Google siempre ha estado interesada en interfaces especiales entre usuarios y dispositivos. Un buen ejemplo son los sensores de presión incorporados en los Google Pixel (heredados de HTC). Su último invento es un cable de auriculares llamado "I/O braid" que en esencia es una interfaz de usuario similar basada en un cable textil.
Pongámonos en situación. Imagina que estás en la calle, escuchando música con unos auriculares sin controles superiores con los que, valga la redundancia, controlar tu música. ¿No sería genial tener un dispositivo que nos permitiera manejar esa música sin tener que sacar el móvil del bolsillo? La idea de Google es que ese cable sea nuestra solución.
Esta trenza llamada "matriz de detección helicoidal" permite a los usuarios controlar la electrónica asociada a la misma mediante presión; pellizcos, caricias o apretones que se interpretan como actos dentro de la interfaz. Una idea posiblemente revolucionaria aplicable a muchos otros aspectos.
El cable mágico de Google
Las matriz o HSM registra los comandos de los usuarios mediante una serie de hilos capacitivos y conductores que se entrelazan para tejer la trenza. Estos sensores responden si los tocamos, apretamos, o acariciamos. Es capaz de identificar este tipo de actos con 360 grados de visibilidad. Además, están integradas unas cuerdas de fibra óptica que se tejen en la tela para proporcionar retroalimentación visual.
Obviamente este es un proyecto de investigación, ya que producir un cable con semejantes materiales sería exacerbadamente caro. Google aprovecha dicha investigación para exponer su ideario de cómo se establecería esta interfaz entre el usuario y el dispositivo. Se pueden usar estos avances de muchas formas para que encaje dentro de la electrónica de consumo.
Por ejemplo, podemos agregar controles táctiles al cable de los auriculares, de tal forma que presionando en el mismo podamos realizar una determinada acción, como aumentar el volumen. O por ejemplo podemos añadirlo en una sudadera con capucha y que los cordones, sensibles al tacto, se conecten a nuestro smartphone para controlar nuestro multimedia.
Para que el sistema distinga entre los distintos tipos de contacto que podemos realizar, Google recopiló datos de voluntarios a los que se les pidió que interactuaran con la trenza. Después entrenaron un modelo de aprendizaje automático sobre estos datos, para que así la renza distinga entre todos estos gestos. La precisión de su software, según Google, es del 94%, aunque hay factores como la tela o el software asociado a tener en cuenta.
No todo es perfecto
Aunque ese 94% es una cifra de precisión my alta, quizás es demasiado baja para los estándares del día a día. Por ejemplo, en ese 6% de imprecisión e pueden dar múltiples falsos positivos, comandos accidentales, etcétera. Es difícil ver que esta trenza I/O pueda llegar a los consumidores, ya que aunque las aplicaciones son muchas, los fallos que estas pueden dar también son muchos.
No obstante, la trenza podría ser preferible a las entradas tradicionales que se usan, por ejemplo, en multimedia. En un estudio Google comparó la interfaz de los controles de auriculares tradicionales, y en el mismo los usuarios aseguraron que torcer la trenza para cambiar el volumen era más rápido y fácil que usar los botones normales. Aunque es cierto que una deformación grave en esta trenza podría inutilizar esta característica o provocar los tan temidos falsos positivos.