Sabíamos que Microsoft iba a actualizar Windows 10 con funciones provistas de Inteligencia Artificial, pero no que iban a usarla para gestionar las actualizaciones de su sistema operativo. Ahora, tal y como anunciaron anoche, sabemos que han estado usándola para agilizar la última gran actualización de Windows 10, Windows 10 April Update. Y lo han conseguido: esta actualización ha tardado mucho menos en llegar a los ordenadores.

Este año, con respecto a la versión lanzada el año pasado, se ha tardado la mitad de tiempo en desplegar la actualización. Concretamente, se ha tardado la mitad de tiempo en llegar a los 250 millones de usuarios actualizados, en la mitad de tiempo (sin especificar concretamente cuánto), toda una cifra récord. Pero, en realidad, este sistema, aunque ha ayudado a agilizar una actualización por primera vez este año, estaba en funcionamiento desde el año pasado.

Y es que, en realidad, desde la gran actualización de octubre de 2017 (la Windows 10 Fall Creators Update) Microsoft ha estado usando Inteligencia Artificial para comprobar qué ordenadores son más adecuados para recibir actualizaciones primero. Y eso es justamente lo que hace esta IA: estudia las características de tu ordenador y evalúa si debes recibir la actualización antes o después.

Microsoft ha estado usando Inteligencia Artificial para que tu PC se actualice más rápido

Esto se debe porque con cada hay actualización hay diferentes problemas: incompatibilidades, desinstalaciones y otro tipo de inconvenientes al actualizar. Mediante la IA, Microsoft ha sido capaz de identificar cuáles serán los ordenadores que tendrán problemas a la hora de actualizar, por lo que se ha anticipado a ello y ha enviado la actualización primero a los ordenadores que, según la Inteligencia Artificial, eran más confiables para recibir la actualización.

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Windows 10 April Creators Update ha sido la actualización más rápida hasta la fecha en llegar a 250 millones de usuarios

Con tanta anticipación, los desarrollares además pueden solucionar cualquier problema de manera telemática, además de, por supuesto, evitar que se ejecute la actualización en ciertos ordenadores hasta que se solucionen los problemas, evitando que se ocasione un problema grave que impida usar el ordenador, como ha ocurrido en diferentes ocasiones.

Por ejemplo, un problema grave que nosotros anunciamos en su momento, un bug que estaba provocando que ciertos ordenadores no pudieran ejecutar el escritorio, quedándose la pantalla en negro, fue detectado dentro de las primeras 24 horas y se evitó que más ordenadores resultaran afectados, siendo solucionado en las siguientes 24 horas.