La renovación de la televisión en las casas españolas es cada vez más habitual. Se han acortado los plazos y durante el confinamiento hay son muchos los que han decidido jubilar su viejo televisor para dar la bienvenida a una tecnología más moderna y, en muchos casos, de más pulgadas.
La tecnología más avanzada del mercado ahora mismo es el 8K. Aunque aún puedes no necesitarlo, lo cierto es que Samsung está apostando fuertemente por él con su QLED 8K, un televisor que llegó el pasado mes de abril al mercado español tras presentarse internacionalmente en febrero.
Sin embargo, los retos que se plantea Samsung a la hora de diseñar su televisor QLED 8K van más allá de adoptar una nueva tecnología en un nuevo marco. "El diseño no es solo una técnica para hacer que algo parezca bonito, sino que también busca ofrecer nuevas y mejores experiencias", explica a OMICRONO Nacho Monge, director de marketing de AV en Samsung Electronics. Y es que el objetivo es satisfacer la experiencia de un cliente que puede llegar a desembolsar hasta 12.000€ si opta por el modelo más ambicioso, el Q950TS de 85 pulgadas.
Y es que el diseño del televisor lo es todo. "Una mejor calidad de imagen y reproducción del color en un televisor es un logro que podemos atribuir a la tecnología, pero la experiencia de un producto que forma parte nuestra vida diaria, es posible gracias al diseño", señala Monge.
Adiós marcos, hola inmersión
Samsung ha dado mucha importancia a los marcos en sus televisores. Por un lado pensando en integrarlos en la decoración del hogar con The Frame y The Serif, mientras que en los modelos QLED 8K ha optado por hacerlos lo menos visibles posible.
En el televisor QLED 8K de este año la compañía ha conseguido reducir dramáticamente tanto el marco externo como el contorno oscuro entre el marco y la pantalla de televisión, lo que tradicionalmente se conoce como el marco negro del panel. Ahora es tan delgado que casi no se puede distinguir a primera vista.
"La pantalla Infinity no deja nada entre la pantalla y el espacio que la rodea, estableciendo una experiencia inmersiva de visualización", explica el directivo. Y es que la idea es que el televisor esté ahí cuando se necesite, pero que pase desapercibido cuando no.
Es por ello que han apostado por el sistema Ambient Mode, que cambia la pantalla a una imagen que se mezcla con el espacio. "A pesar de tener una presencia muy significativa en el espacio, el televisor QLED 8K 2020 puede encajar a la perfección dentro del hogar", apunta.
El reto de la delgadez
Otro de los retos que plantea tener televisores que pasen desapercibidos es que tienen que ser cada vez más delgados. El último modelo de la compañía cuenta con un panel de 15 mm de grosor. Por ponerlo en perspectiva un teléfono móvil suele tener unos 80 mm de grosor.
"El reto ha estado en colocar todos los elementos que habitualmente van en la trasera más allá de las conexiones como el procesador, la placa de circuito o altavoces. Se han eliminado todos los elementos y detalles innecesarios de la forma del televisor, para crear un cuerpo funcional que es delgado y plano al mismo tiempo".
Sin embargo, ser delgado conlleva otro reto: la rigidez, no quebrar fácil. "El objetivo final siempre fue crear un diseño fino, pero que no fuera imperfecto sólo por cumplir ese requisito. Buscamos un diseño de la parte trasera, completamente plana, que redujera el grosor del televisor, y que pudiera adherirse a la pared sin dejar ningún tipo de hueco. Todos los diferentes circuitos, incluyendo el altavoz, tuvieron que ser desarrollados desde cero para que encajaran en esta nueva forma", detalla el directivo.
El sonido es otro de los problemas que se encuentran los televisores delgados. En este caso, Samsung ha optado por un lado por Sonido de Seguimiento de Objetos (OTS+), que hace que el sonido fluya desde diferentes direcciones direcciones a través de seis altavoces ocultos en la parte trasera del televisor.
Mientras que para reproducir una atmósfera de audio espacial, se colocan meticulosamente diminutos orificios para los altavoces en los laterales y en la parte superior del marco metálico de 0,8 mm. Para conseguirlo, desarrolló una unidad de altavoz ultrafina y se colocó un subwoofer en el panel trasero pese a las limitaciones de espacio.
El dilema del soporte
La última punto del diseño del televisor es el soporte. Hay casas en las que la pantalla no puede colgarse de la pared y la base tiene que ser clave no sólo para sujetar la televisión sino también para que se vea y moleste lo menos posible.
"Ha sido diseñado para ser lo más pequeño y simple posible, eliminando cualquier posible distracción. Posee un color negro con texturas muy finas que minimizan su presencia para asegurar una experiencia de visualización inmersiva", explica el responsable de la marca.
Tan importante como su aspecto es su colocación. "Esta posicionado, midiendo la distancia y altura óptimas de la pantalla, para la mejor experiencia de visionado. Además, ayuda a que el televisor se incline ligeramente a 3,5 grados para proporcionar el mejor ángulo de visión. Su diseño se centra estrictamente en la funcionalidad, sin entrometerse con el estilo clásico y vanguardista de la marca. Los detalles en el ángulo del televisor están pensados para encajar en el espacio del usuario, sin crear conflicto con su entorno", apunta Monge.
Lo cierto es que Samsung ha conseguido con su último televisor QLED 8K dar un salto en la integración de la tecnología en el salón de muchos clientes españoles.