Durante la última semana y media he estado usando a fondo el iPhone del futuro, el nuevo iPhone X. Ahora voy a contaros que me parece, qué significa un smartphone así para la industria y para la propia Apple; y sobre todo, para ti como usuario que se pregunta por qué cuesta tanto, y si realmente es tan bueno como dicen o parece.
La expectación por el último teléfono de Apple, o mejor dicho por el último iPhone, como marca propia dentro del mundo de la telefonía de la última década, es máxima. Y eso, en términos de exigencia y presión mediática, supone que es, y será, uno de los productos de tecnología más importantes de los últimos y próximos años.
El iPhone X nace de un desarrollo a la sombra de más de un año (y de más de dos), y cómo evolución obvia del smartphone más famoso del mundo. Es el eje central sobre el que pivotará toda la inmensa empresa en la que se ha convertido Apple.
Del iPhone Edge al iPhone X: Diez años después
Aún recuerdo cuando mi amigo David me enseñó el primer iPhone que su padre le trajo de EEUU. Aquello era una pieza extraña de magia, fascinación y belleza. A aquel teléfono que se atrevía a romper el monopolio de Nokia le costó arrancar; pero desde su segundo modelo, el iPhone 3G (el primero que llegó a España), es una historia de éxito creciente que todos ya conocemos, con sus altibajos, sorpresas, y claroscuros.
Casi desde ese segundo teléfono, Apple vio claro que toda su existencia como empresa dependía de aquella pieza de tecnología. Esta sería además,
Desde esta perspectiva nuclear del iPhone, es fácil adivinar porqué Apple se juega tanto con cada iPhone que presenta: es porque la existencia de toda su maquinaría depende de él. Los beneficios se han diversificado, especialmente hacia los servicios; pero al fin y al cabo no son más que suscripciones y apps, que están anclados y vinculados a dispositivos iOS.
Otros fabricantes de telefonía tienen sus vías de negocio en la producción a gran escala de componentes, o en la venta de publicidad online; siendo la telefonía una línea de negocio más, o un estandarte de imagen corporativa. Para Apple no, o al menos no desde su eje central, que sigue siendo el iPhone. Les va la vida en ello.
La llegada del iPhone 4 supuso una ruptura de diseño absoluta como lo fue el iPhone Edge, y marcó una etapa que veía cómo podría agotarse por el poderoso empuje de la competencia con pantallas más grandes, y sobre todo con la muerte del icono de la compañía, Steve Jobs. Pero una cosa hemos tenido claro de Tim Cook desde el primer minuto. Y es que caminando por el filo de la filosofía que Jobs impregnó a Apple, haría todo lo posible por seducir al comprador masivo. Así pues, agrandó la pantalla, y más tarde, aún más, lanzando al mercado dos modelos diferentes además de un modelo ligeramente más económico.
Admiro y elogio la capacidad de Apple para exprimir un diseño que se estaba quedando obsoleto pese a lo eficiente que es.
Un diseño y concepto de entender la telefonía móvil, que como ya dije en mi reseña del iPhone 8 Plus, apenas le quedaba sensación de confort, aunque fuese muy placentera; y por supuesto, la imagen de Apple y una calidad de componentes intangibles, que roza la perfección. Sin embargo, hoy en día se pide y se exige mucho más. Y Apple lo sabía, por eso ha apurado hasta el último minuto esa vieja plataforma, para llegar al décimo aniversario y tomar un rumbo hacia el futuro tal y como ellos lo entienden.
Analizando el iPhone X, el iPhone diez, el iPhone 10
Las señas de identidad del X
Hay un gran cambio que eclipsa todo, y es que ya no hay botón Home, desaparece el botón redondo en el frontal. Entonces, el iPhone deja de tener el aspecto de iPhone ¿no? No exactamente, esta simbología ha sido sustituida por un “flequillo” o muesca en la parte superior de la pantalla. Esa zona penetra en la pantalla, dejando sendos huecos a cada lado de esta.
Esa zona queda como una forma negra sin contenido. Es ahí donde van integrados cinco sensores diferentes (además de la cámara, micrófono y altavoz) encargados de hacer funcionar Face ID, el nuevo sistema de seguridad y reconocimiento biométrico que Apple ha incorporado.
