“Esto es un smartphone que ve salir un wearable de Indiegogo y…” sí, parece el comienzo de un chiste y no es para menos. Ya casi tenemos establecido un patrón o ruta para vender casi cualquier gadget que os podáis imaginar. La gracia está en distinguir entre un proyecto que promete y un mal chiste.

Flic es un proyecto de un grupo de emprendedores suecos que pretenden llevar a nuestros hogares (o a nosotros mismos, porque el wearable vende) un botón capaz de ejecutar cualquier acción previamente programada a través de nuestro smartphone. Flic se conecta a nuestro dispositivo Android o iOS mediante el clásico Bluetooth Low Energy a un rango teórico de 50 metros, cuenta con una parte trasera adhesiva y se alimenta de una pila de botón que tendremos que reemplazar tras cinco años.

flic_inside

¿Qué podemos hacer con Flic?

Podemos hacer desde tareas tan comunes como reproducir música o controlar nuestras bombillas inteligentes, hasta funciones un poco más rebuscadas como abrir una cerradura inteligente, enviar un mensaje de emergencia compartiendo nuestra ubicación o pedir una pizza (sí, es uno de los ejemplos que nos presentan). Cada uno de estos botones inteligentes pueden realizar hasta 3 acciones diferentes dependiendo de si realizamos una sola pulsación, dos seguidas o mantenemos una pulsación prolongada.

Desde su página de Indiegogo podemos acceder a diversos packs con precios promocionales, como viene siendo habitual en todo proyecto crowdfunding, comenzando por 27 dólares (más gastos de envío) por un ejemplar que será enviado a partir de marzo de 2015. Decir que la meta de Flic está en 80 mil dólares, y mientras escribo estas líneas ya ha duplicado su financiación y sigue creciendo.

Varios botones para un mismo fin

Dicho todo esto, Flic no es el primer botón multifunción, ni tampoco será el último dispositivo que trate de convencernos del Internet de las cosas. Nadie puede augurar la invención de un gadget revolucionario que nos haga plantearnos la necesidad de llevar encima un smartphone. Tanto Flic, como el Internet de las cosas o los wearables, deben ser considerados condimentos para enriquecer la manera en la que interactuamos en nuestra vida digital, ni más ni menos.