
Robot en forma de perro que puede equipar armamento
Robots terrestres cargados con bombas termobáricas: así es la inquietante estrategia de China para la guerra en las ciudades
Científicos chinos ya están estudiando la mejor manera de liquidar a los adversarios en escenarios urbanos y subterráneos.
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La experiencia acumulada en el segmento de los drones, con su extraordinario rendimiento en las últimas contiendas, y el impulso que ha experimentado la robótica recientemente conforman la fórmula maestra para el despliegue de nuevos dispositivos en el campo de batalla. En España, este tipo de tecnologías todavía no están muy desarrolladas, pero en ejércitos como el de China se está empezando ya a plantear el uso de robots terrestres equipados con bombas termobáricas para escenarios urbanos.
Con el fin de lograr una "aniquilación total", los científicos militares comandados desde Pekín proponen equipar los robots terrestres con ojivas termobáricas, tal y como recoge el diario hongkonés South China Morning Post. Se trata de la primera vez que China revela de forma oficial sus planes para el uso de este tipo de armas en sistemas no tripulados.
El empleo de estas plataformas terrestres no tripuladas responde al escenario que suele darse en los entornos urbanos en medio de conflictos armados de alta intensidad. Son "vórtices de guerra", según lo describe Dang Chenguang, autor principal de un estudio publicado en una revista sobre ingeniería aplicada a la artillería de China, donde se analiza el uso de robots y armamento avanzado.
Robots armados
Estos "vórtices" a los que se refiere vienen dados por las intensas interferencias que experimenta todo el espectro electromagnético, que deja en fuera de juego algunas tecnologías clave como la navegación empleando GPS. Si a una mala conectividad satelital se une la alta densidad de edificios que caracteriza las zonas urbanas, la combinación es nefasta para los sistemas tradicionales.
"Las naciones que compiten por desarrollar sistemas autónomos deben resolver el rompecabezas de la coordinación hombre-máquina en condiciones extremas", tal y como recoge Dang. Ante estas dificultades, los ejércitos pueden recurrir a sistemas avanzados completamente independientes o buscar alternativas para la conectividad, como la fibra óptica.

Dron terrestre de China
Para resolver la cuestión, este programa de entrenamiento y evaluación fue impulsado por la compañía armamentística estatal Norinco y el Instituto de Investigación de Xian. Ambos organismos permitieron a los equipos compuestos por militares probar enjambres de drones y robots terrestres en varios escenarios de combate, fundamentalmente urbanos.
Una vez finalizadas las maniobras, el equipo de análisis puntuó las unidades participantes en aspectos clave como la conciencia situacional, el control de mando, la resiliencia de comunicación, los ataques coordinados y la seguridad del sistema.
Con todos los informes encima de la mesa, los investigadores dieron con la fórmula para obtener el equilibrio perfecto entre todos los aspectos analizados. La configuración óptima incluye drones aéreos equipados con sensores electroópticos y radares para la detección de objetivos camuflados, herramientas ampliamente integradas ya en las fuerzas armadas de muchos países.
Sin embargo el segundo de los vectores planteado por los investigadores es un tanto más específico. Tal y como explican, los robots terrestres sirven como "bestias blindadas"y altamente armadas. La misión de estas plataformas es el transporte de cargas termobáricas para "purgar instalaciones subterráneas", indican desde SCMP. Este escenario podría ser similar a los túneles por los que se han movido los integrantes de Hamás desde hace años.
El documento firmado por Dang enfatiza también que los equipos de robots terrestres necesitarían coordinar estos ataques junto a los encargados de los drones aéreos, que harían las operaciones previas de reconocimiento y, posteriormente, el comando del ataque. Una vez completados los trabajos de preparación, los robots terrestres se envían en persecución de los enemigos para identificar las instalaciones subterráneas donde activar las cargas termobáricas.
Uno de los aspectos más delicados de las bombas termobáricas es su despliegue. Tradicionalmente, este tipo de armamento se deja caer desde aeronaves o se lanza utilizando artillería, algo que no garantiza alcanzar el objetivo ni lograr la eficacia esperada.

Robot terrestre empleado por el Ejército de China
Con el empleo de robots terrestres se evita la incertidumbre, al mismo tiempo que se elimina de la ecuación cualquier participación activa de un soldado, que podría ser igualmente víctima del explosivo. Estas plataformas cada vez resultan más económicas en su adquisición y el sacrificio de una unidad puede traducirse en una importante ventaja en el campo de batalla.
Bombas termobáricas
"Las armas termobáricas causan daños y perjuicios por sobrepresión y efectos térmicos", tal y como recoge un informe de la Cruz Roja. "Pero también pueden producirse daños secundarios debido a la fragmentación, el consumo y agotamiento del oxígeno ambiental y la liberación de gases tóxicos y humo".
El empleo de estas armas termobáricas "es lícito", siempre y cuando se dirijan contra un objetivo militar, "teniendo en cuenta todas las precauciones posibles para proteger a los civiles" y ajustándose al principio de proporcionalidad.
El ejemplo de uso de este tipo de munición más reciente está en la guerra de Ucrania. A finales de febrero de 2022, pocos días después del comienzo de la invasión ordenada por Putin, la embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, acusó a Rusia de haberlas empleado.
El funcionamiento primario se basa en la liberación de una gran cantidad de combustible combinado con cargas explosivas. Según The Conversation, estos combustibles pueden ser desde metales en polvo tóxicos hasta materia orgánica que contiene oxidantes.
La primera carga explosiva que se detona está destinada a crear una gran nube de combustible que se esparce por la zona, mientras que la segunda explosión enciende todo ese combustible creando una inmensa bola de fuego.
Las altísimas temperaturas que se alcanzan son tan solo la primera de las amenazas de las bombas termobáricas. La ingente cantidad de oxígeno necesario para llevar a cabo la combustión, junto con la onda expansiva que se crea, provocan que la gente muera asfixiada.
Explosión bomba termobárica
Estas características las hacen mortíferas tanto en zonas urbanas como en campo abierto, pudiendo penetrar incluso en búnkeres o en otros lugares subterráneos asfixiando al personal que se intenta proteger en ellos. Este último escenario es el que plantea China para el empleo junto a robots terrestres.
"Aquellos [que se encuentran] cerca del punto de ignición son borrados. Es probable que los que están al margen sufran muchas lesiones internas, por lo tanto invisibles, que incluyen tímpanos reventados y órganos del oído interno aplastados, conmociones cerebrales graves, pulmones y órganos internos rotos, y posiblemente ceguera", según un informe de la CIA en 1990, que cita el Observatorio por los Derechos Humanos.