El iPhone X aspira a ser todo pantalla, y todo el frontal lo es, una pantalla OLED de 5,8 pulgadas. La ambición de Apple es que el soporte físico del iPhone se haga invisible, y desaparezca en la mano. Siendo el protagonista simplemente el contenido que haya en la pantalla, y nada más.
En todos los bordes conserva un mínimo marco de margen, donde el cristal de la pantalla está ligeramente biselado hasta embeberse con el marco de alrededor del iPhone, de acero quirúrgico.
Otra seña de identidad de este nuevo iPhone (pero que ni es novedad, y que seguramente no suponga una diferenciación clara con respecto a futuros smartphones) es que la doble cámara ahora está situada en vertical en lugar de horizontal.
Los materiales del 10
En los productos de Apple merece siempre especial atención el material usado en su construcción; busca reforzar ese estatus de calidad que a la marca le gusta tanto hacer alarde.
El acero se convierte desde este mismo instante en un nuevo material premium para la construcción de dispositivos de tecnología. En el iPhone X todo el marco y la zona de la antena, es de acero inoxidable. En el modelo negro tiene una capa gris brillante y en el modelo blanco, es de un cromado brillante y pulido.
El cristal, como ya ocurriera con el iPhone 8 y 8 Plus, vuelve a la parte trasera. El riesgo que se corre es evidente: es un material frágil contra caídas y golpes. Pero es más bonito que el aluminio, e idóneo para la nueva carga inalámbrica que estrenan ambos teléfonos. Según Apple, es el vidrio más resistente jamás creado para un smartphone; sin embargo, es inevitable que ya haya casos de roturas accidentales.
La evolución con respecto al iPhone 8 Plus
La nueva pantalla del iPhone X es la más grande de un iPhone. Tiene 5,8 pulgadas, 0,3 más que el modelo Plus, a pesar de que el tamaño total del smartphone sea mucho más reducido; esto convierte al iPhone X en un heredero, por tamaño, del iPhone 8 normal. Concretamente, antes la pantalla ocupaba apenas un 67% del frontal y ahora ocupa más de un 82%. Esto significa, por ejemplo, que el peso también ha menguado, pese a que el iPhone X sea un móvil denso y contundente en la mano. De 202 gramos del 8 Plus a los 174 gramos del X.
Esta
Sin embargo, el trabajo de Apple para conseguir una pantalla equilibrada son satisfactorios, cercanos al nivel de Samsung con sus últimos Galaxy. La mejora con respecto al LCD es notable en el contraste, además de una profundidad de color y saturación superiores; aparte de que, para la construcción del nuevo iPhone, era absolutamente necesario un OLED por cuestiones técnicas (por grosor, o por la necesidad de doblar la pantalla).
Esta nueva pantalla se llama Super Retina Display y aumenta su resolución, pasando de los 1080 x 1920 del 8 Plus a los 1125 x 2436 píxeles (459ppi) del iPhone X.
La nueva pantalla soporta vídeo HDR y por supuesto sigue conservando el Touch 3D, es decir, es sensible a la presión.
Al no disponer de botón Home, ahora la interfaz se mueve con gestos, que agilizan muchísimo el rendimiento en el día a día para lanzar la multitarea, pasar entre apps, o simplemente, volver al escritorio.
Como ya hemos mencionado, y aunque sea un aspecto puramente cosmético, la inclusión del acero en la construcción es otra de las novedades.
Otra novedad es que ahora ambas cámaras traseras tienen estabilización óptica, no sólo una. Esto permite que las fotos con el telefoto, o en modo retrato, puedan realizarse con menos luz obteniendo resultados satisfactorios.
La cámara frontal ha mejorado notablemente, ya que ahora es capaz de detectar profundidad, haciendo posible el modo retrato en esta cámara, entre otras cosas.
Aunque en números la batería del iPhone X sea incluso superior a la del iPhone 8 Plus, su rendimiento en el día a día es similar, aunque más adelante tenéis más detalles al respecto.
Tanto el iPhone 8 como el iPhone X son resistentes al agua y al polvo con una certificación IP67.
