exoesqueleto maxfas

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Hardware

El exoesqueleto que nos convierte en Lucky Luke

Este brazo robótico es un exoesqueleto estabilizador que corrige las vibraciones y los temblores para dar siempre en el blanco, alcanzando objetivos a 200m.

5 junio, 2015 17:21

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Los disparos desviados serán cosa del pasado al usar este brazo robótico. Estabiliza por completo el brazo de una persona para dar siempre en el blanco.

La tecnología aplicada al uso militar está a la orden del día y lo último que están investigando desde el Ejército de los Estados Unidos es un exoesqueleto que automáticamente estabiliza la articulación de la persona que dispara.

MAXFAS, así es como se llama el invento (de Mobile Arm Exoskeleton for Firearm Aim Stabilization, ahí es nada) y utiliza la tecnología más avanzada para procesar los datos de movimiento y minimizar al máximo cualquier temblor que el disparador pueda tener mientras apunta.

Por tanto, no es que el brazo vaya directamente al objetivo, faltaría más, sino que permitirá a aquellos con mayor puntería afinar más todavía. Daniel Baechle, uno de los creadores de MAXFAS e ingeniero del departamento de investigación del U.S. Army, asegura que algunos soldados han conseguido alcanzar un objetivo a más de 300 yardas (unos 274 metros de distancia).

De momento el sistema bastante aparatosa, algo normal tratándose de prototipos en desarrollo. Básicamente consiste en un conjunto de sensores y cables que, al conectarse al brazo, detecta sus movimientos y literalmente tira de él como si fuese una marioneta.

maxfas-model

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Este exoesqueleto estabilizador también es aplicable en el mundo deportivo

Obviamente no de una manera brusca, sino lo justo para corregir vibraciones o temblores que puedan afectar al disparo. Con acelerómetros y giroscopios se recogen lo datos que son procesados por algoritmos que pueden distinguir entre los movimientos voluntarios de la persona, de los involuntarios.

Con todo, el objetivo a medio plazo es minimizar todos los componentes para que MAXFAS pueda ser cargado entre el equipamiento y sin depender de cables externos, todo de forma inalámbrica.

Pese a que este exoesqueleto estabilizador esté pensado para uso militar, también podría tener aplicación fuera de ese mundo, por ejemplo para cazadoras o incluso en el ámbito deportivo, mejorando la precisión en el tenis, el swing en el golf o el billar.