Samsung Odyssey G7, análisis: el monitor curvo que te meterá de lleno en tus juegos
El Samsung Odyssey G7 es el nuevo monitor para jugadores del fabricante coreano, destacando por su increíble curvatura y su absurda velocidad.
13 noviembre, 2020 02:19Noticias relacionadas
La variedad de monitores disponibles en España es tal, que es fácil encontrar un modelo para cada tipo de usuario; aunque los que más están ganando en importancia son, sin duda alguna, los monitores gaming, dirigidos a jugadores.
Las necesidades de un jugador difieren mucho de las del usuario común. Aspectos como la resolución o la fidelidad de los colores pasan a un segundo plano frente a otros como la frecuencia de refresco o el tiempo de respuesta. Pero gracias a la extrema competitividad del sector en los últimos años, eso ya no es suficiente.
Como ya vimos con el reciente LG Ultragear 27GN950 que los mejores monitores gaming son los que ofrecen una buena calidad de imagen junto con altas velocidades de refresco; ¿cómo puede cualquier fabricante responder ante eso?
Samsung acaba de demostrar cómo.
Así es el Samsung Odyssey G7
- Tamaño - 31,5 pulgadas (32 pulgadas)
- Curvatura - 1000R
- Resolución - 2560 x 1440 píxeles
- Proporción - 16:9
- Tecnología - QLED
- Tipo de panel - VA
- Brillo - 350 cd/m2, máximo 600 cd/m2, mínimo 300 cd/m2
- Contraste - 2.500:1
- HDR - DisplayHDR 600
- Tiempo de respuesta - 1 milisegundo
- Tasa de refresco máxima - 240 Hz
- Sincronización - Adaptativa, compatible con G-Sync.
- Color - 95% del espectro DCI
- Precio -749 euros
El G7 forma parte de la nueva gama de monitores Odyssey presentados este 2020. La estrella de la gama es, sin duda alguna, el Odyssey G9 de 49 pulgadas, todo un 'monstruo' al alcance de pocos. Pero si no puedes gastar tanto, el resto de modelos de la gama presume de muchas de sus características, a un precio mucho más asequible.
El G7 está disponible en dos tamaños, de 27 y 32 pulgadas; el que hemos podido probar es este último, aunque son muy parecidos. La gran ventaja de este modelo, y lo que lo diferencia de cualquier otro monitor gaming del mercado, es su increíble curvatura de 1000R.
El primero de su tipo
Es la primera vez que vemos semejante curvatura en un monitor de este tipo. La mayoría de monitores son planos, pero hay algunos que cuentan con diversos grados de curvatura para ofrecer una mayor inmersión.
Lógicamente, la curvatura funciona mejor cuanto más grande es el monitor, porque de esta manera la pantalla nos 'envuelve' y ocupa la mayor parte de nuestro campo visual. En un monitor ultrapanorámico como el Odyssey G9 de 49 pulgadas, una curvatura de 1000R tiene mucho sentido, pero hasta ahora nadie había intentado algo parecido en un monitor relativamente pequeño.
Samsung se ha atrevido a aplicar la misma curvatura de su G9 en los modelos más pequeños, y el G7 es el resultado. Esta ha sido una prueba muy interesante, tal vez la que más del 2020; con modelos como el mencionado LG Ultragear 27GN950, sabes más o menos lo que te vas a encontrar mirando las características, pero este modelo era un misterio.
La impresión inicial es de asombro. Sólo con sacar el monitor de la caja es evidente que no es normal, que puede ser lo más especial que vas a probar en mucho tiempo. La curvatura, vista en persona, es increíble y algo que ninguna foto, ni siquiera las de Samsung, hace justicia.
Este es un monitor tan curvo que se sostiene en la mesa sin necesidad de poner la peana; ese es el nivel de curvatura que estamos hablando. Y cuando lo terminas de instalar (un proceso más complejo de lo habitual por la necesidad de atornillar la peana), esa impresión no se va.
Completa inmersión
Antes de hablar de la experiencia, un aviso: tu posición y la del monitor es más importante de lo normal, y es necesario un tiempo para adaptarse. No exagero si digo que la primera vez que lo usé me mareé un poco, algo que no me había pasado nunca.
La curvatura es tan extrema que el mero hecho de mover una ventana de un extremo a otro es algo mareante. Coge un bol, mete un trozo de papel y muévelo; el efecto es parecido. Pero es una simple cuestión de acostumbrarse, y rápidamente tu cerebro comprende lo que tiene que hacer. Después de dos semanas de uso, no solo me he acostumbrado, sino que ya no soy capaz de mirar pantallas planas de la misma manera.
Especialmente cuando hablamos de videojuegos u otro tipo de entretenimiento como películas. 'Inmersión' es la palabra clave, incluso en un tamaño más típico como son las 32 pulgadas; no me quiero ni imaginar cómo será con 49 pulgadas.
Con juegos en primera persona como el nuevo Ghostrunner, el efecto es más notable; es como si realmente estuviésemos metidos en la piel del personaje. Los entornos pasan de manera natural y pronto tus ojos aceptan el mundo del juego como el real. Es una experiencia que está a solo un par de pasos de la realidad virtual.