- Las cámaras del iPhone 8 Plus y iPhone son mejores. Sensores más grandes y mejor captación de la luz.
- Tiene carga inalámbrica con el estándar Qi.
- Tienen carga super-rápida (No incluida en la caja)
- Nuevo Bluetooth 5.0
- Compatible con contenido Dolby Vision y HDR10.
- GPS mejorado con dos nuevos satélites: Glonass y Galileo.
- Un nuevo procesador de seis núcleos y un nuevo motor neuronal dedicado.
Haciendo un repaso rápido de las mejoras con respecto al 8 Plus, destacan la pantalla, que no supone un aumento en el tamaño y el peso, lo que facilita la comodidad y manejo del terminal. Sumado a los nuevos gestos, hacen que sea un móvil netamente más cómodo de usar. La cámara es otra de las cosas que mejoran, tanto la trasera como la delantera.
Lo que ha empeorado
- No son grandes cambios vistos con cierta distancia, y sin embargo, el aumento del precio con respecto al iPhone 8 Plus es de 240 euros, considerable y complicado de justificar con un análisis de componentes y un listado de características en frío. Cobra más sentido poniendo un contexto, pero para ello, tendrás que terminar de leer la reseña. Pese a todo, es un aumento de precio y por lo tanto, es algo en lo que ha empeorado.
- Face ID funciona muy bien, y tiene grandes ventajas sobre Touch ID. Pero hay muchas formas de uso a las que ya nos hemos acostumbrado y que funcionan peor con esta nueva tecnología, así que puede que para mucha gente sea un ligero retroceso.
- Como ya dije con el 8 Plus, la inclusión del cristal, por resistente que sea, añade fragilidad a un dispositivo que es cada vez más caro, y eso, es un problema.
- Tan sólo hay dos opciones de colores, Negro o Marfil, siendo el Blanco o Marfil claramente más bonito que el negro, algo soso y simplón. Claro, que l color sólo se aplica a la trasera ya que ambos son negros en los exiguos marcos del frontal. Tampoco hay mucha variedad de capacidad de almacenamiento ya que sólo está disponible en 64GB o 256 GB.
- 1159 euros y el iPhone X incluye un cargador de 5W, que obviamente cumple su función de cargar, pero mucho más lento que uno de 12W, o infinitamente más lento que cualquiera de los compatibles para la carga rápida.
iOS 11: Los gestos, la invisibilidad, la naturalidad
iOS 11 no ha tenido muy buena acogida entre los usuarios de iOS. En gran medida porque ha venido acompañado de un mal funcionamiento en sus primeras versiones, como lentitud, o merma de la batería en muchos dispositivos; desluciendo un SO que a mi parecer es muy solvente, estable y poderoso.
Rendimiento y velocidad
A pesar de todo, y de que iOS ha crecido y mejorado notablemente en todos los aspectos, y las trabas que tiene su rival Android (como fragmentación o versatilidad), Android se le adelanta. Ya sea en cuanto a la fluidez del rendimiento y en el día a día, o usando las típicas apps no muy específicas; aunque en cuestiones gráficas o el renderizado de vídeos, el iPhone sigue a siglos luz.
Es cierto que esta comparación la hago con el Google Pixel 2 XL, pero, con quién si no. Eso no quita que Apple debería presionar más para que las apps de iOS rindiesen mejor; el procesador sobre el papel es claramente mejor que los Qualcomm de los Android.
De todos modos, nada de lo que preocuparse porque haya apps que se abran 0,1 segundos más tarde. Al final, la potencia del procesador la tiene, y seguramente con el paso del tiempo, el iPhone pueda llegar a responder más rápido.
Sin embargo, también hay algo que hace cambiar mucho la percepción de velocidad del iPhone X, y son los nuevos gestos del sistema.
Los gestos, el gran aliado del iPhone X
Hay 4 gestos diferentes ( a sumar a los dos ya conocidos) para moverse por la interfaz de iOS, son los siguientes:
- Deslizando el dedo para arriba desde una pequeña barra situada en la parte inferior de la pantalla, se accede a el escritorio principal, estés en la app que estés. Este gesto también vale para desbloquear el terminal. Es el sucesor del botón Home.
