Europa sigue dando pasos lentos, pero decididos, para tener una aplicación móvil con características comunes para el rastreo del coronavirus. El objetivo es tener una herramienta interoperable que permita controlar la desescalada del confinamiento que ya están poniendo en marcha la mayoría de sus países y que alcanzará su punto álgido durante el verano.
Las fuentes consultadas por Invertia indican que las novedades que se han producido en los últimos días apuntan a un tema de plazos -la idea es tenerlas todas en funcionamiento antes de julio-y de los partners tecnológicos que tendrán.
En este último punto, estas fuentes apuntan a que los principales gobiernos del continente ya están trabajando para incorporar el sistema presentado por Google y Apple hace unas semanas. De hecho, el primero en dar el paso ha sido Italia, que ha anunciado hace pocos días la incorporación de la tecnología de estos gigantes.
Los tiempos estarán marcados por la vuelta a la nueva normalidad de los diferentes países y, en especial, por la apertura de las fronteras tanto internas como externas de cada región. Quedan dos meses para que la mayoría de los países del continente dejen libre circulación por sus provincias y permitan la salida de sus ciudadanos a otros países con más o menos restricciones y la idea es hacerlo con una app de rastreo común.
En el caso de España, la desescalada culminará con la libre circulación entre provincias, algo que no estará operativo hasta al menos finales de junio. Es por ello que se hace vital tener una aplicación que permita un registro amplio del movimiento de los ciudadanos europeos -y de las personas con las que toma contacto durante estos itinerarios- que pudiesen ser potenciales contagiados de coronavirus. Un rastreo que solo pueden realizar las apps móviles.
PEPP-PT vs DP3T
En este sentido, la primera gran decisión a nivel europeo -y que España también ha asumido- es el rastreo mediante bluetooth. La Comisión Europea advirtió hace un mes que este debía ser el modelo a seguir en sustitución del GPS de la geolocalización, mucho más intrusivo y menos respetuoso con la privacidad de los datos. Y todos los países aceptaron trabajar a partir de esta base.
Europa debate desde hace algunas semanas la propuesta del Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing (PEPP-PT), patrocinada en un comienzo por Alemania y que hasta hace un mes era la principal candidata para establecer los estándares; el proyecto suizo Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing (DP3T) y desde hace algunos días debate la implementación de un sistema de interoperatibilidad Desire.
En el caso del PEPP-PT, la precisión es menor y los datos son más difíciles de tratar, pero realiza un rastreo de los dispositivos móviles desde fuera de los aparatos y no desde dentro. No obstante, este sistema generó dudas en el seno de la Unión Europea porque almacenaba los datos en un servidor central. Si los diferentes países lo adoptaran deberían consentir que los datos de sus ciudadanos estuviesen en estos sistemas centralizados, ya sea en Europa o de sus propios países.
Con este argumento un grupo de científicos y técnicos apoyó el proyecto suizo Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing (DP3T). Pero al ser descentralizado, el DP3T almacena la información en el dispositivo de cada usuario, lo que para muchos críticos podría generar sistemas de vigilancia "sin precedentes" para la sociedad de las próximos meses.
Este sistema podría proporcionar más datos, ser más efectivo que el PEPP-PT, pero más intrusivo a largo plazo, ya que abriría la puerta de los dispositivos. Nuevamente aparece la disyuntiva entre privacidad y seguridad sanitaria y en especial sobre qué pasará con nuestros datos y el rastreo de nuestro móviles cuando pase la emergencia sanitaria y el virus esté controlado.
Francia vs Italia
Esta distinción es clave, ya que mientras países como Francia y Reino Unido defienden la necesidad de tener una aplicación móvil centralizada y con los datos en servidores de sus sistemas sanitarios, otros miembros de la UE como Alemania e Italia prefieren un sistema descentralizado con datos en los móviles de los propios usuarios. Es decir, que los datos estén en el dispositivo de cada usuario.
Resolver este problema nos lleva a la principal razón que sigue frenando un protocolo común en el continente. Los expertos coinciden en que es mucho más difícil conectar sistemas centralizados con desentralizados. Estos mismos técnicos defienden que la mejor manera es hacerlo desde sistemas basados en la segunda filosofía.
Un sistema panaeuropeo de rastreo del virus es imposible sin que todos los sistemas nacionales estén conectados. Está claro que en cada país -y así lo ha dicho Europa- habría que activar la aplicación local, pero es imprescindible que ésta está incorporada al del resto del continente y, sobre todo, a la aplicación de origen del ciudadano que visite cada país ya sea por negocios o vacaciones.
¿Cómo lograr entonces esta interoperatividad entre aplicaciones centralizadas y descentralizadas? De momento, Francia ha propuesto el sistema Desire. Mediante una nueva clave secreta generada criptográficamente al protocolo, llamada Private Encounter Tokens (PET), se codificarían los encuentros entre usuarios, como una forma de proporcionarles más control sobre los datos que se viajan a un servidor central.
