Las apps móviles son demasiado baratas como para piratearlas
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El otro día vino un fontanero a mi casa a arreglar una pequeña fuga en la cocina. El hombre, muy amable en todo momento, solventó la avería en unos treinta minutos, y en cuestión de una hora ya podía abrir el grifo con normalidad. Hasta aquí todo bien, pero me exigió pagarle 50 euros por la reparación, algo que no estaba dispuesto a hacer, por lo que le eché de mi casa y se fue sin cobrar.
Os preguntaréis qué hago hablando de fontaneros y reparaciones en mi casa ¿no? Simplemente trato de ejemplificar lo que ocurre cuando alguno de nosotros no pagamos una aplicación para nuestro móvil o tablet.
Desde la época de los dinosaurios, el ser humano ha tendido a piratear todo tipo de software para sus ordenadores. ¿La razón? Todos la conocemos, y no es otra que los excesivos precios que las compañías empresas piden por sus programas o sistemas operativos. Pero por desgracia, la costumbre de piratear todos los programas y aplicaciones de nuestros ordenadores también se ha trasladado a los móviles y tablets. Y, si bien en los ordenadores hay una razón más o menos convincente para hacerlo, en los móviles y tablets no. En este caso hablamos de aplicaciones que suelen costar unos dos euros, una cantidad más que razonable por aplicaciones que utilizamos día tras día.
La gente se sorprende cuando dices que tú si pagas las aplicaciones, y dicen frases como “¿En serio pagas las aplicaciones?”. En ese momento yo también me sorprendo de cómo una persona puede ser tan tacaña como para no pagar dos euros, que es lo que le puede costar un café, una cerveza o una bolsa de patatas fritas. Ya sé que la situación económica por la que pasamos no es precisamente buena, pero también tenemos que tener en cuenta la cantidad de trabajo y conocimientos que requiere desarrollar una de estas aplicaciones y que la persona que la desarrolla vive de la venta de esas aplicaciones, como si cualquier otro trabajo se tratase.
De hecho, si no pagamos las aplicaciones, también nos perjudicamos a nosotros mismos ya que veremos menos inversión en el desarrollo de aplicaciones y, por lo tanto, podremos disfrutar menos de nuestros smartphones y tablets ya que estos no son nada sin todas las aplicaciones que instalamos en ellos.
Si tratamos de ir al fondo del problema, nos encontraremos que los verdaderos causantes de que la piratería sea algo tan habitual son las grandes empresas que en el pasado vendían su software por precios totalmente desorbitados, forzando a los usuarios sin medios a buscar vías alternativas de obtener dicho software. Pero, como ya he dicho anteriormente, hemos pasado de tener una razón relativamente razonable a no tener ninguna, porque hoy en día dudo mucho que a alguien le cueste mucho pagar 2 euros por una aplicación.
Y como si de una cadena se tratase, este abuso de la piratería ha provocado la creación de leyes como SOPA o SINDE, las cuales nos están dando muchos dolores de cabeza a todos ya que, con el pretexto de evitar la piratería, están acabando con la libertad en internet.
Así que ya sabes, no dudes en darle al botón de comprar cuando estés frente a tu smartphone o tablet porque la piratería de cantidades tan ínfimas nos perjudica a todos.
Nota: La historia del fontanero es una dramatización 🙂