Apple ha puesto a la venta esta semana en España los AirPods Max, sus primeros auriculares de diadema. Han llegado en la última recta del 2020 y, junto a los MacBook y Mac mini con chip M1, han sido la gran sorpresa de Apple este año.
Los AirPods Max no son baratos. Aterrizan en el mercado español por 629 euros, un precio alto al que está acostumbrado el gran público de la electrónica de consumo. Es lógico, la propia Apple ha lanzado este año un nuevo iPhone a un precio menor. Sin embargo, a los audiófilos no les extrañará tanto pues pueden encontrarse otros auriculares del mismo rango en estos precios, y los Max van directos a por ellos. Su planteamiento es claro: subir un peldaño en la experiencia de audio.
Para lograrlo, el pilar principal es la calidad de sonido a todos los niveles, tanto en música como para ver series y películas. Pero no es el único sobre el que se sostienen. A los Max les acompaña un diseño premium que le hace competir más contra modelos como los H9 o H95 de Bang & Olufsen, que a hacerlo contra la compra recomendada por antonomasía del mercado de auriculares inalámbricos de diadema: los Sony WH-1000XM4.
Premium y cómodos
El primer punto reconocible de los AirPods Max es su diseño. Rompe con toda la tendencia de la industria y apuesta por su propio estilo. Tienen ese toque en el diseño que sólo Apple sabe darle a sus productos para que salte a la vista que son suyos, todo, sin poner ningún logo a la vista. No le hace falta, son reconocibles a la legua.
Disponen de una diadema coronada por una malla trenzada transpirable en la parte superior, unas orejeras de aluminio anodizado y una estructura de acero con unos brazos telescópicos para ajustarlos al cráneo.
Son más pesados de lo que cabría esperar (unos 385 gramos) pero tremendamente cómodos. Escribo esta reseña con ellos puestos y sin habérmelos despegados de las orejas en las últimas cuatro horas, y sé que podría seguir con ellos puestos mucho más tiempo.
Parte del secreto para que se ajusten tan bien reside en varios puntos. Por un lado en la malla de la diadema, que no ejerce presión sobre la cabeza. Por otro, en un mecanismo de los propios auriculares de las orejas que permite rotarlos al gusto y de forma independiente para equilibrar la presión y que queden así balanceados. Por último, están las propias almohadillas que envuelven a las orejas, fabricadas en espuma viscoelástica y por un tejido de malla que les hacen particularmente confortables.
Todo hace que queramos pasar horas con ellos, que sean cómodos en la cabeza y agradables al tacto. Eso sí, el exterior de los pabellones auriculares no están pensados, como sucede en otros modelos de la competencia, para relacionarse con ellos a través de gestos táctiles. Aquí, para interactuar con el contenido tendremos una corona digital.
El sistema que habitualmente vemos en el Apple Watch queda situado en la parte superior de la oreja derecha junto al único botón que encontraremos en los AirPods Max. El botón sirve para controlar la cancelación de ruido o emparejar con un dispositivo que no sea de Apple -ya que si es de la compañía la vinculación será instantánea-, mientras que la Digital Crown la giraremos para ajustar el volumen y la pulsaremos para controlar el contenido. Eso sí, siempre será más cómodo usar a Siri para que nos ponga la canción que queremos o nos ajuste el volumen.
Música en alta fidelidad
Si el diseño es ambicioso, más lo es su propuesta auditiva. Ahora mismo estoy escuchando The Beatles, en calidad Master en Tidal, a un volumen medio mientras escribo sobre un teclado mecánico y no soy capaz de escuchar cómo mis dedos aporrean las teclas. La capacidad de aislamiento es máxima, y no casual.
Los AirPods Max combinan tanto el audio de alta fidelidad con una tecnología de cancelación activa de ruido que, con los AirPods Pro, le han hecho convertirse en referencia del sector. La cancelación de ruido permite realmente bloquear el mundo y sumergirnos en todos los matices de la canción. Eso sí, seguimos disponiendo del modo transparencia por si preferimos priorizar el entorno de forma consciente, especialmente útil si los usamos por la calle.
Para eliminar los sonidos externos no deseados, los AirPods Max utilizan seis micrófonos orientados hacia fuera (que detectan el ruido) y dos hacia dentro (que calibran lo que escucha el usuario), así como tendremos micrófonos con tecnología beamforming para las llamadas.
Pero en donde de verdad destacan los AirPods Max es en el detalle de cada pieza musical. He hecho la prueba con todo tipo de música, géneros y artistas y aguantan lo que le echen. Sin distorsión y con una precisión extraordinaria. Es una delicia cerrar los ojos y jugar a ver de dónde viene qué instrumento, qué voces suenan y hasta la nota más sutil.
Tenemos unos auriculares con agudos nítidos y precisos, unos medios y bajos que profundos y sin distorsión. Un éxito que se basa en el hardware y en la magia del chip propio. Para ofrecer la experiencia auditiva premium de la que pueden presumir, encontramos un controlador dinámico de 40 mm diseñado por la compañía muy bien equilibrado. Le acompañan unos dobles imanes de neodimio que le permiten una distorsión armónica total de menos del 1%, incluso al máximo de volumen. Además, tenemos un sistema de ventilación alrededor de la bobina móvil y que permite que el aire fluya y no cree presión innecesaria.
