En el mercado móvil, los videojuegos siempre han tenido cierta importancia. Desde que Snake nos hiciese perder cientos de horas en nuestros dispositivos Nokia, estos han ido evolucionando, ofreciendo experiencias cada vez mas cercanas a aquellas de las consolas y el PC, pero con el obvio obstáculo de un control propio que ha impedido que sagas clásicas apareciesen sin cambios. Por tanto, al final el mercado se ha dividido en dos, con compañías como Sony, Nintendo y Microsoft luchando por la presencia en el salón, y Apple y Google luchando por los bolsillos.

Hasta ahora, era la primera de estas la gran dominadora en lo que respecta a los videojuegos. Y es que la mayoría de los títulos aparece antes en la App Store que en Google Play, e incluso muchas veces se quedan como exclusivas para iOS. Sin embargo, últimamente parece que Google se ha puesto las pilas al respecto, y está facilitando la vida a los desarrolladores de juegos para mejorar su catálogo, con elementos como nuevas APIs y un centro de juegos que sincroniza los logros obtenidos en estos. Por eso, todo el mundo esperaba la reacción de Apple en el reciente WWDC, donde, aunque de pasada, se anunció una nueva API para mandos de control.

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La importancia de este detalle es vital, mucho mas de lo que podría parecer en un principio. Y es que gracias a esta nueva API, los fabricantes pueden crear mandos que funcionen perfectamente con los juegos compatibles. Compañías como LG no han esperado demasiado a crear sus propias interpretaciones, como un mando que también es una funda y que añade botones.

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Igualmente, no debería ser problema empezar a usar mandos mas convencionales, con sticks analógicos, disparadores, y varios botones, como desvelan las imágenes salidas de la propia Apple. Este movimiento está claramente orientado al público mas entusiasta, o “hardcore”, dentro de los jugadores. Para este segmento, la pantalla táctil simplemente no es suficiente para controlar los juegos mas complicados, y es ahí donde un mando de control tiene sentido. Apple está interesada en atraer desarrolladores importantes, como se demostró cuando en en uno de los talleres de la WWDC miembros de Crytek (creadores del estandarte gráfico Crysis) saltaron al escenario para mostrar un juego que usaba un mando.

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Pero está claro que Apple podría no quedarse ahí, y seguir los pasos de Android hacia el salón. Las consolas con Android están proliferando, cada una con una característica especial que la diferencia del resto, pero todas con la misma base: hardware barato y compatibilidad con el mercado de juegos de Google Play. La compatibilidad con mandos podría ser el siguiente paso para que Apple presentase una consola propia. Y la “gracia” es que ya la tiene fabricada y se llama Apple TV.

Una Apple TV con compatibilidad con todos los juegos de iOS y mandos inalámbricos puede ser la única consola que necesite la mayoría de la gente, y si atrae a los desarrolladores adecuados, puede incluso llamar la atención de los mas jugones.