En el futuro cercano, todos los móviles vendidos en España tendrán que mostrar lo 'reparables' que son, con una puntuación que puede convertirse en un factor determinante a la hora de elegir un nuevo dispositivo.
Esa es una de las medidas relacionadas con el 'derecho a reparar' que el Parlamento Europeo ha acordado esta semana, con 395 votos a favor, 94 en contra y 207 abstenciones.
La decisión se ha tomado como una victoria para quienes llevan años pidiendo legislación que proteja la reparación de dispositivos, y afecta especialmente a la tecnología de consumo; sin embargo, esta votación es sólo el principio, y las consecuencias para el sector por ahora son muy limitadas.
Derecho a reparar
La moción pide que se desarrollen varias normas con el objetivo de acabar con la obsolescencia programada, así como para "armonizar el etiquetado" que indica la durabilidad de los productos.
Para conseguirlo, se desarrollará una puntuación de reparación, que se incluirá en forma de etiquetas en el empaquetado de los productos; debería servir para que los consumidores sepan de un vistazo si el producto se puede reparar fácilmente.
Para justificar la decisión, el Parlamento no solo pone como prueba la disminución de recursos naturales, necesarios para la producción de nuevos dispositivos, además de la producción de basura electrónica. También habla del efecto que la pandemia de la COVID-19 ha tenido en el mercado, y de cómo ha demostrado la necesidad de establecer nuevos modelos de negocio más sostenibles.
Los parlamentarios han aceptado el derecho a reparar porque los estudios de la Comisión Europea demuestran que hay tres veces más probabilidades de que los consumidores compren un producto si se demuestra su durabilidad.
Índices de reparabilidad
Aunque estas propuestas han sido bien recibidas por algunos grupos de consumidores, hay que recordar que la moción votada en el Parlamento en realidad no forma parte de ninguna ley, y no presenta medidas concretas para garantizar el derecho a reparar. En vez de eso, apela a la Comisión Europea para que desarrolle una serie de normas que aplicar a nivel comunitario.
Es por eso por lo que el impacto que tendrá esta votación aún no se notará en España, ni en la mayoría de países miembros de la Unión Europea; aunque hay algunos que han decidido adelantarse a la decisión del Parlamento, anunciando sus propias leyes que encajarán a posteriori en la ley europea.
Francia es uno de estos países, que ya ha anunciado un 'índice de reparabilidad' que los productos tecnológicos tendrán que incluir. Consistirá en una puntuación que represente lo fácil que es reparar el dispositivo, siendo diez el valor máximo.
Qué es lo que se considera 'reparabilidad', y cómo se debe demostrar, son dos de los problemas a los que se enfrentará ahora la Comisión Europea. Será necesario crear un estándar para toda Europea, y comprender cómo afectará no solo a los nuevos dispositivos, sino también a los que ya se han vendido.