Las bicicletas eléctricas, de las que cada vez se ven más en toda España, están destinadas a contribuir decisivamente en la descarbonización del transporte. Estos vehículos, que siguen mejorando sus prestaciones gracias a constantes innovaciones como el que permite que sean más ligeras y tengan menos mantenimiento, se postulan como los sustitutos ideales para las bicicletas tradicionales. Pero no son excluyentes, e incluso hay ya en el mercado varios productos para hacer 'evolucionar' a las bicis de toda la vida.
Es el caso de la startup estadounidense CLIP, que va a lanzar al mercado un gadget del mismo nombre capaz de transformar instantáneamente cualquier bicicleta en eléctrica sin necesidad de conocimientos de mecánica. Lo mejor, por un precio muy inferior al que cuestan estos vehículos, cuyos modelos más avanzados pueden superar los 10.000 euros.
La diferencia de CLIP con otras soluciones similares es que es un gadget de quita y pon que recurre a la transmisión por fricción. Es una tecnología que proviene de principios del siglo XX, pero que los técnicos de la startup estadounidense han depurado y mejorado: una vez colocado el gadget, un pequeño rodillo se encarga de transmitir el par directamente al neumático delantero, impulsando al ciclista hacia delante sin necesidad de piñones o complejos engranajes.
Rápido y fácil
La mayor preocupación de los creadores de CLIP a la hora de diseñar el dispositivo tiene que ver con su facilidad de instalación y de uso. Teniendo eso en mente, los diseñadores e ingenieros de la compañía han conseguido que pueda instalarse sin utilizar ninguna herramienta, para que en apenas 10 segundos cualquiera pueda disfrutar de la asistencia al pedaleo en una bicicleta convencional.
Con un peso de 4 kg, su batería de 144 Wh ofrece una autonomía de 15 a 25 km, el equivalente a un paseo de 45 minutos. Por su parte, el motor alcanza los 450 W de potencia, más que suficiente para alcanzar velocidades de hasta 25 km/h, el máximo permitido por la norma española. Cuando toca recargar el dispositivo, este recupera su carga máxima en poco más de una hora con el cargador incluido de 36 V, pero para trayectos cortos bastará con 15 minutos.
De momento CLIP no cuenta con una aplicación específica para el smartphone, pero sí dispone de conectividad Bluetooth de baja potencia para, en un futuro, emparejarse con la app que sus creadores están desarrollando y ofrecer una experiencia mejorada.
Según su página web, las precompras se enviarán a partir de otoño de este mismo año, algo por ahora reservado para el territorio estadounidense. La reserva implica un desembolso de 50 dólares (algo más de 45 euros), mientras que el precio final del dispositivo llega a los 549 dólares (500 euros), en el que se incluye la garantía de sustitución durante un año.
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