Se enviarían datos al servidor, pero lo suficientemente anónimos para proteger la privacidad del usuarios, aunque sus críticos advierten que su nivel de desarrollo es aún bajo por lo que no estaría a tiempo antes de julio cuando buena parte de los europeos vuelvan a viajar entre países durante el verano.
Google y Apple
¿Y cómo encajan Google y Apple? Los dos gigantes presentaron hace un mes su protocolo abierto con vocación de que fuese usado por los Gobiernos. En un comienzo generó las reticencias de los Estados europeos -en especial de Francia- pero con el paso de las semanas se ha ido imponiendo como la mejor opción para lograr esta ansiada interoperabilidad.
La API de Google ya tiene desarrollado el sistema bluetooth y está completamente desentralizada. La aplicación y sus notificaciones no mostrarán quién ha dado positivo por Covid-19, pero sí indicará cuándo estuvimos en contacto con esa persona; hay que tener en cuenta que puede ser alguien con quien estemos todo el día, o un completo desconocido que estuvo a nuestro lado en el bus. El sistema permitirá activar alertas, la localización con bluetooth y compartir datos con los servicios sanitarios. Todo de manera voluntaria.
En esta línea, Italia confirmó la semana pasada que su app de rastreo del Covid bautizada como Immuni - y desarrollada por Bending Spoons- utilizará la API de "notificación de exposición" de Apple y Google, es decir la gestión de las notificaciones y alertas y la forma en que se ha tenido contacto con potenciales infectados. Recordemos que estos dos gigantes tecnológicos no proporcionan la aplicación sino un código abierto a disposición de los gobiernos. En el caso de Italia lo han hecho para superar "ciertas limitaciones técnicas".
Pero Italia no será la única. Alemania también se decanta por utilizar tecnología Apple y Google, pese a las reticencias de dejar datos en manos de los dos gigantes tecnológicos estadounidenses. Las fuentes consultadas indican además que es probable que incluso los países que son contrarios a esta tecnología terminen usando parte de ella, porque es la que permitiría de manera más rápida, simple y útil la interoperatividad de las apps europeas.
¿Y España? Las fuentes consultadas indican que todavía no se aprueba la puesta en marcha de un piloto. La última declaración oficial del Ejecutivo habló de la "implementación de un modelo de uso voluntario, compatible con el Reglamento General de Protección de Datos, centrado en la protección de la privacidad de las personas, e interoperable a nivel transfronterizo".
España espera
En este sentido, la idea de tener un piloto las próximas semanas se ha frenado por las dudas del Ministerio de Sanidad que no termina de ver la utilidad de un sistema de alertas y rastreo que podría eventualmente colapsar el sistema sanitario con centenares de sospechas sobre nuevos positivos. De momento, la valoración de los primeros días de desescalada es positivo y se cree que con las actuales medidas y la concienciación de la población se podría mantener contenido al virus.
En cualquier caso, el Ejecutivo a través de la Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial y Agenda Digital sigue trabajando en el proyecto a falta del visto bueno de Sanidad. Como ya ha dicho Asuntos Económicos, sería con tecnología bluetooth y si se respeta el Reglamento General de Protección de Datos, el sistema a utilizar debería ser descentralizado.
España lanzó hace más casi dos meses su aplicación de autodiagnóstico AsistenciaCOVID, pero por el momento su uso es testimonial. Esta aplicación es escalable, pero originalmente estaba pensada para realizar un rastreo con base en geolocalización, una modalidad descartada y sustituida en Europa por el sistema bluetooth.
Toca decidir si es que se empieza de cero -con una nueva aplicación- o se actualiza y remodela AsistenciaCOVID. En el primero de los casos, los tiempos de implantación deberían ser mayores, ya que implica realizar un nuevo desarrollo al mismo tiempo que se perderán quienes ya se hayan descargado esta aplicación.
No obstante, otras fuentes indican que es posible que el tener que adaptar la tecnología bluetooth a AsistenciaCOVID podría retrasar aún más este proceso. En este punto es donde entran Google y Apple, ya que el sistema que se utilizó en Italia y que se quiere implantar en Alemania podría reducir los tiempos de implantación de la app española, ayudaría a crear una nueva con máximas garantías e incorporaría de manera rápida al sistema de interoperatibilidad europeo.
Riesgo de rebrote
Con todo y frente a estos retrasos, los expertos advierten que con estas aplicaciones aumentarían radicalmente la velocidad de rastreo, mucho más eficiente que el sistema de contactos manual que utilizó España al comienzo de la crisis, con la presencia física de personas entrevistando y buscando a los contactos de los contagiados.
Estas aplicaciones pueden hacer mapas del movimiento de los afectados, haciendo el rastreo más eficiente y más veloz. Por tanto, pueden contener los rebrotes y evitar contagios masivos del virus, algo clave en la etapa de desescalada en la que se encuentra España en estos momentos.