- Deslizando el dedo hacia arriba pero sin lanzarlo, es decir, manteniéndolo a media pantalla un segundo, se despliega la multitarea. Desde aquí puedes navegar como ya se hacía antes con la doble pulsación en Home.
- Para pasar rápido entre la última app en la que has estado o la posterior sin tener que hacer el gesto anterior, simplemente tienes que deslizar en la barra inferior el dedo hacia un lado u otro haciendo un ligerísimo arco. Parece complicado explicado, pero es muy sencillo y natural.
- Para cerrar aplicaciones. Es el mismo gesto de multitarea, salvo que presionamos con Force Touch la pantalla y al aparecer un icono de prohibido en la parte superior, podremos lanzar las apps hacia arriba como si fueras tarjetas, para cerrarlas.
- Los dos gestos que ya existían, pero que cambian ligeramente son para desplegar las notificaciones. Ahora se hace desde arriba, pero sólo desde el centro y el lado derecho de la pantalla. Control center igual, ahora es desde arriba y en la parte derecha de la pantalla (este cuesta acostumbrarse un poco más)
Bonus: Se puede activar la opción de Fácil alcance (es decir, que media pantalla baje para poder llegar mejor a los controles superiores de la interfaz) Se debe activar en accesibilidad y se activa deslizando desde la barra inferior anteriormente mencionada, pero hacia abajo.
Los gestos del iPhone X son la mejor cosa que le ha pasado al iPhone desde el Pinch to zoom el famosos gesto del pellizco. Y seguramente según avance iOS veremos nuevos gestos. Son una maravilla, yo ya no concibo una interfaz con botones virtuales o físicos salvo para acciones muy muy concretas.
La fragmentación de apps… ya tal
Todavía hay muchas aplicaciones que no están adaptadas al nuevo tamaño y ratio de forma de pantalla del iPhone X, y se ven pequeñas, con franjas negras por arriba y por abajo. Algo similar a lo que ya ocurrió en su día con otros iPhone.
Como los fallos en la integración del “flequillo” superior, que no se integra claramente en la interfaz de las apps. Veremos cuanto tiempo tarda en que esto se solucione, pero es molesto y afea mucho la experiencia de uso.
- Un detalle soberbio, es que el teclado empieza un poco por encima de la parte más baja de la pantalla, es decir, en un sitio similar a donde estaba antes, como si el marco y el botón de Home aún existiera. Esto es comodísimo y mantiene el agarre del dispositivo.
- Su tamaño es absolutamente perfecto. Ni muy pequeño ni grande como los modelos Plus. Recordemos que muchos compradores se veían sometidos a optar por un mayor tamaño si querían mejor cámara. Su peso es más contenido, pero al mismo tiempo, contundente en mano; la calidad de los materiales al tacto son de una experiencia premium indiscutible.
- El Botón de Encendido, que ahora sirve para llamar a Siri, además de para hacer capturas de pantalla, verificar pagos o encender el móvil, es ligeramente más grande, y por tanto más fácil y cómodo usarlo y pulsarlo.
- El sonido de los altavoces (arriba y abajo) es muy potente, nítido y muy bueno.
- Los ya mencionados gestos del sistema son una experiencia nueva de interacción con el dispositivo. Absolutamente satisfactoria y cómoda como pocas interfaces.
- Los marcos que tiene el iPhone X, pese a ser pequeños, no son los más pequeños del mercado, sin embargo, en algunos smartphones esto provoca toques accidentales con la pantalla. Con el iPhone X jamás me ha ocurrido. Tiene el tamaño que debe tener, ni más ni menos.
- Sólo con tocar la pantalla cuando está apagada, la pantalla se activa. Muy útil para ver notificaciones o simplemente para cuando vas a desbloquear sin tener que pulsar el botón de encendido.
Tus preguntas sobre el iPhone X, respondidas
- ¿Molesta el “flequillo” o muesca negra de la pantalla donde va integrado Face ID? No, en absoluto, y pese a ser una mancha negra, al estar integrada por ambos lados y en la zona más alta del dispositivo, donde nuestro punto de atención es menor, desaparece totalmente. Simplemente ni te enteras que existe.
