La brecha digital afecta especialmente a las personas mayores, quienes en ocasiones no tienen conocimientos o acceso suficiente a las nuevas tecnologías. Para romper esa distancia, en España existen iniciativas como Yayagram, un invento para hablar con ellos por Telegram, o Maximiliana, un smartphone para que hagan videollamadas sin tocar nada. Ahora, un vallisoletano ha dado un paso más y ha ideado una suerte de WhatsApp casero con el que puede enviar e imprimir fotografías a su abuela Ludi, quien no tiene ni internet ni móvil.
Guido García, nacido en Valladolid y desarrollador de software para una gran compañía, ha creado un peculiar dispositivo para enviar fotografías a su abuela, que se encuentra totalmente desconectada del mundo digital. La idea le surgió debido a la pandemia por la Covid-19, que en estos dos últimos años ha impedido a su abuela, que vive en Basauri (Vizcaya), viajar para pasar con ellos las Navidades.
Al no tener Ludi una forma de conectarse a WhatsApp o a Telegram, García ideó un dispositivo con el suplir la ausencia de la desconexión digital. "El objetivo era ofrecerle a mi abuela una experiencia similar a la de cualquier persona que intercambia fotos por Telegram o WhatsApp con su familia, pero de una forma más analógica", indica Guido García a EL ESPAÑOL - Omicrono.
Una impresora conectada
Una de las principales dudas acerca de este dispositivo es cómo funciona, ya que la persona que lo tenga instalado en casa no necesita ni internet ni un teléfono móvil. Guido García explica que se trata de "una impresora conectada que permite recibir, al momento y en papel, las fotos que otros les envían a través de Telegram. Es algo parecido a un smartphone dentro de una caja y conectado a una impresora".
Al estar pensado para que lo utilice su abuela, el dispositivo se ha simplificado al máximo para que "no tenga botones, ni opciones, ni luces y la tecnología no sea una barrera. Quien recibe las fotos no tiene que hacer nada más que enchufarlo". García explica que escogió una impresora térmica sin tinta, ya que tienen un tamaño reducido y "no necesitan renovar la tinta o el papel con frecuencia. Me pareció fundamental reducir el mantenimiento para hacerlo lo más cómodo posible de utilizar", puntualiza.
La única parte visible de este aparato, que García dio a conocer en su cuenta de Twitter, es la parte de la impresora por la que sale el papel impreso con la fotografía. En su interior hay "un pequeño ordenador (una Raspberry Pi Zero), incluso más pequeño que una tarjeta de crédito y que cuesta unos 10 euros, que ejecuta un bot de Telegram. También se integra una pequeña antena, una tarjeta SIM como la de cualquier móvil con 100 megabytes de datos de internet y un módem 4G para tener conectividad".
Un bot que "no es más que una aplicación que hace cosas, en este caso imprimir las fotos que va recibiendo" que el propio Guido García creó; y que solamente funciona con Telegram, ya que otras aplicaciones como WhatsApp "son más cerradas y no permiten desarrollar bots o sólo dejan hacerlo a empresas". El funcionamiento del dispositivo es más sencillo de lo que pueda parecer: se abre Telegram en el móvil y se envía una fotografía al bot, que imprime con el dispositivo y confirma el proceso.
En formato 'polaroid'
La impresora térmica permite utilizar rollos de hasta 10 metros, "de esa medida cuestan 1 euro y deja imprimir más de 150 fotografías sin que se acabe el papel". El mantenimiento de este dispositivo también es sencillo, ya que sólo hay que poner un rollo de papel cuando se acabe.
"Es un papel especial, llamado termosensible porque reacciona con el calor. Las impresoras funcionan calentando ese papel, que cambia de color para imprimir las fotos en blanco y negro, por lo que no utiliza tinta ni otros tipos de consumibles. Funciona igual que las impresoras de tickets de la mayoría de los comercios".
Tras varias pruebas, Guido García consiguió que su dispositivo funcionase a la perfección. Además de las fotografías, la impresora también incluye los textos que se envían, el nombre de la persona que lo ha hecho y la fecha. "Todo ello con el borde blanco tan tradicional de las fotos en formato Polaroid. Tenía dudas si este tipo de impresoras eran capaces de imprimir con una calidad suficiente para reconocer una foto, pero el resultado me ha sorprendido para bien".
Con vistas al futuro, Guido García tiene en mente mejorar el diseño en cuanto al aspecto, ya que su máquina "reutiliza una caja de fresas", por lo que quiere realizar "una con alma para resguardar totalmente el dispositivo" o, como plan B, "hacer una caja de hormigón".
También tiene en mente "reducir el tamaño del dispositivo a la mitad y podría mejorar muchas más cosas", pero la falta de tiempo debido al trabajo y sus hijos hacen que por el momento "sea complicado sacar un rato para trabajar en otros proyectos personales".
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