La realidad virtual tiene un gran potencial en muchos campos, eso es innegable; aunque la mayoría de la gente la use en videojuegos, la realidad virtual puede ser especialmente útil para médicos, arquitectos, ingenieros y diseñadores.
Y, aparentemente, vacas. En la que puede ser la aplicación más ridícula de realidad virtual hasta ahora, el ministerio de agricultura ruso ha decidido iniciar un programa piloto en el que el ganado usa gafas de realidad virtual.
Parece una noticia del Día de los Inocentes adelantada, pero aparentemente es real; y decimos "aparentemente", porque las fotos publicadas son tan surrealistas que nuestro subconsciente se niega a aceptarlas.
Vacas con gafas de realidad virtual
Hay algo extrañamente distópico en la imagen de las vacas viviendo una vida feliz con un visor de realidad virtual; es la imagen que se le ocurriría al caricaturista de un periódico para hacer una crítica velada de la sociedad actual.
Lo curioso es que la idea tiene cierto sentido, aunque la aplicación parezca tan extraña. El objetivo es tranquilizar a las vacas con un programa de relajación, y que así no estén tan nerviosas al estar encerradas en las granjas.
Una vaca más tranquila produce más leche y de mejor calidad, de ahí que en los últimos años algunas marcas, como Central Lechera Asturiana, hayan centrado sus campañas de marketing en que sus vacas se alimentan de pastos, su hábitat natural.
Claro, que no siempre es posible ofrecer una vida tan lujosa a una vaca; la realidad virtual pretende ser lo siguiente mejor.
El visor que las vacas llevan en la cabeza está programado para mostrar unos pastos simulados, para que las vacas se crean que están al aire libre en un verano cualquiera; los colores han sido adaptados a la visión vacuna para que sean más agradables.
Detrás de esta aplicación parece haber algo más que una loca idea; de hecho, no usan los mismos visores que podemos comprar en una tienda, sino que han sido adaptados a la forma de las cabezas de los animales.
Lo más interesante es que, según los ganaderos que forman parte del programa piloto, este sistema funciona; notan que las vacas estaban menos ansiosas y el estado anímico de la vacada mejoró. La siguiente fase del experimento se centrará en evaluar la producción de leche de estas vacas.
Por supuesto, cabe preguntarse si sería mejor, e incluso más barato, simplemente sacar las vacas a pastear; aunque en algunas zonas eso no es posible durante buena parte del año, donde un sistema como este sería más útil.