En defensa de los smartwatch

Hace un año nos planteaban un mundo en el que cada de nuestras prendas de ropa, además de algunos accesorios, serían inteligentes. A día de hoy parece bastante evidente que esa idea no va a cuajar, básicamente porque no es algo natural, ni útil en la mayoría de prendas. Y después de ver el que en el CES no ha habido ninguna presentación revolucionaria podemos confirmar que, al menos de momento, los wearables se van a limitar a la muñeca y, si me apuras, al oído.

SmartWatch-3

Pero incluso en la muñeca, donde todos los fabricantes se están empleando al máximo, hay serias dudas dentro de la comunidad tech acerca estos dispositivos, unas dudas que giran principalmente entorno a 4 factores: utilidad, diseño, batería y funcionamiento independiente. Yo quiero mostrar en este post mi humilde opinión personal basada en la experiencia con un Moto 360 (la apuesta de Motorola, con Android Wear).

¿Es útil un smartwatch?

Esta debe ser la primera y principal cuestión, porque si estamos hablando de unos dispositivos que no sirven para nada ¿qué importa lo demás?

Pebble_Steel

En este punto hay que detenerse a mirar las principales apuestas que podemos encontrar a día de hoy: Pebble, Android Wear y el Gear S de Samsung. Yo solo he tenido oportunidad de probar la segunda de estas alternativas, y a falta de probar las demás creo que es la más acertada. El Pebble me parece una apuesta demasiado simple, siendo casi la única utilidad la de espejo de notificaciones, insuficiente para justificar una compra, desde mi punto de vista; y aunque me gustan algunas ideas de este reloj, como la pantalla de tinta electrónica, creo que en el apartado de la utilidad se queda muy atrás.

galaxy_gear_s

En el otro extremo, el Gear S de Samsung es un smartwatch cuyo principal supuesto atractivo es su funcionamiento independiente del teléfono, con conexión 3G incluida. Y si bien es cierto que no se le puede tachar de inútil yo no veo mucho sentido a meter un teléfono en el reloj, y menos en un mundo en el que la tendencia son pantallas grandes.

Moto360

Pero como bien es sabido, entre el blanco y el negro hay muchos tonos de gris, y ahí es donde se sitúa Android Wear, el reloj entendido como una extensión del smartphone, pero con el atractivo de ser un SO que todos los fabricantes pueden incluir en su reloj (y lo están haciendo), y por tanto creando un SO que utilizará más gente, algo que a su vez llamará a más desarrolladores a crear apps para la plataforma; ampliando así el mercado y, en definitiva, las utilidades.

Evernote-Android-Wear

Y ya yendo al grano, que no quiero aburriros. Sin duda los smartwatches me parecen útiles; no sólo por las notificaciones y, ojo, la interacción con ellas, que es clave. La información rápida, cuando uno la quiere, poder tomar notas rápidas por voz o controlar la música son solo algunos ejemplos de lo que podemos hacer con nuestro reloj. La clave del asunto es simplificar procesos; puede parecer poca cosa, pero no se llega a entender lo cómodo que resulta hasta que no se prueba uno.

apple-watch

Evidentemente aún queda mucho por trabajar en este apartado pero lo mejor de todo es precisamente eso, las grandes plataformas atraen muchos desarrolladores y con ello muchas nuevas utilidades, aún queda mucho potencial por ver, y no solo en las plataformas actualmente existentes, el Apple Watch será probablemente el reloj que llame la atención de más desarrolladores, motivo por el cual creo en el proyecto de Apple.

Fitbit

Y no puedo dejar de hablar de la utilidad sin mencionar las famosas pulseras monitoreadoras. Creo que pueden estar bien para aquellos que, además de buscar un dispositivo muy especializado en la monitorización de actividad buscan algo de precio contenido. Pero para el resto de público un smartwatch sigue siendo la mejor opción, cuenta con muchísimas más posibilidades y en la mayoría de casos también es capaz de contar nuestros pasos, la principal (que no la única) utilidad de estas pulseras.

