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¿Qué sabemos sobre la difteria?

5 junio, 2015 16:34

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El pasado 2 de junio nos llegaba la noticia desde diferentes medios del estado grave de un niño de 6 años de edad en Olot, Girona. La causa de su ingreso en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona se debe a una enfermedad prácticamente olvidada debido a la exitosa acción de las vacunas; la difteria.

Esta noticia ha suscitado el interés de un gran colectivo, pues como ya sabemos, el niño no fue vacunado debido al apoyo de sus padres al movimiento antivacunas. Ya que la difteria es una enfermedad desconocida para muchos, en Medciencia os acercamos los principales detalles a tener en cuenta para conocer esta enfermedad, y poder actuar a tiempo.

Qué es, cómo reconocerla y cómo actuar

La difteria es una enfermedad bacteriana causada por la especie Corynebacterium diphtheriae. Esta bacteria aprovecha la nariz o la garganta como vía de entrada para su infección, y los fluidos respiratorios (tos o estornudos) como medio. Una vez en la garganta, esta bacteria comienza a formar un film o cubierta de un color grisáceo, que debido a su dureza es capaz de obstruir las vías respiratorias.

Durante la infección, la bacteria libera una serie de toxinas que aprovecharán el torrente sanguíneo para alcanzar los distintos órganos, entre ellos el corazón y el cerebro, y una vez allí dañar el tejido.

Para su diagnóstico, hay que evaluar los síntomas que generalmente se presentan en la primera semana tras el ingreso de la bacteria en nuestro organismo:

  • Babeo
  • Fiebre
  • Dolor de garganta
  • Escalofríos
  • Secreción nasal acuosa y con sangre
  • En el caso de que la infección sea cutánea, puede mostrarse un tono azulado en la zona infectada y úlceras.

Si la cosa se complica, se puede producir una miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) o una parálisis temporal debido a la afección del sistema nervioso. Por ello, en cuanto se sospecha su presencia, se emplea un tratamiento basado en antitoxinas de dicha bacteria, y posteriormente una gama de antibióticos como la eritromicina (de la que recientemente supimos de una variante exitosa frente a resistencias) o la penicilina.

El movimiento antivacunas

Decidir si bautizar o no a nuestros hijos, elegir una enseñanza pública o privada, o  simplemente cambiar de ciudad de residencia son decisiones que unos padres pueden tomar de forma libre e inocua para la salud del niño. Sin embargo, ser antivacuna no solo es una decisión que pone en juego la salud del niño, sino de todos los que le rodean.

Respecto a otros países, el movimiento antivacunas ha tomado vigor en una pequeña minoría, sin embargo, en países como EE.UU. se ha alcanzado una gran comunidad que apoya el artículo de Andrew Wakefield, médico británico, apoyando una supuesta relación entre la vacuna trivalente (rubeola, paperas y sarampión) y el autismo.

No solo se desmintió la noticia al carecer de rigor científico, sino que además se desprestigió el trabajo realizado por Wakefield al violar códigos éticos ente profesionales de la Medicina y sus intereses enfocados a la economía. El resultado fue el inicio de un movimiento que hoy en día a causado más de 120 casos de sarampión en menores no vacunados.