Por qué el año que viene debería ser el 12017
Según el calendario holoceno, el año que viene sería el 12017. Esta diferencia de 10.000 años sería más honesta con el pasado de la humanidad.
8 diciembre, 2016 22:23Noticias relacionadas
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Hay muy buenos motivos por los que deberíamos descartar el calendario gregoriano y adoptar el calendario holoceno.
Ya quedan pocas semanas para el cambio de año; decimos adiós al 2016 y decimos hola al 2017. Sin embargo, así no es como deberían ser las cosas, según algunos científicos.
Para empezar, ¿por qué 2017? ¿Por qué no otra cifra cualquiera? Si lo pensamos bien, hay pocas razones para usar una cifra semejante. Básicamente la única es porque aún seguimos usando el calendario gregoriano, ideado en 1582 e impuesto por el papa Gregorio XIII.
Los problemas del calendario gregoriano
La clave de cualquier método de contar el tiempo es cuándo empiezas a contar, dónde pones el “0”. No es una cuestión simple, porque para el ser humano no hay muchos momentos decisivos en los que podamos hacer una distinción entre el “antes” y el “después”.
Un segundo es igual que el siguiente, así que decir que uno es el “segundo 0” sólo puede tener un motivo arbitrario. Teniendo en cuenta que fue implementado por un papa, no te sorprenderá saber que el calendario gregoriano parte de la supuesta vida de Jesucristo.
Claro, que ni siquiera los propios teólogos tienen muy claro cuándo nació el hijo de Dios, pero eso no es lo más complicado; lo peor es que no existe el “año 0”, ya que pasa del 1 Antes de Cristo al 1 Después de Cristo. Provocando muchos dolores de cabeza y muchas cuentas mal hechas, claro.
Y ya que estamos, eso de “Antes de Cristo” es muy contraproducente. Da la sensación de que no importa nada de lo que pasó antes, de que es una era oscura antes de la “verdadera civilización”.
Nada más lejos de la verdad, la Historia de la humanidad se extiende muchos miles de años antes de Jesucristo; muchas civilizaciones importantes nacieron en ese periodo.
Pero, ¿tenemos alternativa? Es difícil, pero es posible. Podríamos cambiar a otro tipo de calendario, no será por falta de candidatos. El problema es que ya estamos muy acostumbrados al que usamos; cambiarlo supondría más problemas que beneficios, la verdad.
El calendario holoceno, la alternativa más honesta
Por eso una de las alternativas más interesantes es la del calendario holoceno; lo explican muy bien en Kurzgesagt.
El calendario holoceno fue propuesto por el geólogo Cesare Emiliani y se caracteriza porque sería muy simple implementarlo. Sólo añade un “1” al inicio del año, y ya está. Así, este año sería el 12016, y el año que viene el 12017.
Pero, ¿por qué añadir 10.000 años y no 20.000, por ejemplo? Esa cifra no se ha decidido porque sí, sino porque es significativa para el ser humano. Como su nombre indica, se ha elegido para que coincida aproximadamente con el inicio del holoceno.
El holoceno es la era geológica actual, y dio inicio con un aumento de temperaturas global; gracias al cual los seres humanos (ya todos homo sapiens) pudieron expandirse, dedicarse a la agricultura y ganadería y formar grandes culturas.
En concreto, el punto decisivo se dio 9.000 años Antes de Cristo, cuando se construyó el que se considera el primer templo. El Göbekli Tepe fue construido en lo que hoy es Turquía; consistió en varias rocas puestas una encima de otra con pilares de hasta seis metros.
Aunque su función y su forma original son desconocidas, es probable que sirviese para adorar dioses antiguos; por lo que sabemos, esta es la primera vez en la que se construyó algo semejante. Fue el primer gran proyecto de la humanidad.
Para comprender la importancia de este templo, hay que recordar que por aquel entonces los seres humanos aún no llevaban bien eso de colaborar; aún faltaban miles de años para los primeros registros escritos (y por lo tanto para el inicio de la Historia).
Al añadir 10.000 años al calendario, estaríamos representando el pasado de la humanidad de manera más honesta; si vamos a poner un punto arbitrario en el tiempo, ¿qué mejor que sea el evento que lo cambió todo?