Pese a que todos los años disfrutamos de nuevos avances en componentes de ordenador, la verdad es que todos están limitados por los estándares que se establecieron hace décadas. Para asegurar la compatibilidad, los componentes tienen ciertas delimitaciones en cuestión de tamaño, interfaces, conexiones, y posición. Todas las placas base son muy similares entre sí por esta razón.
Claro, que al aceptar estos formatos como estándares, también estamos aceptando sus limitaciones. Siguiendo el ejemplo de las placas base, la verdad es que sus componentes no están dispuestos de la mejor manera posible. La posición de las tarjetas gráficas no es la ideal precisamente, sobre todo ahora que consumen tanta energía, emiten tanto calor y tienen disipadores tan grandes y pesados. Hay quien coloca la gráfica en otros sitios gracias a extensores PCI-Express, pero eso es sólo una tirita para un problema mayor.
La placa base del futuro será así según Asus
Puede que, para solucionar este y otros problemas, haya que revolucionar el mercado, preferiblemente en el futuro próximo. Asus ha presentado su visión de este futuro, con la Asus Prime Utopia. Como su nombre indica, es más un concepto que un producto real, una utopía de lo que sería ideal en el futuro.
Que no te engañe el aspecto: es fruto del sistema de refrigeración líquida integrado en la parte trasera de la placa; permite refrigerar directamente componentes que hasta ahora sufren mucho, como los VRM del procesador. Estos suelen ser los grandes olvidados cuando instalamos un disipador en nuestro ordenador; pero si exigimos mucho al sistema, se pueden calentar demasiado.
Bajo esta cubierta, la disposición de algunos elementos ha cambiado, mientras que otros, como la memoria RAM, se mantienen en su sitio, cerca del procesador. Otros componentes se han vuelto modulares, para que podamos elegir qué poner y cómo ponerlo. Es especialmente notable en la zona de los puertos de entrada y salida. Además de los puertos fijos, tenemos otros en bloques modulares que podemos poner o quitar según queramos. Cada bloque se conecta por PCI-Express a la placa, por lo que podemos intercambiarlos dependiendo de nuestras necesidades. Por ejemplo, si no necesitamos una salida de vídeo, ¿para qué tenerla ahí ocupando espacio?
Cambiando de sitio la gráfica
Incluso más interesante es que la tarjeta gráfica no está en su sitio tradicional, bajo el procesador. En esa posición, las gráficas más grandes bloquean la entrada de aire al resto de componentes; y concretamente, uno de los grandes perjudicados es el almacenamiento SSD en formato M.2 que cada día es más popular. Muchas placas tienen esa conexión justo encima de la gráfica, por lo que no reciben nada de aire fresco. Al llevar la gráfica a la parte trasera de la placa, Asus ha liberado esta zona.
Esto no solo ha servido para mejorar el flujo de aire y por lo tanto, la refrigeración. También para incluir una gigantesca pantalla de siete pulgadas. Es muy habitual encontrarse LEDs o incluso pequeñas pantallas en placas base, especialmente las diseñadas para el “overclocking”. Asus va un paso más allá, con una gran pantalla a color que muestra información relacionada con el sistema; desde la temperatura de los componentes, hasta el uso de la CPU o la velocidad de los ventiladores. No será útil para todo el mundo, eso desde luego, pero es sólo una pista de por dónde pueden ir los tiros en el futuro cercano.
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