En juegos de carreras como Forza Motorsport 7, la sensación de velocidad es mayor, ya que ves cómo los elementos del juego como árboles, vallas y otros coches pasan a tu lado; imprescindible usar la vista de piloto o a bordo del coche.
Por otra parte, en títulos de estrategia, o en los que la cámara muestre todo el mapa al mismo tiempo, el efecto no es tan impactante; sigue siendo impresionante, pero no podemos decir que la curvatura los mejore.
Ver películas en este monitor es también una experiencia memorable, especialmente grandes producciones de Hollywood que muestran escenas en las que muchas cosas pasan a la vez; es una sensación muy cercana al cine.
Absurdamente rápido
Pero la curvatura no es el único as en la manga del Odyssey G7; también es un monitor extremadamente rápido, con una tasa de refresco de 240 Hz. Eso es mucho más de lo que estamos acostumbrados, una cifra alta incluso comparándola con los monitores más rápidos del mercado.
La tasa de refresco indica la cantidad de veces que el monitor es capaz de cambiar la imagen en cada segundo. Por lo tanto, cuanto mayor sea esa cifra, la imagen será más fluida y realista, el jugador recibirá más información y podrá reaccionar mejor a lo que ocurre.
Lo malo es que tu ordenador tiene que ser capaz de ejecutar juegos a 240 frames por segundo para realmente aprovechar esta velocidad; pero incluso a tasas inferiores, la velocidad se nota. Irónicamente, el hecho de que este monitor tenga una resolución de 'sólo' 2K (2560 x 1440 píxeles) ayudará mucho a conseguir altas tasas de frames con el equipamiento actual.
Sin embargo, si vamos a activar los 240 Hz en el (muy amigable) menú del monitor, hay que tener en cuenta que lo haremos sacrificando colores; a 240 Hz, sólo es posible usarlo con una profundidad de color de 8 bits, lo que se traduce en un efecto algo desagradable al mostrar diferentes combinaciones de colores. A 144 Hz, en cambio, podemos disfrutar de una profundidad de 10 bits que elimina esos problemas y el monitor se sigue notando muy rápido.
Para disfrutar de semejante velocidad sin problemas gráficos, el Odyssey G7 es compatible con Adaptative Sync y G-Sync, tecnologías que sincronizan el monitor con la tarjeta gráfica. Si vas a usar este monitor con una gráfica Radeon, deberías saber que funciona perfectamente, pero existe un bug que puede provocar parpadeos con FreeSync activo; afortunadamente, Samsung ha lanzado una actualización durante la elaboración de este artículo que soluciona ese problema. Con instalarla usando uno de los puertos USB, no tendrás problemas.
Con estilo
El Odyssey G7 no solo es un monitor gaming en lo que respecta al rendimiento, también en el aspecto. La gran curvatura hace que el monitor sea más grande de lo habitual, pero en Samsung han aprovechado esto para usar un espectacular diseño de ondas que realmente llama la atención.
No podía faltar la iluminación RGB, que está presente en dos sitios diferentes. Lo más llamativo es el círculo de luz en la zona en la que el monitor se une a la peana, con un efecto hipnótico. Además, el frontal del monitor también se puede iluminar parcialmente, aunque el efecto está limitado a la parte inferior para no molestar mientras jugamos. Aunque en su conjunto no es una iluminación muy fuerte (de día ni la notarás), sí que genera un buen ambiente sin molestar.
Deja marca
El mercado de los monitores gaming está en el mejor momento de su historia, con multitud de marcas desarrollando nuevas tecnologías y superándose la una a la otra en rendimiento. Eso también significa que, para el usuario, puede ser difícil decidirse entre una y otra.
La elección de Samsung de optar por una curvatura extrema para su nueva gama de monitores puede ser muy inteligente en ese contexto. Es algo que nos llamó la atención incluso en las primeras imágenes promocionales, y que en persona es incluso mejor.
La curvatura es lo que realmente hace destacar a este monitor, ofreciendo una experiencia que ningún otro modelo es capaz de igualar. En ese sentido, si te compras un Odyssey G7, tienes garantizado algo único y especial. Todo eso, con una tasa de refresco de 240 Hz que hará que tus juegos 'vuelen' y se noten muy diferentes comparado con los 60 Hz.
Sin embargo, es precisamente la curvatura lo que hace que no podamos recomendar este monitor a creadores de contenido, diseñadores o profesionales que requieran la máxima precisión al trabajar. Incluso si eres jugador, puede que te interese bajar la tasa de refresco a 144 Hz para conseguir unos colores más fieles y completos, especialmente si tu ordenador no es capaz de superar esa cifra de frames por segundo. Y si tienes una gráfica Radeon, acuérdate de actualizar el monitor para no sufrir problemas con FreeSync.
El Samsung Odyssey G7, con un precio de 749 euros en tiendas como PcComponentes, es uno de los monitores más especiales que hemos podido probar y absolutamente recomendable para disfrutar con las nuevas tarjetas gráficas Radeon de AMD, o las nuevas GeForce RTX de Nvidia.