- ¿Le pongo funda? Es tan bonito y tan agradable al tacto que te diría que no (obviamente entiendo que eres cuidadoso y no se te va a caer ni lo vas a llevar en el bolsillo de las llaves). Sin embargo, su trasera de cristal hace que el agarre sea resbaladizo. Puesto a ponerle una funda, usa una de Apple de piel, si es color caramelo, lo petas.
- ¿Pero de verdad te acostumbras a que no haya botones? Es que hasta en Android tienes tres botones virtuales. Pues si, no sólo te acostumbras, es que seguramente ya no quieras otra cosa más que gestos en las interfaces. Es con total seguridad lo mejor del iPhone X.
- ¿Pero merece la pena por ese precio, y sobre el iPhone 8 Plus? Es seguramente la pregunta que te hace tu cuñado interior, pero es que es imposible responder. Lo mismo que no puedo decirte si merece la pena que te compres un coche, y si ya puestos, te merece la pena un Mercedes Clase S. Lee la review, y saca las conclusiones.
- ¿Un iPhone X Plus, para 2018, que tal? He dicho que este tamaño me parece perfecto, y me reafirmo (llevo años dando concesiones a los móviles grandes porque no me quedaba otra) Sin embargo los rumores ya apuntan a que esto será así y habrá iPhone X más grandes. De todos modos, si nos hemos “acostumbrado” a tamaños como los del iPhone 8 Plus, no veo por qué no un iPhone X de 6,4 pulgadas con ese mismo tamaño. Otra historia será el precio.
- ¿La cámara sobresale mucho. Es muy grueso? Si, las cámaras traseras sobresalen bastante, pero con casi cualquier funda eso se corrige, y si no la llevas, posado sobre una mesa, estará cojo. Es ligeramente más grueso que iPhones previos, pero como digo, su tamaño y estructura lo hacen perfectamente conformado.
- ¿La carga inalámbrica es útil de verdad? Totalmente. Es comodísima y la deberían usar todos los smartphones, compatible además con carga rápida. Cambia tu forma de usar el terminal para bien, despreocupándote aún más de la batería y haciendo más limpia la relación con el smartphone, sin cables y sin tener en que enchufar o desenchufar, que ya suena a tecnología viejuna.
Desde el iPhone 5s en 2013, los iPhone tienen sensor de huellas en el botón Home. Ya hace 4 años, es decir, todo usuario de iPhone ya sabe cómo funciona y es, y ha creado un hábito de uso muy arraigado. Máxime si es y era una tecnología que funcionaba muy bien.
Segura, poco intrusiva, muy accesible y polivalente, pero, que requería de una acción física premeditada para cualquier autenticación o verificación de seguridad; un paso que Apple quiere desterrar en el iPhone X como ya hemos dicho. Empeñada en la ruptura de cualquiera barrera física, acercando la tecnología al uso y no al objeto.
Face ID te hace un primer reconocimiento facial que se configura en apenas 30 segundos. Desde ese instante, entra en marcha el aprendizaje neuronal del nuevo procesador A11, aprendiendo de tus diferentes expresiones, cambios corporales normales, tales como crecimiento de pelo en cara y cabeza, cansancio, vejez, ojeras, etc, con gafas o con lentillas, maquillado… También aprende que eres tú si tienes puesta una bufanda o un gorro, o unas gafas de sol, pero con ciertas condiciones.
- Hay gafas de sol que sol que no permiten ver si tus ojos están abiertos y cerrados, y si tienes activada esta opción en los ajustes de Face ID, no se desbloqueará
- Si tapas tu boca con una bufanda, como lo considera un rasgo imprescindible de tu cara, no te desbloqueará. O como a veces ocurre, tu pose natural sobre una mesa es con la mano tapando tu boca y sosteniendo tu mentón.
- Si te tapas alguno de los ojos (aunque tengas desactivada la opción de seguimiento ocular) no te reconoce.
- Si el iPhone está apoyado en una mesa y lo intentas desbloquear con cierto ángulo, la cámara es incapaz de verte. Así que debes asomarte a la pantalla para que, tal y como si te hicieras una foto, pueda captarte la cámara y desbloquear el teléfono.