No quiero un móvil en la muñeca, pero tampoco un cacharro inútil sin el smartphone

samsung gear s 1

La capacidad de funcionar sin necesidad de llevar el smartphone encima es un tema que cada usuario necesita en mayor o menor medida, pero desde mi punto de vista y como ya expliqué cuando hablaba del Gear S no tiene sentido meter un smartphone completo el reloj; para usuarios muy concretos puede ser útil, pero para el público general me parece malinterpretar el smartwatch como concepto.

Runtastic-Android-Wear

Pero una cosa es no querer un smartphone al completo en la muñeca y otra muy distinta es perder todas las funcionalidades “no inteligentes” según nos separamos del móvil. Y es que para ciertas situaciones específicas, como salir a correr, el móvil es solo un incordio, y si puedo evitar cargar con él pero con Runtastic funcionando al completo en mi reloj, mejor que mejor; es algo que el Smartwatch 3 de Sony puede hacer dado que posee GPS, y que espero que todos los fabricantes imiten.

La batería, la gran lacra

Batería-baja

La batería de los smartwatches es un auténtico desastre en la inmensa mayoría de los casos, salvándose un poco Pebble gracias a su pantalla e-ink con un consumo extraordinariamente menor que el de una pantalla retroiluminada.

En mi caso particular una batería de un día no supondría ningún problema real; antes usaba un reloj tradicional y me lo quitaba para dormir; dejarlo cargando en lugar de sobre la mesa como solía hacer no supone ningún problema real. Pero soy consciente de que para la mayoría de usuarios tener que cargar el reloj cada noche es el mayor suplicio existente hasta la fecha, especialmente para aquellos que han usado reloj tradicional y estaban acostumbrados a una pila que podía durar incluso años.

Moto360-cargando

Pero por desgracia he de decir una cosa: ojalá todos los males fueran esos. Si cargar el reloj cada día os parecía horrible tal vez saber que en los días en los que más necesitamos nuestro reloj la batería puede llegar a quedarse corta, sí, para un único día.

Sin duda el de las baterías es un problema muy serio, y hasta que no haya un gran salto tecnológico en este aspecto creo que todo el mundo debería apostar por una pantalla de tinta electrónica. Teniendo en cuenta que no es un dispositivo pensado para consumir multimedia los colores no los echaremos en falta, además de que podríamos ver la pantalla a plena luz del día sin ningún problema.

Un smartwatch no es solo un gadget, es un complemento de diseño

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Y esto es algo que muchos tienen que entender, especialmente Sony y Samsung. En este aspecto no es solo importante que el gadget sea bonito, también es importante que parezca lo que es, un reloj, queremos que sea invisible.

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Sí, invisible, invisible porque los eraly-adopters que compramos un smartwatch antes que lo demás no queremos que nos miren por la calle y nos señalen diciendo “mira, ese lleva un smartwatch de esos”, y mucho menos que nos pregunten. Es algo que estoy bastante seguro de que les habrá pasado a aquellos que tengan un Gear S, por ejemplo. Por suerte cada vez encontramos dispositivos más invisibles pero excepciones como el Gear S son un auténtico desastre.

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Pero no basta con que parezca un reloj, queremos que parezca un reloj bonito, y además que no tenga aspecto de haber costado 10 euros, como ocurre con el Smartwatch 3 de Sony, porque si gasto 230 euros en un reloj no quiero que sea de plástico con aspecto de Casio de los de toda la vida. Pero por suerte en este aspecto también estamos avanzando en la dirección correcta, ejemplos claros son el Moto 360, el G Watch R y el Apple Watch.

En conclusión, grandes productos con mucho por hacer

En definitiva un smartwatch es un producto que recomiendo y un producto al que veo mucho futuro. Pero también hay aún muchos errores por corregir y mucho por avanzar, tanto en hardware como en software. Ahora, si merece la pena por su precio es algo que ya debe evaluar cada uno, porque insisto, cada persona es un caso distinto con unas necesidades y exigencias distintas.