Amazon se ha coronado como la reina de los altavoces inteligentes en España. Tanto es así que si Bimbo y Kleenex son sinónimos de pan de molde y pañuelos desechables, un Alexa empieza a ser la forma en la que a pie de calle los españoles se refieren a cualquier altavoz con asistente inteligente, aunque no sea de Amazon.
Alexa ha calado. Y Amazon ha conseguido que sus altavoces inteligentes sean los reyes de las ventas navideñas año a año. Según cálculos del analista de Mixxio Alex Barredo, Amazon logró el 30% de cuota de mercado en el último trimestre del año pasado, el que corresponde al de Navidad.
Una buena estrategia comercial, un sistema versátil que se adapta al usuario y una buena calidad de sonido son los tres reclamos que han conseguido que los altavoces inteligentes que incorporan Alexa hayan ido conquistado los hogares de los españoles poco a poco. Una particular conquista del espacio casero que ahora tiene una nueva referencia: los Echo y Echo Dot de cuarta generación, los primeros en tener un rediseño completamente nuevo.
Diseño rompedor y discreto
Los nuevos Echo de Amazon son radicalmente diferentes a cualquier altavoz de la compañía visto hasta ahora. Han perdido su forma cilíndrica para adoptar un diseño de esfera que resulta llamativo, pero a la vez elegante, y que está pensado para encajar en cualquier decoración de una forma más discreta.
Los nuevos Echo y Echo Dot (que llega en dos versiones, con y sin reloj) disponen de unas dimensiones y pesos mayores que las de sus predecesores, sin embargo, la sensación al tenerlo en casa y colocarlo en diferentes estancias es la contraria. Su forma de esfera les hace visualmente ocupar menos espacio y sentirse más integrado en el hogar.
Salvo las dimensiones (100x100x89 mm del Echo Dot y 144x144x133 mm del Echo) el diseño es calcado en ambos modelos. Tenemos una parte inferior terminada en plástico que sirve como estructura principal y una malla en la parte frontal que permite dejar salir al sonido así como integra cuatro botones en la parte superior para controlar los Echo con las manos. Éstos son: invocar a Alexa, subir y bajar volumen así como desconectar los micrófonos.
Con el nuevo diseño el anillo de luz que indica que Alexa nos ha escuchado y está interactuando con nosotros pasa a la parte inferior. Asimismo, pasará a rojo cuando hayamos desconectado el micrófono y no nos pueda escuchar.
A nivel estético la única diferencia la podemos encontrar reside en el modelo Dot. Como pasaba en versiones anteriores, encontramos un panel led en el frontal donde podremos ver la hora en todo momento así como información puntual como la temperatura, temporizadores o alarmas.
Sonido mejorado
El diseño no sólo hace que los dispositivos se integren mejor en la decoración del hogar, sino que también hace que suenen mejor. Pese a que el Echo mantiene el woofer de neodimio de 76,2 mm (3,0") y dos tweeters de 20 mm (0,8"), y el Echo Dot hace lo propio con un altavoz de 41 mm (1,6"), la nueva configuración interna de los Echo hace que suenen mejor.
El Echo Dot mejora con respecto a la generación anterior en profundidad y fidelidad de sonido, eso sí, se sigue echando de menos una profundidad de graves que -dado su tamaño- es comprensible. Aún así, se puede seguir conectando a través de conexión 3,5 mm a otro altavoz externo. Sigue siendo ideal para pequeñas habitaciones o para combinar varios y hacer que la música suene de forma envolvente.
Mayor avance de sonido lo encontramos en el Echo. El modelo sin apellidos da un salto de calidad para adaptar la mejora de sonido que teníamos en el Echo Plus un poco más allá, manteniendo la calidad de Audio Dolby. Notamos una profundidad mayor de sonido, tonos más ricos y capacidad de sobra para llenar un salón o una habitación más grande. Eso sí, el Echo Studio sigue estando un peldaño por encima en calidad y fidelidad de sonido.
Uno de los puntos a favor del nuevo Echo es la capacidad para analiza la acústica de la habitación y ajusta continuamente los filtros de audio durante la reproducción de música para optimizar así la salida de audio independientemente de donde esté. Lo ideal es probar en varias ubicaciones antes de establecer la definitiva, aunque el altavoz sabrá adaptarse.
Otro de los aciertos del mayor de los altavoces es la posibilidad de enlazarlo con un Fire TV, el dispositivo que convierte en inteligente cualquier televisión. De este modo, si nos ponemos a ver una serie podremos hacer que ésta suene por los Echo, dando una mejorando así la capacidad de sonido del televisor que habitualmente no suele rendir con brillantez.
En los Echo encontramos además de conexión de entrada y salida de 3,5 mm, también un soporte de tornillería pensado para colocar el altavoz en alto o sobre un soporte de pared. Ideal para que los Echo pasen a formar parte como sistema de sonido de un ordenador o un televisor.
Alexa, fiable como siempre
Una de las cosas que no cambian es Alexa. El asistente inteligente integrado en los altavoces sigue siendo tan fiable y capaz como siempre. Esta cuarta generación no iba a ser una excepción.
Pensando en la capacidad de sonido, con los nuevos Echo podremos pedirle a Alexa que regule el sonido. De este modo, a través de comandos podremos modificar los bajos, el rango medio o los agudos, así como reiniciar por completo el ecualizador.
Sin embargo, el verdadero potencial de Alexa reside en el control del hogar y en nuestro día a día. Por un lado conocer e incluir al asistente en nuestras tareas cotidianas hace que, cuando nos hemos acostumbrado a ello, sea muy difícil dejar de hacerlo. Una vez que lo haces tuyo es muy cómodo de utilizar. Es cierto que para la integración con el resto de dispositivos conectados en casa se requiere una inversión previa, pero cuando pedimos a Alexa regular la calefacción, apagar las luces o encender la televisión es cuando verdaderamente este dispositivo coge sentido.
Amazon lo sabe y el nuevo Echo incorpora en su interior el controlador de Hogar Digital, compatible con Zigbee y Bluetooth de baja energía (BLE), de este modo saltaremos un paso en la vinculación de éstos dispositivos entre sí. Bastará con colocar, por ejemplo, una bombilla, y decir: "Alexa, encuentra mis dispositivos". Alexa los detectará automáticamente y configurará para que puedan usarse, todo a base de comandos de voz.
¿Me lo compro?
Parte del éxito de los Echo de Amazon es que aunque tengamos uno en casa puede no ser suficiente. Parte de la gracia de los altavoces inteligentes como los Echo, Sonos o los Nest Audio de Google es la capacidad de agruparse y sonar de forma coral. Un sonido que envuelve toda la casa y que nos permite movernos escuchando siempre nuestra música favorita. Una vez que lo pruebas, no quieres volver atrás.
Los nuevos Echo (99,99 euros) y Echo Dot con reloj (69,99 euros) son una buena oportunidad para hacer crecer la colección de altavoces de Amazon. Más allá de que la calidad de sonido ha mejorado gracias al nuevo diseño, sus nuevas líneas esféricas le convierten en algo diferencial y que se integra mejor en casa. Eso sí, si lo que buscamos es un Echo que verdaderamente suene bien, lo mejor será seguir apostando por el Echo Studio, que está a otro nivel.
Si has probado un Echo éstos dos nuevos modelos suben el listón tanto en diseño como en calidad de sonido, si tienes un hueco en casa donde puedes colocarlos es una buena oportunidad para la carta a los reyes. Si aún no has dado el paso a uno de estos dispositivos, el rediseño es una buena oportunidad para entrar en el ecosistema Alexa y comenzar a probar las bondades del hogar conectado.