- Si el iPhone está muy cerca de tu cara, por ejemplo, cuando estamos en la cama, y nos lo solemos poner muy encima de la cara, el angular de la cámara no es suficiente para abarcar todo tu rostro y por tanto no te desbloqueará.
- Si el iPhone está al revés o de lado, tampoco reconoce tu cara.
- Si hay una potente luz a tu espalda y que está dando de frente a la cámara, puede que en ocasiones no funcione, pero es muy muy ocasional.
A pesar de que parezcan muchas las condiciones en las que Face ID puede no reconocerte o fallar, Touch ID tampoco era perfecto, pero su margen era menor. ¿Entonces que se gana? Se gana en que el proceso de desbloqueo prácticamente desaparece, ya no requiere una acción física como pulsar un botón o posar un dedo, simplemente sucede.
Face ID reconoce perfectamente estos cambios de la misma persona
Esto es especialmente útil en otros procesos de verificación de seguridad como el autocompletado de contraseñas en webs y servicios, porque
Si, es claramente más seguro que Touch ID, y Apple da las cifras. A veces pensamos que un mayor nivel de seguridad requiere de más pasos o procesos. Pero en este caso requiere de una menor acción por nuestra parte para que el iPhone desbloquee las funciones de seguridad que le hayamos asignado.
Para muchísima gente será complicado hacerse a la idea de un cambio así, como la del botón Home; pero al ser procesos definitivamente más simples, la curva de adaptación es de una asimilación casi natural.
No te preocupes si por la razón que fuera, no te reconoce a la primera. Puedes cancelar el momento en el que te pide el PIN de 4 o 6 dígitos para volver a forzar Face ID, y sin aun con esas no te reconoce, como ya he dicho, con el PIN desbloquearás el terminal.
Con respecto a la velocidad del reconocimiento,
Apple podría haber evitado tener que hacer este gesto de swipe para desbloquear, pero quizás se perdería del todo esa acción física de desbloquear el teléfono para empezar a usarlo. Es pronto para desprenderse de eso.
Pese a esa pérdida de velocidad casi imperceptible, el desbloqueo sigue siendo más natural. Es como el viejo Slide to Unlock, pero ahora sin PIN y con muchas más seguridad. Además, el gesto del swipe, naturaliza y te predispone a seguir navegando con los nuevos gestos de la interfaz, nada más desbloquear el iPhone.
- La cámara frontal debería tener un superangular para poder captar nuestra cara desde más cerca o en ángulos escorados cuando el iPhone está sobre la mesa por ejemplo. Esto es más complicado de lo que parece, ya que requiere que el procesador analice un mayor rango de imagen, y el cálculo que debe hacer el procesador se dispare, no siendo este un proceso sencillo.
- Que hubiera un segundo sistema de verificación pasivo. Entiendo que Face ID no te reconozca con la boca tapada, o bajo una circunstancia determinada, pero quizá Apple podría cruzar los datos de Face ID con algún otro uso o comportamiento. En Android existe SmartLock, que se puede configurar de muchas formas para que, por ejemplo, en casa no exista bloqueo, o bien si llevas un wearable sincronizado y puesto. Apple, con su Watch, podría certificar si alguien lo lleva puesto y si el que lo lleva eres tu y está cerca. Lo mismo con los Airpods, así como detectar si ha habido un movimiento brusco en un robo, etc etc. Todo eso es terreno para el Big Data y la inteligencia artificial de cara a suavizar, pero a la vez, reforzar la seguridad de Face ID.
Face ID, con sus luces y sombras, es el futuro. Y el “flequillo” en la pantalla que su inclusión supone en el iPhone, es ya un icono y emblema distintivo del iPhone que seguramente permanezca ahí varias generaciones y años. Apple ha hecho concesiones para incorporar este nuevo sistema, pero es innovador, altamente tecnológico, fiable y perfectamente funcional. No es perfecto, pero puede llegar a serlo, y en esta ocasión, de las raras veces que esto ocurre, Apple se ha adelantado al resto, en un movimiento que seguramente sea seguido de una u otra forma por la competencia, tarde o temprano.