Sin embargo, a la cancelación de ruido y a las características físicas hay que sumarle la salsa secreta de Apple: el audio computacional. De la mano del chip H1 y del ecualizador adaptativo. En concreto, los AirPods Max cuentan con una pareja de H1, uno en cada auricular, diseñados para ofrecer una experiencia de audio inalámbrica de alto rendimiento ya que son capaces de ejecutar más de 9.000 millones de operaciones por segundo. El resultado es eliminar el ruido de fondo, modular el sonido, así como optimizar el aislamiento de las almohadillas para que la inmersión sea total.
Además, la ecualización adaptativa modifica el sonido en función del ajuste y el aislamiento de las almohadillas. Los micrófonos orientados hacia dentro analizan lo que estás escuchando y regulan las frecuencias de la música para ofrecer un sonido rico y fiel.
Sonido de cine
Esta par de chips dedicados esconde una sorpresa que va más allá de la música: tener una experiencia de cine, gracias al audio espacial. Es aquí donde los AirPods Max se distancia realmente de la competencia. Va un paso más allá de escuchar los diálogos o el entorno con nitidez y precisión, te sientes como si estuvieses en el cine.
En películas y series con sonido envolvente, que pueden ser desde Mandalorian a Gravity pasando por Mad Max: Fury Road, tendremos la sensación de estar en una sala de cine. Ese sobrecogimiento en el que vibramos de la capacidad de sonido y que lo que sucede en la pantalla nos rodea.
Gracias a los giroscopios y acelerómetros integrados en los AirPods Max que detectan hasta el mínimo movimiento de la cabeza y fijan los sonidos al dispositivo en el que estamos viendo la película. Una prueba que hemos realizado tanto en iPhone como en iPad y es ciertamente impresionante.
Apple explica que para lograrlo usa algoritmos de audio espacial avanzados y aplicando filtros de audio direccionales para sutilmente ajusta las frecuencias que recibe cada oído. Con esto consigue colocar sonidos prácticamente en cualquier lugar del espacio. Sentiremos que el contenido nos acompaña y nos envuelve virtualmente en todas las series y películas codificadas en 5.1, 7.1 y Dolby Atmos, así como para aplicaciones compatibles reproducidas en iPhone o iPad.
La 'magia' que esperas
Más allá de la calidad de sonido, los AirPods Max tienen la 'magia' que se espera de unos AirPods de Apple. Es decir, se emparejan al instante con los dispositivos de la marca y podremos pasar de uno a otro sin tener que hacer nada. Nos detectan cuando los tenemos puestos y cuando no, podemos compartir audio con otros AirPods, así como tendremos la función de intercomunicador.
Otro de los puntos fuertes es su batería. Dispondremos de 20 horas de autonomía a pleno rendimiento, y una capacidad de recarga que en cinco minutos nos dará para una hora y media de uso. Ideal para usar en la oficina. Eso sí, como sucede con los iPhone o el Apple Watch, no trae cargador y en la caja sólo encontraremos un cable de USB-C a Lightning.
Los AirPods Max vienen acompañados de un estuche inteligente llamado Smart Case, pensado para guardarlos cuando no los estemos utilizando. Con un diseño peculiar, parece poco práctico a la hora de transportar y guardarlos, ya que no terminan de proteger del todo a los AirPods Max. Eso sí, cuentan con un sistema de imanes que pone en reposo de con un consumo ultra bajo a los cascos, permitiendo estirar la batería.
Otro de los puntos difíciles de justificar de estos AirPods Max es la ausencia de cable para conectarlo al jack de audio. Otros auriculares equivalentes sí lo incluyen. Es cierto que los iPhone ya no tienen este tipo de salida, pero sus ordenadores sí y es especialmente útil para viajes en avión. Si se desean habrá que invertir otros 39€ más.
¿Me los compro?
Los AirPods Max son uno de los mejores auriculares que han pasado por mis orejas. La experiencia es redonda, precisa, nítida y detallada. Son cómodos y se sienten muy bien. Harán las delicias de los más audiófilos de la casa, especialmente aquellos que tengan un ecosistema de Apple, pues podrán sacarle más partido -aunque con Android y PC también funcionan bien-.
Existen dos grandes impedimentos para comprarlos ahora mismo. El primero es el stock. Si vamos a la tienda de Apple tendremos un mínimo de 12 semanas para recibirlos en casa, sin importar en cualquiera de los cinco colores los queramos. El otro es el precio: los 629 euros por los que se venden.
Es un precio elevado, que no caro. Con los AirPods Max hemos conseguido funciones -como la del audio espacial- que son directamente imposibles en otros auriculares de la competencia más caros. A lo que hay que añadirle que a nivel de reproducción de música y diseño son sobresalientes. Así pues, depende del cristal con el que se mire, pueden ser un capricho o un verdadero objeto de deseo de quienes quieran sacar completo rendimiento al audio.