Pocas manera hay de dejar la adicción al teléfono móvil, para quien la tenga. No es como otras adicciones. Puede parecer baladí, pero es muy importante y, sobre todo, difícil. La adicción al teléfono puede pasar desde quien escucha una notificación y no puede obviar cogerlo, hasta quien no puede estar más de un minuto sin él.
Muchos, incluso, actualizan las aplicaciones constantemente a la espera de mensajes. Hay incluso quien lo desbloquea de forma periódica solamente para abrir el menú y andar por esto, o para realizar acciones vacías, simplemente por usar el teléfono. Poca documentación hay sobre esta adicción, lo que la hace incluso más peligrosa o más difícil de dejar. Lo único que podemos hacer es dejar de usarlo, a lo bruto, aunque es inútil, pues tarde o temprano lo necesitaremos usar y volveremos a usar, muy probablemente.
Klemens Schillinger, un diseñador austriaco, ha elaborado y fabricado una serie de dispositivos con los que afirma poder ayudar a los adictos del teléfono móvil a poder dejar de serlos. Simulan ser un teléfono móvil, y es ahí donde radica la gracia, pues los adictos podrán realizar los mismos movimientos que en el teléfono.
Teléfonos falsos para pasar la adicción al teléfono
Son, en concreto, cinco dispositivos que imitan ser teléfonos móviles. Cada uno de ellos, en concreto, simula ser una acción concreta. Por ejemplo, con alguno de ellos podemos simular que desbloqueamos el teléfono, con otro simular que navegamos entre los menús, o responder llamadas, entre otras más cosas.
También se puede pellizcar la pantalla como si estuviésemos haciendo zoom a una fotografía o a una página web, así como realizar cualquier acción propia de un teléfono móvil. Los teléfonos falsos en sí están fabricados en poliacetal, y las bolas que simulan el movimiento de los dedos en la pantalla de piedra.
No están a la venta, de momento, aunque lo estarán pronto, según su página web. Es una simple idea que ha convertido en realidad y que, de lo absurda que es, puede llegar a funcionar para lo que se ha diseñado.
Los adolescentes son los más propensos a sufrir esta adicción, denominada como nomofobia, Muchos estudios han determinado que solamente con salir a la calle sin el teléfono móvil puede dejar a muchos en un estado de inestabilidad, agresividad o dificultad para concentrarse. Son algunos de los primeros indicios que podrían indicar que padecemos esta silenciosa adicción.