Los animojis: La tecnología al servicio del ocio
Gracias precisamente a Face ID, concretamente a
De momento, es una función exclusiva de la app Mensajes o iMessage, en el que podemos grabar 10 segundos de un emoji con nuestros gestos y enviarlo. Este archivo una vez enviado, se puede exportar como un vídeo .MOV. Mucha gente, para saltarse la limitación que tiene de 10 segundos, simplemente captura la pantalla completa del iPhone (con la nueva función nativa de grabación de pantalla), y luego recorta.
Los animojis replican el movimiento de 50 músculos faciales en tiempo real. Son divertidos y funcionan genial, aunque a veces pega un pequeño salto en el tracking de movimiento. Sólo falta que detecten la lengua como un músculo más para añadir expresividad.
Depende de Apple si quiere liberar la API y los desarrolladores se ponen las pilas para hacer apps que puedan exprimir el rendimiento del seguimiento facial. Bien sea para chorradas divertidas (que también alimentan el alma), o para funciones más profesionales y serias. El potencial existe y sólo se está empezando a rascar la superficie. No olvidemos que esto es exactamente como un Kinect de Xbox, pero en el tamaño de un móvil.
La cámara del iPhone X: Mejor aún, pero con mucha competencia
Como ya he mencionado con anterioridad, la cámara del iPhone X mejora aún un poco más con respecto al 8 Plus, con la estabilización óptica en ambos sensores de las lentes traseras. Además, ahora el telefoto tiene
Por otro lado, el hecho de situar las lentes en vertical provoca que, al hacer las fotos (normalmente en horizontal), las dos lentes se sitúen en una posición más parecida al ojo humano y más natural, evitando cierto error de paralaje que pudiera existir.
La cámara, según Apple, es capaz de aplicar el Machine Learning, o inteligencia artificial de su chip A11, para captar y detectar mejor las escenas para la captura idónea de imágenes. Sigue siendo una cámara de 12 megapíxeles y una frontal de 7. El rendimiento en baja luz ha mejorado notablemente en las fotos Retrato o al usar el telefoto gracias al OIS (estabilizador óptimo de imagen) Y los modos de vídeo, especialmente el 4K a 60 fps y 4k a 24 fps son una maravilla.
El
También se hubiera agradecido una cámara frontal de mejor calidad, con un sensor y lente mejores que supieran aprovechar al máximo los sensores de profundidad.
Otro problema del modo retrato con la frontal es que, cuando hay condiciones de bastante luz (tampoco mucha), te impide hacer la foto diciendo que el sujeto está demasiado iluminado.
Siempre he sido fan de las cámaras de los iPhones, y en muchas ocasiones, ese simple apartado, era motivo de peso para una compra. Aunque sigue mejorando y hay cosas que siguen haciendo a la perfección, es posible que ya no sea claramente la mejor cámara del mercado.
Samsung se le acerca en calidad, pero le falla la versatilidad de las dobles cámaras. Pero especialmente el Pixel 2 XL, capaz de hacer fotos retrato en ambas cámaras (aunque con una sólo lente) ofrece unos resultados en casi todos los apartados, de nitidez, precisión, profundidad de color, procesado, rango dinámico, que son imbatibles.
De todos modos, hablamos de una de las dos mejores cámaras móviles del mercado. Cámaras que ofrecen resultados de una profesionalidad que en inmensidad de casos, sustituyen a cualquier otro tipo de cámara.
La batería del iPhone X: Por fin una batería que aguanta
La batería del los smartphones son el quebradero de cabeza de muchos usuarios. Sin embargo, todos los fabricantes, y Apple en el caso que nos ocupa, se han apresurado a mejorar este aspecto sin comprometer el aspecto, peso o funcionalidad del smartphone.
El iPhone X, por su tamaño, es el heredero del iPhone 8 (normal), y en este sentido la batería es superior. Con respecto al modelo plus, quizás ligeramente inferior o prácticamente equiparable. En los baremos de uso normal del día a día es casi imposible determinar con esa exactitud cual es mejor o peor.
Esto significa que:
- Con un uso muy intensivo, alcanzas 18 horas de uso, o una jornada completa exigente desde las 7 hasta la 1 de la mañana sin problema.
- Con un uso normal, amplio, pero ligeramente moderado, se puede extender hasta los dos días de uso son una sola carga.
