El coronavirus ha sido un terremoto mundial. No sólo ha cambiado el panorama sanitario y económico sino también social y cultural. Entre las medidas que ya encontramos como normales en nuestra vida diaria son la necesidad de llevar mascarilla por la seguridad de todos.
El uso de mascarillas es más habitual de los países asiáticos y lugares como Japón tienen una larga tradición de uso. Quizá es por eso que es allí donde Donut Robotics, una pequeña startup, ha ideado un cubre bocas que le da un giro al principal uso de protección con una mascarilla inteligente.
Denominada como C-Mask, esta mascarilla inteligente es capaz de transmitir mensajes y traducirlos del japonés a ocho idiomas. Para hacerlo, se conecta al smartphone, con lo que también sirve para realizar llamadas o amplificar la voz de la persona que lo lleva.
De inglés a chino
En realidad no se trata de una mascarilla en sí, sino que cubre la parte exterior de la mascarilla y funciona con todos los modelos de máscaras de tela ya que tiene un par de aperturas en los extremos para que las asas tengan hueco.
El sistema permite que el dispositivo nos aumente el volumen, se pueda trasladar la voz a otro aparato (especialmente útil si se trabaja de cara al público y tras una mampara) así como se puede traducir lo que se quiera decir al inglés, chino, francés, coreano, indonesio, tailandés, español y vietnamita.
Para diseñar la mascarilla, uno de los ingenieros de la compañía ha aprovechado un sistema de mapeo de los músculos faciales que realizó hace 4 años. De este modo, está pensada para que se adapte a la perfección al rostro de las personas y no sobresalga demasiado.
Reinvención durante la pandemia
Las primeras 5.000 mascarillas comenzarán a llegar a los clientes japoneses durante el mes de septiembre gracias a un proceso de crowdfunding. A unos 40 dólares por mascarilla ahora espera que con el coronavirus su idea llegue a otros mercados y pueda crecer globalmente gracias a la expansión prevista para China, Estados Unidos y Europa, desde donde ya han mostrado interés.
Lo cierto es que para Donut Robotics el coronavirus ha sido una oportunidad. "Trabajamos duro durante años para desarrollar un robot y hemos utilizado esa tecnología para crear un producto que responda a cómo el coronavirus ha reformado la sociedad", ha indicado Taisuke Ono, director ejecutivo la empresa creadora, a Reuters.
Según explica Ono, a los ingenieros de Donut Robotics se les ocurrió la idea de la máscara mientras buscaban un producto para ayudar a la compañía a sobrevivir a la pandemia. Cuando llegó el coronavirus, acababa de obtener un contrato para suministrar guías y traductores robots al aeropuerto de Tokio-Haneda. Sin embargo, el futuro de esta división de guías robóticos está en el aire después de la incertidumbre a la que se enfrenta el turismo.