnicas y más allá de los sensores enumerados antes, el submarino no tripulado israelí cuenta con 10,9 metros de eslora por 1,12 de diámetro y 5,5 toneladas de peso. La autonomía va desde los 10 a los 30 días dependiendo de la misión y de la configuración de la batería. El propulsor permite desplazamiento hasta 13 kilómetros por hora en inmersión.

Orca estadounidense

El desarrollo de drones submarinos de grandes dimensiones ha sido una de las prioridades de Estados Unidos en varios programas militares de los últimos años. Uno de ellos es el Orca, un gigante desarrollado por Boeing tomando como base su proyecto Echo Voyager y que hace justo un año comenzó a entregar las primeras unidades al Departamento de Defensa del país americano.

Tiene una eslora de 26 metros, 2,6 de diámetro y 80 toneladas de desplazamiento en inmersión, lo que le convierte en uno de los sumergibles autónomos más grandes del mundo. Más allá del tamaño, el Orca destaca por una gran capacidad de carga gracias a su módulo central de 10 metros y la posibilidad de llevar en su interior hasta 8 toneladas.

Primer Orca durante la ceremonia de entrega

Primer Orca durante la ceremonia de entrega Boeing

En un primer momento, los planes de la Navy es dotar al sumergible con un sistema de almacenamiento y despliegue de minas dentro de ese mismo módulo, aunque no descartan en un futuro integrar otras capacidades. En octubre de 2023, firmaron un contrato con Lockheed Martin para continuar dando soporte a esta plataforma con el fin de actualizar su tecnología en el futuro y responder a los cambios en las amenazas.

Estos nuevos módulos aprovecharán la arquitectura abierta de los Orca para integrar sistemas que proporcionen guiado y control navegación, autonomía, conciencia situacional o comunicaciones. Convirtiéndose así en plataformas mucho más avanzadas con vistas al futuro con aplicaciones en campos como el espionaje, funciones de carguero para desplegar sensores e incluso como nave nodriza de otros submarinos más no tripulados más pequeños.