- Que la carga rápida (En mi reseña del 8 Plus, explico que hay que pagar 89 euros extra para tenerla) es una mejora notable, ya que del 0 al 50% se carga en apenas 30 minutos, y el otro 50% otros 45 minutos aprox, en total, 1:15/20 para una carga completa, hace que podamos en cualquier momento darle una pequeña carga.
- Lo mismo ocurre con la carga inalámbrica, es muy útil si queremos hacer pequeñas cargas a lo largo del día, de nuevo, con esa naturalidad que busca Apple en nuestra relación con las barreras físicas (no cables)
Sin duda, la batería, es un aspecto del que ya apenas hay que preocuparse, o al menos mucho menos que antes. Esperemos que con el paso del tiempo tengamos que preocuparnos cada vez menos, para que así
Una limitación que, en muchos casos, no es temporal, si no más bien de incorporar nuevas tecnologías al smartphone y que siga aguantando un uso diario.
Conclusión: Es el mejor smartphone del año, también es el más caro
Es complicado dictaminar cual es el mejor smartphone del año, y más complicado aún justificar un precio tan elevado como el del iPhone X, y yo me aventuro con ambas.
El eje del equilibrio
El iPhone X posee la virtud del equilibrio, una de las dotes más complicadas de conseguir cuando se produce un dispositivo tecnológico para un uso tan masivo y con tantas facetas y vertientes como son los smartphones. No falla en ningún aspecto, todo lo que hace lo aprueba con nota, y además introduce mejoras con respecto a sus antecesores y con respecto al resto de la industria.
Es un dispositivo audaz no sólo por lo que nos tiene acostumbrados Apple, si no para el resto de su entorno. Y también es atrevido romper con un símbolo como el iPhone con el botón Home para hacerlo así, y que en el uso del día a día, ese paso se haga con tanta naturalidad que apenas se note cambio….
Hasta que vuelves a probar un iPhone 8 u otros iPhones; entonces los miras como objetos del pasado y comprendes con una nitidez cristalina, porqué este smartphone es exactamente lo que se podía esperar del iPhone de cara al futuro, en el mejor escenario (realista) posible.
Lo que se pregunta todo el mundo ¿Y por qué el iPhone X cuesta tanto? La respuesta larga sería para explicar pieza por pieza la tecnología que incorpora y el desarrollo de estas. Una más larga requería añadir la cantidad de cosas que puede hacer un smartphone para justificar el precio de todos; y entender así cómo con un único dispositivo se pueden hacer más de 35 cosas diferentes, cuando antes quizás necesitabas 10 o 12 dispositivos.
La respuesta más corta sería la siguiente. Cuesta 1159 euros porque es el mejor smartphone, y por tanto, tiene un precio superior al resto. Por esa lógica simple, debe situarse en la escala más alta del precio. A veces pequeños detalles en productos de altísima gama son los que marcan la diferencia, o mas bien la diferenciación entre lo que cuesta mucho o lo que cuesta aún más porque simplemente tiene todo lo mejor posible.
Además, hay un intangible que también se paga, y es la marca, no sólo por lo que significa y proyecta, si no por la confianza que inspira, el estatus que otorga y la simbología y simbolismo que supone para el propio comprador y para su círculo cercano.
Seguro que si buscas un smartphone o un buen smartphone puedas encontrar productos con mucho mejor precio, pero no si buscas este, o si buscas la exclusividad.
Apple ha roto la complicadísima barrera de la expectación, del producto más vendido de la historia de la tecnología. Y lo ha superado haciendo un iPhone “redondo”, sin fisuras, completo, potente, muy manejable, con innovación pero sin lanzarse al vacío.
Obviamente es el mejor iPhone jamás creado, y apuntala al iPhone como el smartphone de referencia para toda la industria. Si alguien dudaba que esto podía flaquear, Apple ha dado un puñetazo sobre la mesa. Caminar sobre el filo de un precio demasiado alto, puede hacer que se desmorone, pero no lo será porque le falta tecnología o capacidades.
El iPhone X tiene todo lo que uno puede esperar y desear de un smartphone en 2017 y 2018. Y eso, lo es casi todo.
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